En mi corazón soy loba triste, aullando
A un plenilunio entre dunas de arena;
La luna es mi palio, y siento la condena
De su soledad en mis venas; vagando
Por paisaje desolado y yermo, la pena
Del alma arrastro, mientras estampo
Mi lento paso en ondas que me frenan
Que me hunden aún más en el fracaso
De alcanzar mi meta, un valle de aguas
Libres y plenas, donde el sol del ocaso
No anuncie noche en silencio fraguada
Sino rumores vivientes en alegre canto
Sonando arpegios que resbalen mansos
Por riberas y laderas de montes nevados;
Bajo el claro de luna que refulge plata
El aullido triunfante de la loba encelada