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Algo

Hace algún tiempo que deje de creer en el amor. Por enésima vez. Cada cierto tiempo digo lo mismo. Y siempre vuelvo a caer como tonta. No sé porque será. Puede ser que el verdadero poder el amor es demasiado grande. O porque sea gilipoyas. No descarto esto último.
A esta situación tan contradictoria se llega tras varios tropiezos. Con distinta piedra en cuanto a forma, pero la misma piedra en cuanto al material. Una tras otra. Sin parar. Y claro, ya llega un momento que ves venir las piedras de lejos. Aunque sean diferentes, pero ya no confías.
Claro, que lo veo lógico en cierto modo. Que es normal que tropiece. Empezando porque de buena soy tonta. Y siguiendo porque tengo un orgullo un poco cabezota que no sabe esconderse. Y si juntamos todo esto pasa lo que pasa. Que peta. Que es imposible creer en el amor, porque nunca he tenido motivos para creer.
¿Enamorarse? Esto que es, ¿se come? Si, aquí estoy yo sin conocer esa sensación que todo catalogan de maravillosa. Nunca lo he experimentado, y a este paso creo que raramente lo haré. A lo mejor es porque creo que el amor consiste en enamorarse de la persona, y no de la apariencia. Y evidentemente, si fuera por la persona tengo la certeza de que ganaría el premio en la tómbola. Pero el problema llega cuando esta sociedad únicamente mira el exterior, lo que se capta en un barrido de visión. Y así no gano ni jugando a las canicas.
Y aquí es donde vuelve a aparecer mi gran amigo el orgullo. Jamás se me ha pasado por la cabeza cambiar. Nunca lo pensaré. Iría contra mis principios si cambiara por gustar a esta sociedad de mierda. Tengo unos ideales claros, y es que cada persona es como es. Te tienes que sentir cómoda contigo misma. Que sí, que en ocasiones no lo estoy. Pero esto se debe a la sociedad. Yo siempre me he sentido cómoda conmigo, como soy, con lo que hago. Y esto lo sé porque disfruto cada instante de lo que hago. Raramente hago cosas que no me gusten. Mi filosofía es la diversión. Y con ella seguiré toda mi vida. Cuando deje de divertirme cambiaré, hasta entonces lo siento sociedad, pero esta partida la gano yo y no cambio.
Por supuesto que he hecho cosas que no me han gustado. Pero el problema es que en el momento que las hice es lo que me gustaba. Con el tiempo, con la mente en blanco y descansada, piensas. Y en ocasiones pensar es malo. No debemos pensar tanto. Pero claro, acabas pensando y arrepintiéndote de ciertas cosas. Aunque en el momento es lo que querías. Pero ahora ya no. Y por eso todos queremos una máquina del tiempo. Para regresar al pasado y hacer algunas cosas distintas. Pero si cambiamos el pasado nuestro presente también cambiaría. Y no sabríamos tanto. Ni hubiéramos aprendido ciertas cosas. Porque todo lo que hacemos tiene una lección. Ya lo dicen, de los errores se aprende. Y esto es cierto. Porque no hay enseñanza más sabia que la que nos da un error. Porque el ser humano está programado para esto. Para equivocarse. Para llorar. Para reír. Para aprender. Para enseñar. Para vivir.
Mi método más fiable para saber si quiero algo de verdad es la almohada. Suena a tópico. Pero es así de simple. Cierra los ojos y sueña. La mente es muy sabia y cuando está descanso solo proyecta aquello que verdaderamente te hace feliz, aquello que deseas poseer. Puede que esté lejos. O puede que lo tengas más cerca de lo que pensabas. Muchas veces soñaras cosas que piensas que no querías, o que no te conviene. Puede que sea algo que nunca habías imaginado. Algo contrario a lo que siempre has querido tener. Pero recuerda, lo importante está en el interior.
El ser humano creo que debería arriesgarse más. ¿Qué se pierde por intentarlo? Puede que pienses que es algo malo, algo que no va contigo. Pero créeme, si nunca lo pruebas no podrás saber si de verdad va contigo o es simplemente una paranoia de estas que nuestra mente a veces se monta. ¡Arriésgate! Prueba cosas nuevas. Haz aquello que siempre soñaste. Haz aquello que te haga disfrutar. No dejes de hacer algo por otra cosa. El día tiene 24h, tiempo suficiente para hacer de todo.
Y ahora si voy a ir poniendo punto final. Después de comenzar diciendo que no creo en el amor por enésima vez. Y terminando por volver a darle otra oportunidad. Porque es lo que tiene este. En ocasiones daña, pero creo que tiene el poder de curar todo. Y digo creo, porque ya lo dije, aún sigo esperándolo. Como una niña inocente que espera el día de su cumpleaños. Porque a pesar de mil batallas. De haber perdido aquello que amabas. Aun así sabes que sigue existiendo. Que nunca debes darte por vencida y seguir en su búsqueda. Como si fueras un pirata en busca de la X. Como el perro que corre tras la pelota cada vez que la lanzas. Porque pienso que esto consiste. En luchar. En tropezarse todas las veces que haga falta. En encontrarlo pero a kilómetros de distancia y renunciar. En encontrarlo cerca y renunciar por desconfianza. En encontrarlo en quien no esperabas. En dejar que te encuentre él.
Café. Música. Papel. Lápiz. Una mente inquieta. Dolor. Amor. Imaginación. Ilusión. Creer. Simplemente nunca dejar de creer. En eso consiste estos años que vivimos. Vivir el presente. Y divertirse. Estar continuamente buscando algo. No parar cuando lo encuentres. Siempre habrá algo nuevo que descubrir. Probar cosas nuevas. Vivir nuevas experiencias. Enamorarse de la persona. Jamás de lo que todos ven. Saltarse las reglas. Hacer todo lo que te apetezca. Conocerse a sí misma. Conocer el mundo. Tener amigos verdaderos y conocidos. Hasta algún enemigo viene bien. Trasmitir. Enseñar y aprender. Siempre aprender. Pero por encima de todo, pero absolutamente todo. Debes vivir tu vida. Con alguien o sola. Pero vivirla al máximo.
Y ahora sí. Punto y final.
Buhout02 de junio de 2017

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