Solo una Palabra
Los tiempos que corren para mi vida no son nada agradables, tras luchar con un accidente en mi pierna izquierda, se siguen presentando afecciones que afectan mi salud física, y en medio de este mar de enfermedades, accidente, inquietudes, preguntas sobre que pasara mañana, y las lágrimas empiezan a brotar ante la incertidumbre de mi alma. Mientras pasan los días y las noches se hacen largas y agonizantes, cuando parece que todo el infierno sea preparado para devorarme y siento que de mi cuerpo se va el aliento de vida, en ese momento cuando la más oscura de las noches abre su boca para recordarme cuan débil soy y que no hay fuerzas en mi para seguir que lo mejor es morir. Entonces recuerdo el pasado recuerdo que he tenido más tiempos de tinieblas y que en muchos otros momentos también he pensado que mejor es morir, que la salida es esa.
De pronto se oye una voz como un rio de muchas aguas y aun que tiene tanta fuerza y poder, es dulce y calidad, esa voz es la de Jesucristo diciéndome que en ÉL soy fuerte, que Él está conmigo, que solo una palabra de Él basta para que toda esa oscuridad se desvanezca, solo una palabra de su boca y el mismo infierno huye y entonces me vuelve el aliento de vida a mi ser, las fuerzas son como de muchos búfalos, las incertidumbres se quedan sin argumentos, porque Dios sabe cuál es mi presente y mi futuro, Dios me ha preparado tiempos de bien, de amor, de perfección.
He de salir de la cueva, he deber la luz, ya que no solo de pan viviremos sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Hemos sido amados con amor eterno y se nos ha prolongado misericordia.
Hoy puedo con todo mi ser dar gritos de júbilo, porque mi redentor vive, porque mi esperanza está en Dios, porque a pesar de todas las cosas mi corazón no desfallece porque su confianza es Dios en los cielos.
ALELUYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
Mateo (8:8, 4.4)
Isaías (60:1-2)
Jeremías (31:3)
1reyes (19:9-13)
