TusTextos

El Andén

A cada estrella fugaz le pido el mismo deseo, a las pestañas que se caen, con monedas de espalda a una fuente. Mi armonía tiene la simetría de tu boca, mi corazón late en la frecuencia de tu voz cuando me decías "Te quiero", mi paisaje preferido se formó cuando te vi por primera vez, tus ojos café hicieron que me vuelva adicto, a cada sorbo los recuerdo, sonrío. Tus dedos junto a los míos era un código que solo nosotros dos podíamos entender. Mi mundo estaba en tus fotos, tu espalda era un océano y yo quería ser tu náufrago, tu sonrisa era mi sostén de esperanzas, tus palabras fueron mi arma contra la tristeza, tus abrazos eran el abrigo que podría tenerlo en el mas fuerte verano o en el mas crudo invierno.

¿Me leerás? Sigo aquí, no me fui. Sigo dándote las gracias, rompiste mis esquemas, cambiaste mis teoremas. Me enseñaste a escribir sobre el renglón, aprendí a no querer tu cielo sino amar a tus infiernos, que todos somos distintos, que vivimos de muchas formas, pero el sentido del amor es el mismo, tus besos y tus caricias no iban a cambiar.

Llegue tarde, te vi subir al tren y no pude despedirte. Esperé otro y me subí, pero no fue lo mismo, me bajé y quedé en el anden esperando a que vuelvas, aunque sea para verte volver a subir con otra persona.

No estoy mal, el viaje es largo, seguramente te habrás sentado con alguien, saber que tu sonrisa se refleja en la ventana chocando contra el cielo, me hace feliz. No hay respuestas ni preguntas, dibujo con las estrellas un "Sigo aquí" para que puedas verlo, donde me necesites allí estaré, donde llores sabrás que hay un alquimista que transforma lagrimas en carcajadas, que los dolores hacen cosquillas y que unos abrazos curan las heridas que no sangran.

Mis letras vuelan, van todas hacia ti. Si eres feliz, yo lo soy. No se si volverás a pisar este anden, o te habrás bajado en otro o simplemente sigues arriba. De momento miro hacia donde se fue el tren, sonrío y me prendo un cigarrillo. Te esperaré, me queda todo un paquete y un libro que leer, si el destino juega cartas espero sean las correctas, o al menos que las sean para ti. Me despido, mientras levanto la mano y saludo hacia donde partiste, como un loco que sonríe por las calles, así estoy, leyendo la frase que escribiste en mi cuaderno.

"Llora, medita y vive; un día lejano, cuando estés en la cumbre de tu futuro, este feroz huracán, te parecerá una nubecilla"


No llores, no me odies. Sigo aquí.
Cafefrioenpapel07 de mayo de 2015

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