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Viernes

Aquella mañana hacía un frío de narices. Estaba citada en la última planta de la sede central de su empresa. Al llegar a la sala de reuniones, se encontró con que ya estaban sentados en un extremo de la mesa, su jefa, el jefe de recursos humanos y su segundo. Al cruzar el umbral de la puerta, suspiró y mentalmente pensó:

- Que sea rápido por favor.

Efectivamente, la palabra "despido" no surgió en la conversación; "un nuevo ciclo"... Era una directiva de pleno derecho, pero a efectos prácticos se vio vaciando el despacho y llevándose todos sus objetos personales a la espera de una llamada que sabía que nunca iba a llegar.
No tenía tiempo de pensar en ello, pues los astros habían querido que la firma de los papeles del divorcio fueran ese mismo día. Así que ya en la calle tomó un taxi y se fue directa a los juzgados, donde en uno de los despachos de la primera planta ya esperaba su exmarido, al que se le veía ansioso por certificar la separación que ya era era un hecho desde hacía casi un año. Todo fue frío, pero no hostil. Como si nunca hubieran tenido relación.

Apesadumbrada por cómo se estaba desarrollando el día, se puso en marcha a su cita cotidiana hacia la residencia donde desde hacía cuatro años y medio, estaba internado su padre tras haber sido diagnosticado de Alzeihmer y que desgraciadamente ya no le permitía reconocer a su hija en todas sus visitas. La cosa se iba deteriorando. Allí estaba su madre, que lo hacía más por obligación que por sentimiento. Al salir le acompañó y empezó con la cantinela de todos los días. Ese día resultaba especialmente sangrante.

-¡A quién se le ocurre dejarlo todo para seguir a ese cantamañanas. ..!Y por si fuera poco...

Ya se había acostumbrado a hacer oídos sordos.

- Sí mamá... Mañana te veo.

Quedaba su cita más importante. Al llegar al hospital, Laura, la enfermera con la que cada día hablaba se preocupó por ella.

- ¿Y esa cara?

Después de enumerar sus paradas, sólo le pudo preguntar:

- Y ¿cómo puedes seguir adelante con los palos...?

Sin dejarle acabar y con una sonrisa en los labios, hizo ver que tenía la respuesta delante:

- Ella es la luz de mi vida y el motor de mis días.

Una preciosa niña china adoptada de siete años a la que se le había diagnosticado recientemente una leucemia aguda y se hallaba inmersa en pleno tratamiento quimioterápico.
Clopezn27 de noviembre de 2019

1 Recomendaciones

3 Comentarios

  • Luia

    Pasos de un relato que se resuelven exquisitos.

    Abrazos

    27/11/19 06:11

  • Clopezn

    Muchas gracias Luia. Un saludo cordial.

    28/11/19 12:11

  • Regina

    Que bueno!!!, tienes ese don que quisiera yo tener, de trasmitir esa sensibilidad .
    Saludos cordiales.

    29/11/19 09:11

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