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Moma

Cuando destrozó su cara contra la pared, dos hilillos de sangre corrieron por ambos lados del rostro, siguieron su camino hasta llegar al cuello de la camisa, encontraron allí un hueco casi estanco donde acomodarse y bordearon por flacos distintos, el contorno simétrico que formaba la carne con el tejido, en uno de los lados de la circunferencia volvieron a unirse como un fino collar de gato, adornando la bella cabeza.



La sangre continuaba manando de aquella brecha abierta y llegado el momento se desbordó por el acantilado del cuello, almidonado y níveo. Como una pequeña cascada, las rojas olas corrieron por la nieve de la camisa, construyendo bellos lagos de diferentes tonalidades, según la cantidad, pero todos ellos en la escala magenta, rosa, roja o tornasolada. Dependiendo del pliegue del tejido , adquirían curiosas formas geométricas y caóticas al mismo tiempo, maravillosas al fin y al cabo.



El torrente de sangre que acompañaba cada envestida de la testa contra el muro originaba nuevas imágenes, pequeñas represas, gráficos y representaciones en el lienzo de seda firmado por Armani, en esta ocasión.



Después del duro trabajo la camisa es despojada del cuerpo que le sirve de soporte, encerrada en un bello marco de acero y acristalada.



La obra está valorada en un millón y medio de dólares y puede ser contemplada en el museo de arte moderno de New York, en el segundo día de su exposición fue comprada de forma anónima.
Carontex22 de marzo de 2009

1 Comentarios

  • Ateo

    muy bueno. todo es mercancia.

    22/03/09 02:03

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