Felicidad
Para muchos la felicidad es poseer todo. Tener todas las cosas que anhela, el mejor coche, una casa enorme, una mujer bonita, un hombre musculoso, el mejor trabajo del mundo sea como sea, un perro, mucho dinero. Para mucha gente la felicidad solo es algo material, disfrutan teniendo objetos innecesarios, objetos materiales de los cuales se olvidaran en meses, o simplemente se irán cansando, ya que nada es eterno. No al menos esa felicidad. Luego está la felicidad pura, la felicidad que el te da. Es una felicidad que cede sin tener que darle nada a cambio. Es ese tipo de felicidad en la que no sabes que hacer con el mundo que te rodea, quieres que el tiempo se pare, que la aguja pequeña del reloj, la cual muchas veces has querido que avance sin cesar que no deje de moverse, se pare. Que deje de funcionar. Que estas feliz, así, en atrapada entre sus brazos, en su mirada, en su olor. Atrapada en el. Y no quieres salir, no quieres que llegue la hora en la que el se tenga que ir. Porque cuando lo hace, toda esa felicidad que te llena por dentro se desvanece, ya no esta el a tu lado, ya no hueles su olor, ya no sientes su latido. No es un tipo de felicidad física, que le necesites para saciar tu gozo,no. Es esa felicidad que proviene del amor, de un amor puro. De ese amor que por muchos años que pasen no dejaras de sentir. Una felicidad que proviene del simple hecho de estar junto a el, apoyada en su pecho, sintiendo su respiración, su cabeza sobre la tuya, observando la vida pasar. En esos momentos no hacen falta las palabras, no hace falta el deseo, quieres pasar el resto del tiempo apoyada en su pecho, sintiendo sus latidos, escuchando su parpadeo. Son momentos que desearías meter en un tarrito pequeño y guardarlos para siempre, por si algún día necesitaras salir de toda esa rutina, de todo ese agobio, volver a ese momento una y otra vez, revivirlo, sentir que todo es posible, que no hay nada malo en el mundo mientras el este contigo. Porque desde que el apareció en tu vida, el mundo es un poco mas bueno. Todo cobra sentido, todo tiene un motivo y un porqué. Porque desde ese momento, el es tu pequeño mundo en el que refugiarte de todo lo malo. Desde aquel instante el es tu felicidad.
