Hubo un destello que iluminó la habitación por unas centésimas de segundo, después, todo se sumió en una absoluta oscuridad. Inés avanzaba a ciegas, tropezando con los restos de lo que antes había formado una casa, su hogar, pero que ahora yacía en ruinas. Levantó la mirada y la dirigió al retrato que había en la pared del pasillo en el que se encontraba. En él pudo ver el rostro de su padre pintado con toda precisión, y de la forma más perfecta posible por el mejor retratista de la ciudad, y por el que en otros tiempos había sido amigo de la familia. Aquel cuadro había sido muy importante para Inés desde que, cuando apenas tenía seis años, su padre había sufrido un grave accidente en uno de sus servicios como militar y había acabado con su vida. Todos los que la conocían podían asegurar que, con tan solo mirarle a los ojos, se podía contemplar la viva imagen de su padre, aunque su aspecto se asemejara más al de su madre. Pero lo que nadie sabía era que Inés no era como él, que cualquier semejanza que hubiera entre los dos solo era una ilusión que ella misma había creado.

Aquellos pensamientos desaparecieron cuando las llamas alcanzaron el dorado marco de madera que acompañaba al lienzo. Inés vio como cada pincelada de aquella pintura se deshacía al contacto con el fuego, sentía como el olor a oleo y trementina inundaba la habitación mientras aquel cuadro se convertía en cenizas. De pronto, sin darse cuenta, se vio rodeada por las llamas. La joven avanzó a ciegas por la casa, intentando recordar la distancia entre pasillo y pasillo, hasta llegar a la puerta. La vista cada vez se le nublaba más por culpa de la nube de humo que se alzaba ante ella, y la garganta se le empezaba a secar al inspirar el gas. Cuando por fin logró alcanzar la puerta, una explosión se produjo en el interior de su domicilio. Inés se giró por un instante y todos los recuerdos le abofetearon en una milésima de segundo. La joven no pudo evitar que una lágrima fluyera por su rostro, dejando un rastro invisible tras su paso. Volvió la mirada hacia la calle y se dispuso a seguir corriendo, pero su cuerpo no reaccionaba a sus impulsos y se desvaneció.

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4 Comentarios

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  Mejorana

  Parece un mal sueño Death, tienes una capacidad de contar historias impresionante. No lo dejes por favor. El ritmo de la lectura es impresionante y no se puede parar de leer. Estoy deseando de tener tu libro entre mis manos, pasara leerlo sin respirar. No dejes NUNCA de escribir tus historias. Cada cual nace con su talento. Cultiva el tuyo, preciosa.
  

  15/08/11 09:08

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  Deathxlove

  Buff, ojalá fuera tan fácil :)
  Que alegría volver a verte por aquí, Mejorana. Gracias por tus ánimos, tendré en cuenta tu consejo.
  Un besazo enooorme.

  15/08/11 10:08

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  Danae

  Holaaa, Death. Coincido totalmente con Mejo. A ver, preciosa ... ¿Quién de los que escriben te dirá que es fácil escribir? Nadie. Que esta afición cuesta lo suyo, unas veces más, otras menos. Pero, ¿y la satisfacción personal de ver que has logrado transmitir en palabras esa historia que hasta entonces solo te bullía por dentro? Así que te digo como Mejo, cultiva el don que tienes. No lo abandones a la indiferencia.
  Un enorme beso, corazón. Esperando lo que sigue, que promete ser muy interesante.

  18/08/11 02:08

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  Deathxlove

  Gracias Danae :)
  ya, ya lo se, pero lo ha pintado tan facil... ajaja

  18/08/11 02:08