Adiós... hasta mañana... suenan las campanas de la iglesia que está al frente del cibercafé desde donde os estoy escribiendo. No es que me vaya a la iglesia donde están sonando las campanas... pues aunque soy creyente no soy de ninguna religión y, respetando a los que sí creen en ellas, yo opino que todas son "opios" para los pueblos... pero me voy al escuchar las campanas de la iglesia porque han coincidido ahora, exactamente ahora mismo, con las manecillas de mi reloj. Son las 8 de la noche. Tengo que estar en una cita, junto con Liliana, a la que tenemos que acudir. Es la cita con otra pareja de amigos. Así que suenan las campanas... los feligreses de la iglesia enfilan, como reguero de hormigas grises, hacia la capilla... y yo que soy soñador bohemio cristiano no religioso sigo teniendo siempre la sangre roja y el corazón a la izquierda... así que termino esta despedida con una frase espontánea "Nos llaman... nos llaman... todos nos llaman... y nosotros, sin apenas darnos cuenta, nos vamos hacia la oscura noche". Nos llaman. La noche se empieza a hacer oscura. !Menos mal que la luna alumbra los callejones de Las Torres y guiados por ella sentimos el placer de caminar... caminar hacia ese lugar donde nos esperan... para sentirnos una vez más humanos y más cercanos a nuestra realidad bohemia...

Felices noches para todos y todas...

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