Hay días en los que el sol se cuela entre las paredes
Y la luz se inunda de sombras
Aquellas, constantes y amenazadoras
Que provocan miedo
Y sangre en las muñecas
Que gritan y gimen embravecidas
"No podrás huir de tu pasado
No podrás escapar de su desgarro"
Aquellas que te siguen dejando un sabor
A metal ensangrentado en la boca
Aquellas que te persiguen
Mientras decides correr horrorizado
Hasta que eres capaz de percatarte
Que esas sombras
Solo ejecutan gritos de socorro
Al tiempo que toman una gran bocanada de aire
Y es que, como decía cortázar
A veces uno amanece con ganas de extinguirse.