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Primavera Resurrecta

Llega la primavera y el aire se llena de aroma de nardos, de humos de incienso, de redobles de tambor, de sonoras marchas investidas de sacralidad, de saetas desgarradas al viento. Lluvia … Llueven lágrimas sobre la faz de policromada madera de las imágenes, mientras que la luz gualda y fantasmal de los cirios, espantando a la noche, recorre temblorosa las avenidas, calles y plazas de la España austral. Sangre … Sangran la frente y el costado de los cientos de Crucificados que procesionan entre muchedumbres reverentes, o simplemente respetuosas, abrumadas ante tan magna manifestación de Pasión atormentada y descarnada. Aire, agua y fuego que se acompasan al ritmo regular y monótono de los Pasos soportados por los encorvados hombros de costaleros que jadean en su encierro, y que arrastran los pies sobre suelos asfaltados, empedrados o polvorientos. Sombreros puntiagudos que hienden el cielo, rostros cubiertos en duelo, ojos sin dueño. Variegado cortejo de mantillas y velos, de purpúreas capas y crespones negros, de rosarios y cadenas en lento vaivén y movimiento. Parada y silencio expectante antes de que el monumental entarimado de la imagen a cuestas voltee su peso para doblar la esquina de una calle cualquiera. Luego, vítores y aplausos ante tamaña proeza de coordinación y esfuerzo. Y mientras la Muerte estampa la agónica faz sobre el lienzo de la Verónica y la Dolorosa asoma su dolor por un corazón traspasado por siete puñales, la Magdalena llora por su amor sacrificado con lágrimas que empapan su larga y hermosa cabellera. Soledad … Soledad infinita en cada protagonista de esta universal historia de luctuoso sufrimiento, pero con un glorioso epílogo que saluda el inicio de cada primavera resurrecta. Que así siempre sea.
Danae03 de abril de 2012

15 Comentarios

  • Beth

    Yo, querida Danae, que soy del norte de España, donde la Semana Santa no se vive con la misma intensidad que en el sur, confieso que siempre me he sentido atraída por la imagen de esa Mater Dolorosa que encierra en su rostro, pero sobre todo en sus ojos, todo el dolor del mundo. Lo has descrito muy bien, y a mi me has emocionado. Gracias

    03/04/12 09:04

  • Davidlg

    Hola Danae, yo soy de México y aquí también se sigue la tradición de la semana santa, a veces con demasiado furor. Tu relato me gusto mucho, mucho. Por ahora estos temas son de mi interés, porque curiosamente este una parte del tema principal del libro que estoy escribiendo. No soy un hombre de religión, de hecho; a veces me comporto como un escéptico. Quiero decir, que estoy abordando el tema desde un punto de vista emocional; sólo lo que podemos llegar a entender: nuestros sentimientos y pensamientos. Lo demás de penderá de cada quien. Te dejo un poco de mi trabajo espero que te agrade. Saludos y un abrazo!



