Inmerso en la paz más callada,
una ilusión pasa como un lucero,
colma mis sentidos y se pierde,
entre mis ojos y el mundo.
Una sonrisa con forma de esperanza,
queda suspendida en una aurora boreal,
el universo en unos pensamientos,
buscan bellas formas.
Manos que escapan presurosas del cuerpo,
hacia mundos llenos de historias,
surcan el alma siempre ansiosa,
la habitan y pronto nacerán.
La vida se mueve desde el vasto espacio,
puertas que fluyen llenas de misterio,
una dimensión donde la imaginación,
se expande y late junto a un deseo.
Es como mirar al cielo y pintarlo,
quedarse dormido fuera del cuerpo,
llevar la emoción hasta un amanecer incorpóreo,
abrir los ojos y regocijarse hasta el hartazgo.
La imaginación es un mundo encantador, además de ella brotan los deseos que te pueden hacer feliz con solo el simple hecho de pensarlos. Agradable texto Diegozami, saludos.