Cuando te miro, no siento ese escalofrió que nace en lo más profundo de mi interior llegando al estomago y recorriendo cada uno de los rincones de mi cuerpo, ya no siento que me hundo en tu mirada, ni que vivo dentro de tu mente, ya no apareces en mis sueños y ni siquiera suelo pensar en ti cuando me pillan atontada mirando algún punto inexistente, ya no tengo ganas de llamarte, y no lloro si pienso que puede que no te vuelva a ver, no te niego que no puedo pensar en otra persona mejor que tu, para darme placer, para sentir tu cuerpo rozándose junto al mío, para derretirme en uno de tus besos, y sumergirme en un mar de caricias pero de que me sirve todo eso?, mentiría si te dijese que me gustaría estar contigo, es más te miento cada vez que pronuncio un te quiero, me miento a mí misma. Si la soledad y la tristeza se apoderan de mi, suelo confundirme e intento confundirte, te confundo, y vuelvo a mentirte, y mentirme.