    El último en llegar fue Judas acompañado de Mateo, cerca del atardecer, cuando todos se preparaban para cenar en la casa de Obed, amigo de la familia de Lázaro. Jesús los recibió sin decir gran cosa, apenas les dio tiempo de saludar a sus compañeros y partieron de la casa de Lázaro.
    Judas siempre permanecía un poco rezagado del grupo y esta vez no fue la excepción; sin embargo, el apóstol también se preocupaba por la seguridad del grupo y era difícil que le quitara la vista a Jesús.
    Entonces, notó que además de su amigo Lázaro y Pedro que era como su mano derecha, otra persona, una joven mujer, se acercaba con mucha frecuencia y familiaridad a Jesús, y él le correspondía como no lo hacía con los demás.
    Judas se acercó a Felipe y le preguntó por la identidad de la muchacha. Entonces Felipe le dijo que se trataba de María, la hermana menor de Lázaro; que Jesús los conocía desde que eran niños y la relación de todos ellos era más de hermanos que de amigos.
    A partir de ese momento, Judas no apartó la mirada de María y al llegar a la casa de Obed, procuró sentarse en un lugar donde le pudiera observar sin que fuera notorio su interés. Esa noche Judas estuvo intranquilo; algo en la mirada de María le mantenía intrigado. Por un momento creyó que ya la conocía de algún otro lugar, pero en su memoria no la recordaba.
    Jesús se dio cuenta de la curiosidad de Judas; así que al día siguiente lo llamó temprano por la mañana y le presentó a María durante los primeros alimentos. Jesús dijo:
    —María, quiero presentarte a mi hermano, su nombre es Judas y estaba muy ansioso de conocerte.
    Judas se sonrojó por lo que dijo el Maestro y como se puso muy nervioso no supo que contestar, y se quedó callado.
    —¡Mira nada más, Jesús! Has sanado a muchos leprosos, les devuelves la vista a los ciegos, haces que los inválidos caminen, pero no puedes hacer que tu propio hermano hable— dijo María y sonrió —Yo creía que conocía a toda tu familia.
    —Es que él no está enfermo— dijo Jesús —sólo es un poco tímido, pero rápido se le pasa. Bueno, los dejo para que se conozcan.
    Jesús se retiró y un silencio incomodo se presentó entre María y Judas; así que el nervioso discípulo no tuvo más remedio que iniciar la conversación.
    —Discúlpame si estoy nervioso, no soy un buen conversador, pero… Jesús tenía razón, yo quería conocerte; y es que no sé porque, desde ayer que te vi caminando, tengo la sensación de que ya te conocía y quería saber si era posible que…
    —Lo dudo mucho— dijo María —casi no salgo de Betania y si por alguna razón nos hubiéramos visto antes, yo lo recordaría; Jesús dice que tengo memoria de escriba.
    De nuevo judas se quedó sin decir nada y los segundos se hacían cada vez más incómodos; esta vez fue María la que tuvo que romper el silencio.
    —Pero eso ya no importa, puesto que ya nos conocemos y tenemos a alguien en común, ¿cierto?
    Jesús los volteo a ver desde donde se encontraba platicando con Tadeo. Entonces María quien se había encontrado con la mirada de Jesús, dijo:
    —¿Es increíble verdad?
    Judas no entendió a que se refería y como sólo pensaba en otra cosa pudiera decir, no notó que la mente de María ya no estaba más con él.


    03/04/12 10:04

  • Voltereta

    Tu prosa huele a semana santa y esta en tus manos, tiene aroma a poesía y apasión. Semana santa hecha prosa poética y engalanada en tus neuronas, que dan a luz poesía de una manera singular. El dolor de las imágenes y el sudor de los costaleros, se adivina como algo peculiar y cercano dentro de tu escrito, como si estuviéramos viviéndolo en primera persona.

    Como siempre, encantado de leerte y admirado del don de tu palabra y tu composición poética, sabes que tienes en mi un gran admirador.

    Un abrazo y un beso.

    03/04/12 11:04

  • Libelle

    Me gusto,tu texto aunque no me guste nada de nada la semana santa pero tu texto la describe a la perfecion. Besos

    04/04/12 07:04

  • Fernandoj

    Brillante, sencillamente brillante, has retratado la Semana Santa de forma magistral.

    Me ha encantado.


    Un beso.

    04/04/12 01:04

  • Danae

    Querida Beth, contenta de haberte llegado con este texto. La verdad es que es una manifestación cultural de hondas raíces cuya vista en directo, independientemente de su sentido religioso, toca la sensibilidad de cualquiera que de antemano no se cierra a ella. Y sí ...esa Mater Dolorosa tiene bellísimas imágenes en las que se te clava la tristeza de sus ojos como las espadas que atraviesan su corazón.
    Un enorme abrazo, amiga.

