Siéntelo
Ya en casa del profesor, me senté en el piso, pues él ocupó la única silla que había dentro del estrecho apartamento. Noté que había muchos libros; entonces le hice el comentario.
- Tiene un montón de libros.
- ¿Hay algo de malo en que un profesor de matemáticas aprecie la literatura? —Me respondió con un tono suave y algo despectivo— Supongo que tu imagen de un profesor de matemáticas no lo encaja. Dices que quieres escuchar mi auténtica voz, pero tu manera de actuar es presuntuosa.
Si, para eso había ido a su apartamento luego de interrumpirle en la clase hace unas horas. Y es que él se limitaba a leer el libro de texto con una voz tan confusa e inaudible, que la mayoría de los estudiantes iban mal en matemáticas. Pero yo no podía quedarme así.
- No… yo… Solo estaba maravillada de cuántos libros debe de haber leído.
- ¿Qué objeto tiene leer libros? —Dijo, como si estuviera molesto, tomó uno de sus muchos libros y lo arrojó por la ventana. Yo reaccioné sorprendida, pues nadie en el mundo se habría esperado eso— Los libros no son importantes. No importa cuántos libros tengas, no son más importantes que un hierbajo.
- ¿Realmente piensa eso?— Me interesaba mucho el saber lo que había es su cabeza aparte de las matemáticas, pues él era una persona que no mostraba ninguna otra faceta de su vida, excluyendo la de ser profesor.
- Juna —Me llamó por mi nombre en lugar de mi apellido
- ¿Si?
- ¿Sabes por qué las fábricas usan cadenas de producción?
- ¿Ah? ¿Qué quiere decir?
- ¡Responde! —Elevó un poco el tono de su voz, por lo cual yo me sentí intimidada levemente.
- Bien, déjeme ver… Probablemente porque en vez de tener a una sola persona haciendo el producto completo… —“No puedo contestarle si me mira tan amenazadoramente”, pensé para mí. Pero como él no cambió su mirada, continué— Porque en vez de tener a una sola persona haciendo el producto completo, puedes aumentar la eficiencia haciendo que cada persona se limite a unir partes, ¿no? Creo que aprendí eso en clase de economía…
- Eres buena memorizando cosas —Fue su respuesta; me sentí avergonzada— ¿Por qué es necesario aumentar la eficiencia?
- Pregunta cosas muy difíciles… ¿Por qué es preferible hacer más cosas en menos tiempo?
- ¿Por qué? —continuó.
- Porque así se gana más dinero, y los clientes no han de esperar…
- Permíteme que cambie la pregunta —Dijo mientras levantaba la mano como haciendo un gesto para que yo callara— ¿Por qué se mete a los pollos en cajas diminutas y se les alimenta una y otra vez con la misma comida?
- ¿Qué? ¿Los pollos…? —Cada vez me confundía más— Pues… no lo sé.
Me sentía incómoda. Estaba empezando a arrepentirme de haber venido hasta su casa. Ya había preparado algunos puntos que quería conversar con él, pero al entrar al apartamento, no sé por qué, pero esas ideas volaron de mi mente como el viento se lleva las hojas caídas de un árbol. Luego de unos segundos de silencio, el profesor continuó hablando.
- En las tiendas solo tienen pepinos y rábanos perfectos, y verduras que son todas del mismo tamaño. ¿Por qué?
- ¿Porque son más fáciles de transportar? —Respondí casi sin pensarlo.
- En los restaurantes de comida rápida tiran lo que no venden. ¿Por qué?
- ¿Por qué así se organizan mejor?
- Un niño se afana intentando abrocharse los botones de la camisa, pero su padre le regaña y le dice que se dé prisa. ¿Por qué?
- Porque es más fácil para el padre.
- A demás de los libros de texto, hay muchos libros de referencia. ¿Por qué?
- Porque así es más fácil encontrar las respuestas —En ese momento no me daba cuenta de nada…
- Aunque haya un estudiante que no pueda seguir el ritmo de la clase, el profesor decide no explicar el tema más despacio. ¿Por qué?
- Porque es más fácil para el profesor.
- Aunque cada cliente de una tienda sea diferente, el personal les trata a todos como dicta el manual. ¿Por qué?
- Está claro que para que sea más fácil —Yo sentía que estaba poniendo atención a las preguntas. Entonces, el profesor se levantó de la silla y, mientras formulaba la siguiente pregunta, se sentó en el piso frente a mí.
- Un estudiante elige no pensar por sí mismo y preguntárselo todo al profesor… ¿Por qué?
