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Antes de Creer, Ya Te Amaba

Ha pasado mucho tiempo desde aquel día en que no nos besamos. Y lo hecho tanto de menos, como si en realidad tus labios se hubieran hospedado en los míos alguna vez. ¿Recuerdas aquel día en que no te hice el amor a pesar de saber que era amor el sentimiento que nos embargaba en ese preciso instante?, si, claro que lo recuerdas. A mi aun me dura el placer de imaginar tu lengua recorriendo el cuerpo que jamás tocaste.
Tú conocías bien tus sentimientos, y por un lógico reflejo, yo los reconocía como míos, y no había ninguna duda que asaltase mi memoria, pero nos pasó algo inesperado que truncó nuestras vidas para siempre; vertiendo el amargo sabor de la desdicha sobre ellas, tú y yo, conocimos a Dios.
Mi historia era un tanto contradictoria, me contaron la historia de un hombre que anduvo por el mundo con las sandalias rotas, algo que le hacía estar en continuo contacto con la tierra que lo acariciaba y para la que procuraba grandes milagros. Los hombres de negro que me contaron esa historia, abrían los brazos con arrogancia sobre sus fieles, y bebían de grandes cálices de oro, mientras prohibían el paso al hombre de sandalias rotas que se quedaba sentado en la puerta. Los feligreses al salir de la iglesia, caminaban sobre él, como él camino un día sobre las aguas, y guardaban con recelo y saña, fuertemente el monedero bajo sus brazos. Cuando a mitad de la misa, ya habían dejado pagado un candelabro para el altar, tres varales para la virgen, y una sotana nueva para el cura.
En el nombre de Dios te enseñaron a no quererme, te cubriste el cabello, cabello que jamás llegó a derramarse en mis sabanas, y que aun siento enmarañado en los dedos que jamás llegaron a tocarte. Te enseñaron a amar a otro hombre al que entregaste tu virginidad, tu dignidad y tu sumisión. Tú para él, tus ojos para los suyos, tus labios cubiertos por la tela que te impediría para siempre pronunciar mi nombre, y tu amor, tan cautivo como tú. La media luna salió y dios entregó su historia al mejor postor.
Antes de creer ya te amaba. Y eso no lo cambiara ningún Dios de los de a pie, yo te amo y te amaré, y jamás creeré al Dios que sale de la boca de hombres que no conocen el amor, de hombres que anteponen el cielo prometido a la tierra que nos acaricia. Puestos a creer en Dioses desaparecidos, prefiero creer en tu sonrisa sin tela que la cubra, tus dedos rozando los míos que conocen tus huellas como si hubieran ido juntas a la misma escuela, prefiero creer en tu corazón que late a doble bombo al verme pasar. Y de arrodillarme, tan solo ante ti lo haría, el único Dios que tuve frente a mí sin jamás haber sido mía.
¿Cómo puede ser Dios alguien que divide la felicidad de dos almas que han nacido bajo un mismo cielo?
Debenetash16 de septiembre de 2010

4 Comentarios

  • Chrisgarcia

    Debenetash:
    El corte del principio y del centro ha sido bastante tajante sin más. Fácilmente uno podría perderse, pero se desenvuelve lentamente y con precisión, hasta llegar a donde debe.
    Me gusto bastante!

    16/09/10 10:09

  • Mary

    Las misas me dan mal rollo...

    El deseo y amor de un enamorado...
    Me gusto mucho tu texto.
    Un beso.

    18/09/10 07:09

  • Debenetash

    Muchas gracias Chris.

    20/09/10 10:09

  • Debenetash

    MARY: Una vez discutia con una amiga musulmana, ella decia que nunca se podria enamorar de un cristiano, y yo le insistia en que antes de empezar a creer en algo, todos somos iguales. Parecia que no me iba a dar su brazo a torcer, pero al final, me confesó lo colaita que estuvo en el colegio por alfonsito. Con el tiempo, y la tradicion, sus gustos cambiaron. (Yo creo que le gusté, lo mismo es que con las barbas tengo pinta de morito guapo, no se).

    20/09/10 10:09

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