    04/04/12 09:04

  • Danae

    David
    Entiendo perfectamente que alguien no religioso se interese por una figura como la de Jesús, y lo que es más, que se apasione por los temas bíblicos en general. Religión es no solo fe, sino manifestación cultural e historia.
    La historia más grande jamás contada ... Así es el título de una película sobre Jesús. Los cuatro evangelios tienen semejanzas, pero también difieren tanto en su forma como en su contenido. Creo que nunca se terminará de contar esta historia. También creo que hay episodios de la vida de Jesús de las que nunca nos enteraremos, porque ha convenido a la Iglesia Tú has aportado una versión, de la que has dejado aquí un pasaje, y te lo agradezco mucho. Me ha parecido amena de leer, interesante, original. Se nota tu entusiasmo por el tema muy claramente. Eso siempre trasciende al lector, así que espero que lo sigas escribiendo.
    Un abrazo inmenso, con mis gracias mil de nuevo.

    04/04/12 10:04

  • Danae

    Querido Voltereta, me alegra que lo hayas visto cercano, pues mi propósito ha sido que el lector viera por mi pluma lo que han contemplado mis ojos, y las sensaciones que me ha producido.
    Así que más que satisfecha.
    La calidad ya es otro cantar, pero si así lo ves también, te lo agradezco profundamente, poeta.
    Un gran abrazo y un beso, amigo mío.

    04/04/12 10:04

  • Danae

    Libelle, que te haya gustado mi texto no gustándote la Semana Santa es un comentario que me honra. Muchísimas gracias.
    Un beso enorme.

    04/04/12 10:04

  • Danae

    Democles
    El otoño es hermoso, pero débil. Las hojas se las lleva el viento. Sólo es cuestión de tiempo.Y la primavera siempre vuelve.
    Arriba esos ánimos, que tus comentarios me animan a mí.
    Un gran abrazo, corazón.

    04/04/12 10:04

  • Danae

    Fernando
    Muy halagada por tu comentario, viniendo de un narrador avezado como tú.
    Un gran abrazo. Nos seguimos leyendo.

    04/04/12 10:04

  • Indigo

    Hola Danae, transmites la atmósfera que vieron tus pupilas, y mi memoria se trasladó esas costumbres tan parecidas, los aromas circundantes abrazan, el olor de la cera de las velas, de las procesiones multitudinarias de Caracas, que como le dicen, la ciudad de la eterna primavera y que me vio nacer en Abril, en una Semana Santa. Me gusta tú espíritu contemplativo y respetuoso.

    Un besote.

    05/04/12 07:04

  • Danae

    Amigo Indigo, me alegra que hayas visto ese espíritu respetuoso con las tradiciones seculares de una tierra que amo, como tú amas la primavera de la Caracas que te vio nacer. Tus sensaciones ante ese olor de cera de las velas,de las procesiones multitudinarias, serán seguramente las mismas. Muy contenta de que las compartamos juntos.
    Un enorme abrazo, corazón.

    05/04/12 07:04

  • Miguelito

    Curiosamente vivo en un lugar donde se vive de una manera especial la semana santa castellana. Sin embargo, no asocio la llegada de la primavera a esa celebración. Omito mi opinión sobre el particular, cada cual que disfrute a su manera del evento, y que crea en aquello que más le satisfaga y le sea útil. Decididamente yo prefiero el otoño a la primavera.
    Un saludo de miguelito

    24/05/12 10:05

  • Danae

    Miguelito
    La Semana Santa marca donde vivo un antes y un después en variadas costumbres. Debe ser por eso que yo lo asocio. De todas maneras, ya sabes que la Semana Santa termina con la Resurrección, y siempre he visto en la primavera ese retoñar, o resurgir, de modo que asocio ambos.
    En cuanto a que prefieres el otoño a la primavera ...pues debo confesarte que yo también. En otoño nací, y el paisaje otoñal además me parece el más bello, el que más apela a mi sensibilidad.
    Un enorme abrazo, y gracias de corazón.

    25/05/12 10:05

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