- Porque es más fácil para el estudiante.
- ¿Por qué cuando puedes quedar con alguien y hablar con él, eliges usar el móvil?
- Porque es más fácil que quedar.
- La gente acepta todo lo que dicen los medios de comunicación. ¿Por qué?
- Porque es más fácil que informarse uno mismo.
- La mayoría de los colegios cogen a todos los niños de la misma edad y les enseñan el mismo temario. ¿Por qué?
- Porque así es más fácil para el profesor.
- Respondes a todas las preguntas que te hago con la misma respuesta. ¿Por qué?
- Porque es más fácil responder así. ¡Ah! —Hasta entonces me di cuenta. El profesor mostró una sonrisa poco perceptible, como si estuviera satisfecho. En ese instante pensé en muchas, muchas cosas… Sobre mi padre, que una vez me dijo que creyó que al separarse de mi madre, las cosas serían más fáciles. Sobre mí misma, cuando una vez creí que hacer trampa en un examen sería más fácil que estudiar. Sobre mi profesor de matemáticas…— ¿Estaba leyendo el libro de texto como lo hacía porque era más fácil?
De golpe, el profesor se levantó del piso y, en una pizarra que tenía cerca, comenzó a escribir. Luego se giró hacia mí y recitó lo que había escrito. Era una fórmula.
- ¡X elevado a n por Y elevado a n es igual a Z elevado a n! —Dijo gritando— ¡Si n es mayor que 2 la ecuación no tienen ninguna solución entera positiva! ¿Lo sabías? ¡El último teorema de Fermat! Es una fórmula simple pero potente. Pero Fermat murió en 1665, antes de ser capaz de demostrarla. En los siguientes 330 años muchos matemáticos intentaron demostrar este teorema. Y finalmente, en 1994, Andrew Wiles de la universidad de Princeton, ¡lo consiguió! ¿Sabías cuanto esfuerzo hizo falta para demostrarla? ¡Eso es porque es preciosa! He intentado que todo el mundo lo entienda. Las matemáticas son bellas. Detrás de toda la belleza están las matemáticas. ¿La armonía de la Proporción Áurea? Eso también es matemática. La Proporción Áurea representa la naturaleza de forma matemática. Cualquier cosa en ella puede ser descrita en términos de esta relación. ¡La estructura de las células, los árboles, las montañas, las nubes, la Tierra e incluso la galaxia! ¡La gran expansión del universo se desarrolla en forma de fractales! ¡Eso es lo que quería que aprendieran mis alumnos! ¿Comprendes, Juna?
Me quede con la boca abierta tras sus palabras. Pero a su última pregunta… respondí negativamente. Negué con la cabeza.
- Ya veo… —respondió él totalmente desilusionado.
- No lo entiendo muy bien… no lo entiendo en absoluto, pero… he oído su auténtica voz.
- ¿De verdad? —Parecía impresionado— Juna, recuerda esto: el auténtico aprendizaje es algo que has de sentir. El aprendizaje es la manera en que todos y cada uno de nosotros percibimos la belleza de nuestros corazones.
Ese día, de regreso a casa, recordaba todo lo que habíamos hablado. Y la verdad es que sus palabras no cobraban sentido en mí. Sin embargo, sentía en mi interior que había aprendido muchísimo. Entonces supe que él tenía razón. Había aprendido más en esa tarde que en todas sus clases. Lo sentí.
Adaptado de: Chikyū Shōjo Arjuna
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Chrisgarcia
Deadname:
Es una adaptación que yo hice. La idea original pertenece a alguien más, que debo decir que merece todo el crédito. Y aunque no sea mÃo, querÃa compartirlo con los demás. Gracias por leer y comentar.
29/03/11 10:03
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Serge
Chris:
"¿De verdad? —ParecÃa impresionado— Juna, recuerda esto: el auténtico aprendizaje es algo que has de sentir. El aprendizaje es la manera en que todos y cada uno de nosotros percibimos la belleza de nuestros corazones".
Amigo que alegrÃa me da volverte a ver en la página. Este relato adaptado por ti es HERMOSO.
Un gusto leerte.
Serge.
29/03/11 10:03
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Chrisgarcia
Serge:
Gracias. Y bueno, sin trabajo y sin internet en casa, es muy difÃcil dedicar tiempo a esto que me gusta tanto que es la literatura, pero un esfuerzo he de hacer de vez en cuando. Saludosy nuevamente, gracias por leer y comentar.
30/03/11 11:03
