El Mimo
Todas las tardes lo veía rodeado de gente, siempre en la alameda central, es increible y fascinante como atrapa la atención de los presentes, basta un gesto y estallan decenas de sonrisas. Es el mismo de todas las tarde con su pantalon negro, su camisa blanca de manga larga, sin botones en los puños, el cabello desparpajado que aveces cubría con un bombin de color negro.
Igual que el, acudía todas las tardes saliendo de la escuela secundaria, me quedaba de paso y en casa no había nadie, mamá y papá trabajaban, hermanos no tenía, así que nadie notaría si llegaba a las 3, las 4 o las 5, en fín, al paso de los días intente acercarme a él, que notara mi presencia, aplaudía con mas fuerza, reia con mas enjundia, y me retiraba hasta que terminara su rutina, aveces en medio de la plaza solo quedabamos el y yo, se limitaba a sonreirme, empacaba su bombin, en un viejo veliz y se marchaba.
Su rutina arrancaba carcajadas de alegría, imitaba los gestos adustos, exageraba les expresiones de alegria o la indiferencia de las personas que lo observaban y atraves de los movimientos de sus manos y piernas completaba el cuadro de diversión. Eso era magia, lograba por medio de las caras, los gestos y los movimientos de su cuerpo que lo entendieramos y nosotros a el, todo sin una palabra.
Un día decidi hablarle, espere a que terminara su rutina y se retirara el ultimo espectador, me acerque a el, justo antes de que empacara el bombin, me pare a sus espaldas y le dije, hola soy Mauricio, todas las tardes vengo a verte, eres genial, como lo haces? donde estudiaste o donde aprendiste, volteó, me sonrio y continuo empacando, insisti, tal vez no te has dado cuenta pero quiero ser tu amigo, en cuanto dije eso detuvo lo que estaba haciendo, volteo y me miro fijamente, no habia reparado en su mirada, era triste, solitaria, paso saliva, como si le hubiese hecho una pregunta de física o matematicas, en un examen oral.
Volvi a insisitir, si quieres podemos ser amigos, si me enseñas hariamos una rutina juntos, al igual que tu, voy y vengo solo, no contesto, sus labio inferior temblaba, pense...... chin ya la regue es mudo..... le hice señas con las manos, no oyes, no hablas...... nego con la cabeza, suspiro y empezo a hablar, cual sería mi sorpresa, que lo hizo en un lenguaje que no entendía, no era ingles, frances o cualquier otro, entre mas decía menos entendía, al mismo tiempo comprendio que no le entendía, hasta que no dijo más, termino de guardar sus cosas y se marcho.
Se perdio entre la gente, en ese momento supe porqué imitaba a los demás, porqué no hablaba, porqué su mirada triste, solitaria.... por que nadie hablaba el lenguaje de él.
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Corazon
Que bonita historia.
14/07/10 09:07
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Polak
me has dejado pensando, me ha gustado esta historia
16/10/10 03:10
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Buben
Polak me alegro que lo hayas leido y mas que te haya gustado, gracias por leerlo.
16/10/10 06:10
