Retales de Amargura
Insignificante, débil, frágil, inocuo, inválido, perdido,
Siempre hay días en los que oyes estas palabras
Y otros las escuchas desde dentro
como el sonido de la cascara vacía que te envuelve.
Acudir a variantes, o lanzarte al tren de la siguiente vía
Pasar de ser suicida a suicidarte
deben ser por ende, las acciones más ordinarias.
La débil franja entre tirarte y entrar dentro del tren
La define la depresión agresiva
Cruel monstro que deriva la vida a una colilla consumida
Hoy siento como nunca, que el mundo exterior es tan real, como ilusorio.
Cruel mandato, el cual rige que los actos ajenos influyan en mi ser, dubitativo y confuso, con tendencias suicidas y nihilistas.
Incitando a que reformule la siguiente pregunta.
¿Si careciera de sentimientos, esta realidad sería tan dolorosa como real, o solo sería una realidad producto de la mendicidad?
El miedo es divisorio
Te cohíbe para que seas un manso pastor alemán
Con carencias afectivas.
Con el corazón convertido en un cubo de cenizas
Triste melodía pregonada el viento
Con el movimiento de las hojas
en su afán descontento
Te guía a una sumida tragedia
Con violines y pianos hambrientos
De más dolor y de comedias.
Sucede que miro, y ya no veo un rostro
Solo la proyección de la calidez
En colores ondas y sonidos
Brillantes y hermosos
Sucede que no veo unas manos,
Si no el efecto de mi piel
Al ser acariciada por un tacto dulce
Ni piel en las caricias de ternura
Es decir que no extinguiría mi vida por una proyección
Que podría proporcionarme cualquier
Piel y cualquier rostro.
