No importa que ya no seas más mía,
o que al menos eso, sea la versión que le dás.
Si aún puedo oler a sexo contigo en mi cama,
si puedo pensar en momentos juntos conversando,
si imagino un jardín repleto de flores,
para regalarte una cada día.
Y es que aún perdiéndote, sigues siendo mía.
No importa que frente a los demás a veces me ignores,
por cumplir un compromiso que ya te pertenecía.
Si nuestras miradas arden, cuando entre destellos se cruzan,
y están llenas de picardía.
Y es que aún perdiéndote, sigues siendo mía.
No me importa que ansias de libertad tengas,
si al final de tu vuelo, regresas a mi compañía,
no me importan tus regaños, que a veces enseñan mucho,
o solo traen un toque de hegemonía.
Yo podré besar otros labios, deslizar mis manos por otro
cuerpo,
y tu volar y volar, pero recuerda...
Aún perdiéndote ... seguirás siendo mía.