Un día pasa algo que sabes que te va a marcar para siempre. Tras eso, lloras buscando aquello que le de sentido a tu vida y, aunque sabes que lo hay, no lo encuentras. Pasa el tiempo y vuelve ese algo que te hace sentir nuevamente ilusión. Tu vida sigue marcada pero sabes que tienes a alguien tapando la herida para que no sangre, es como ¡un cuento de hadas! Como si de pronto tu príncipe fuera a llegar para prometerte una vida feliz y todo eso de una perdiz .
El problema es que los cuentos de hadas no existen y cuando te das cuenta ya es tarde La herida vuelve a sangrar y estás atrapada otra vez en tu estúpido mundo real.
Ni los cuentos de hadas, ni los principes azules, ni Caperucita y el Lobo Feroz... pero las ilusiones sí, y hay que tenerlas para tener algo que nos motive :)