TusTextos

Amigos Con Derecho

Es irónico que todo empezara tan solo hace dos meses. ¿Te acuerdas? Siempre fuimos muy buenos amigos, bueno, no se si se puede titular como “MUY buenos amigos” pero éramos conocidos que hablábamos de penas, preocupaciones y compartíamos alegrías hasta las tantas de la mañana, en algún bar, o despatarrados en alguna esquina mientras observábamos el cielo acompañados con una Quilmes bien fría. ¿Cuántas veces te había abrazado? Es mas ¿Cuántas veces te había tocado saliendo de los empujones y forcejeos? Fue un frió y breve abrazo a cada bienvenida y despedida. Hasta hace dos meses
Que idiota, recuerdo tan a pleno lo que sentía, nunca te había abrazado con el alma, incluso podría alegar que fue incomodo, desconocido. Un cambio que no sabía bien en ese momento que daría un giro rotundo a nuestra relación.
Y hoy te abrazo cada noche, cada día. Te beso despacio rozando tu pelo, con miedo a que te desvanezcas tal si fueras arena entre mis dedos, con terror a quebrarte. He descubierto la sensualidad de tu cuerpo, la suavidad de tu piel, el tacto de tus manos, jugué con tu lengua y mordí tus labios una y otra vez, sentí tu sexo, acaricie tu pecho, escuche el latir de tu corazón, retocé entre tu ombligo. Disfrute plenamente de y con vos.
Recuerdo las horas que estuve observándote, intentando descifrar como abrazarte por primera vez, como hacer para rodearte entre mis brazos, para envolverte en mi, para curarte y emparchar ese corazón tan desmembrado. Arrimarme despacio y volverme a alejar, llena de timidez, vergüenza y miedo. Miedo a lo desconocido, miedo a tus manos, te tenía miedo a ti, a mi. A un nosotros.
Y hoy te tengo a mi costado, entre dormido con la boca ligeramente abierta y el cuerpo casi desnudo, a ese hombre que hace tan solo dos meses pude ver en su totalidad, observar con otros ojos. En definitiva, mirarlo como hombre. Tengo aquel que me estremece, aquel que consigue embriagarme como nunca otro hombre había conseguido.
Tengo aquel que me hace vibrar entre sus manos, mientras me toma fuertemente por la cintura, y sube lentamente hasta anclar sus dedos entre mis costillas, enterrar sus uñas, sentir su fuego. Tengo aquel que muerde sin miedo el lóbulo de mi oreja, que hace una fiesta con su lengua en mi cuello, que mordisquea despacio mis hombros, besa mis labios como si no hubiera un mañana. Tengo aquel que juega con mi cuerpo como un infante en un parque repleto de atracciones a estrenar. Tengo aquel que con un leve movimiento me acomoda a gusto o disgusto, que en mi ombligo encuentro su paladar, que rasguña mi espalda, que quema mi cabeza. Tengo debajo de mi a un hombre que no teme lastimarme, y que en un abrir y cerrar de ojos, me tiene ardiendo entre sus brazos, encontrándome agonizando, muriendo de ganas de que me posea, de enloquecer, de hacer con el lo que nunca hice con nadie. Tengo aquí conmigo al hombre que deseo, con toda mi furia, que me haga mujer. Entonces todo se esfuma, me mira fijo, sonríe en una mezcla de ternura y malicia, y con la misma rapidez y facilidad con la que me acomodo en cima suyo lo hace para colocarme a su costado, aunque esta vez con delicadeza, lentamente depositandome entre sus hombros, enlazándome entre sus brazos, me besa despacio en la mejilla y suspira en mi oído.
Tengo a un cuerpo desconocido y una cabeza que conozco de memoria, cada mirada, gesto y mueca. Tengo a un amigo.
Ironía seria decirte lo mucho que me aterra que encuentres aquel sentimiento resguardado en algún lugar recóndito de mi alma, que intento encerrar ante ti con cerrojo. Ese que grita enmudecido lo mucho que te adora.
Y ahí me encuentro yo de nuevo, en cuclillas abrazada a mis rodillas, llorando en silencio para que no me escuches, para que no descubras la parte mas sensible de mi, aquella a los que tan pocos han llegado, envuelta en la fría y oscura noche, susurrando palabras mudas. Lo mucho que me encantaría ser mas que tu amiga, lo que deseo que esto valla mas haya, que seas solo para mi, por que odio compartir lo que quiero, y lo grito, grito en afonía que si, que es verdad ¡Que te quiero!
Y me aferro a la esperanza de que este, aunque sea mi infierno, podamos compartirlo. Podamos llegar mas haya. Por que quiero, si ¡Quiero! Ser mas que tu amiga.
Crisis25 de marzo de 2015

1 Recomendaciones

Más de Crisis

Chat