Después de lo sucedido, todo quedo en silencio y pasó tanto tiempo así,
que bien pudo haber sido un instante o una eternidad.
Las lagunas de mi mente inundaban mis ideas, mis recuerdos, mi presente
-si es que aun se le podía llamar así- y mi pasado.
Extrañaba la luz solar,
extrañaba sentir como su calor rodeaba mi ser atándome así a la vida.
Pero lo que mas extrañaba era la oscuridad, deseaba que un noche arropara mis ojos, con su manto de penumbra, pues ya estaba cansado de existir deslumbrado.
En este punto, mi mente volaba mas hacia un mundo de sueños, que en busca de la salida que apagara aquel pasillo e luz, que se extendía mas y mas a cada instante que pasaba.
El frío helaba mi ser a cada suspiro que evocaban mis labios.
-Poco a poco sentía como el vacío llenaba mi interior.-
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Callaba y contaba
callaba y contaba
callaba y contaba
Cerraba los ojos
dejaba que mi alma revoloteara entre dulces recuerdos,
entre dulces sueños
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Era hermoso recordar, era hermoso soñar,
pero regresaba al pasillo con cada suspiro que robaba lentamente mi calor.
Era una ironía ver como el blanco de la luz, de la esperanza, de la paz
Estaba acabando conmigo.
Un mezcla de sentimientos, ataban mi realidad al suelo de cristal
enredándome entre cadenas de luz, formadas con el calor de mis suspiros,
que mas que brindarme un poco de su calor,
me hacían notar que tan helada estaba ahora mi alma
me hacían ver
que tan cerca estaba de ser un destello más de aquel pasillo eterno.
-Una lágrima congelada incapaz de salir quemaba mis esperanzas de ser libre-
Ahora si sentía la prisión y por más que intentaba pensar solo culpaba a la luz cuando el verdadero culpable era otro
Libertad, no es volar mas allá del sol,
Ser libre es abrir nuestro ser
Y dejar que el sol acaricie nuestra alma
Armando Alarcón García
Continuara
