TusTextos

Carta Otoñal.

A estas horas, la misiva (como una botella al mar) ha nacido de la necesidad. Como Rilke había pregonado tantos años antes: poética de la necesidad, y Bukowski reiteró con una cerveza en la mano (seguramente).

Más mis palabras no han de ser poesía. Ni nada que se le parezca. Son sólo manchones sombre "nívea" pantalla". Simulaciones de grafías, intentos lerdos de despojarse de un trozo de la mano hasta hacerlo una extensión misma de una idea.

Hace tanto que escribir no había volcado en mí estas ganas, esta necesidad. Este quieroarrancarmetodoportí, quieroestarcontigo y que nomeimportenada.

Este anhelo contaminado de tiempo (maldito tiempo) y distancia
(jodida distancia) que nos ha convertido en esta cosa informe que somos.

Apenas hoy supe que no he de verle. Que no hay tiempo (y a juzgar por las palabras) ni hay ganas.


El siete no,

El catorce tampoco.

¿El veintiuno?
Alza la mano una seña a contratiempo,
la ingravidez de su impotencia.

¿Veintiuno?
La voz del número es un báculo insistente.

¿Veintiocho?
La persistencia es fardel descosido

¿Algúndía?
La esperanza es castillo de viejos sonámbulos

¿Nuncajamás?
La resignación es marinero arrepentido.


Espero- Aguardo y confío- Naufrago.



Cupcakes07 de septiembre de 2010

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