De cualquier forma no me lo ibas a decir arguyó con un aire de frialdad como si la situación no la afectara. Fruncí la ceja y me rasqué la cabeza pensando en contestarle, pero obvié cualquier argumento y preferí calcinarme en el silencio.
Abrí la ventana un poco más, hacia frío y soplaba mucho viento.
-¿Qué haces? volvió a quejarse. Abro la ventana, hay un vecino tocando el saxofón y prefiero escuchar eso le dije en voz baja.
-Pero si nunca te gusto la música habló. Esta música sí me gusta, tiene un domino de la guitarra impresionante mi vecino, debe ser un gran músico, el sonido es claro no debe estar muy lejos comenté mermando el tono en cada palabra, tratando de desviar la conversación tan lejos como mis ganas de estar con ella.
Pero me acabaste de decir que tocaba el saxofón, ahí esta! siempre mientes
¿Dónde quedaron?
¿Dónde quedaron qué?
Las tardes de febrero. respondí
¿De qué estas hablando? En febrero supongo respondió ella.
Nuevamente callé, la ventana no se podía abrir más y a pesar de que era primavera el viento soplaba helado
comenté mermando el tono en cada palabra, tratando de desviar la conversación tan lejos como mis ganas de estar con ella...pues que en verdad hay desidias letales.Excelente.
