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Ahots Urrun (cuento Vasco)

Parecía increíble que aquella lejana voz procedente de los cercanos prados fuesen palabras; pero el viento las traía hasta la puerta del caserío como para insuflar vida al espíritu del aire. Aideku se acercaba, inexorable, hacia "Larrezuri" mientras Aguirrechu comenzaba a temblar de miedo. Siempre que Aideku se había presentado en el lugar alguna vaca había quedado preñada sin haber ningún aparejamiento por medio y parte del ganado se perdía por los valles. El miedo surgía en el rostro del arrogante Aitor.

- ¡Me zor duzu, Aitor.

- ¿Cómo es eso de que te debo una, Aideku? No recuerdo deber nada a nadie y menos a un espíritu como tú. Sabes muy bien que te admiro demasiado.

- ¡Somersaults itzali zituen!

La soberbia de Aitor le impedía aceptar ninguna otra cosa que no fuera su propio ego.

- ¿Quién daba volteretas, Aideku?... yo... yo no recuerdo nada...

- Daba y daba volteretas el patético payaso de la máscara y el alcohol. Y entre la máscara y el alcohol no hacía más que ir como los picaflores: de flor en flor, de feria en feria, de festival en festival. Siempre abandonando a quienes le llegaron a querer. Al final el payaso de las volteretas ha dejado el arte poético de sus lucubraciones teatreras y se ha metido a peón de albañil donde tiene que tener mucho cuidado en dar sus famosas volteretas en los andamios porque abajo le está esperando la Muerte.

Ahora Aitor si que estaba asustado de verdad. Escondido en el caserío sólo meditaba que su reputación y su estimada arrogancia estaban en peligro. Aideku volvió a rugir.

- Ez zuen esan duzu onenak zinen? Ez zara ziren argitaratzeko kopuru bat zinen?

- Decía que era el mejor porque siempre he sido el mejor de todos y me considero el número uno porque cualquier otro sólo puede ser el número dos mientras yo esté presente.

- Hori egia balitz ... zergatik inoiz zure jarraitzaile kopurua gero? ...

- Mis seguidores no me entienden bien, Aideku. Mis seguidores nunca me han entendido lo suficiente. Pero eso quiere decir que yo soy especial.

Los desmesurados labios rojos de Aguirrechu, recién pintados para llevar a cabo su trabajo de payaso en Donostia, se abrían y cerraban como pez a punto de morir dentro de un vaso de agua. La congoja de Aitor Aguirrechu Pitxorro era la justa medida para saber que su vanidad resultaba insoportable.

- Zenbat aldiz izan apaltasuna besteei iruzkinak edozein eskaintzeko? Beste pailazoak hitz bat ez merezi dute?

- Lo siento, Aideku. No hacía ningún comentario a la labor de los demás payasos porque eran muy inferiores a mí. No me gusta perder el tiempo viendo cómo actúan los demás.

- Zulo hori ikusten duzu?

- ¡Ese pozo está seco! ¿Para qué quieres que pierda el tiempo viendo lo que hay en un pozo seco?

- For nola zure bihotza ikusten duzu!

- ¿Mi corazón está de verdad seco? ¿Cómo puedes afirmar, espíritu de venganza, que mi corazón está seco? ¡Yo también palpito como los demás!

- The besteen bihotzak taupadak besteentzat baina bakarrik beat zurea interesagatik!

- Vuelvo a decir que estoy arrepentido, Aideku. Reconozco que mi corazón no latió nunca para favorecer a los demás sino para mi propio interés. Es por eso por lo que me dio vergüenza cuando vi llegar a otros que pensaron tanto en los compañeros y las compañeras que me dieron una verdadera lección.

- Apaltasuna bainu bat?

- Eso es, Aideku. Un baño de humildad que nunca supe aceptar porque es duro para un vasco como yo tener que decir que había madrileños y madrileñas muchísimos más interesantes que mi persona. Cuando vi que triunfaban sin mi ayuda preferí marcharme sin reconocer que me habían derrotado del todo.

- Zer duintasuna da, baizik eta hori aitortuz zirko pailazoak ere aspertu ziren baino uzteko?

- Lo más duro para un payaso es aceptar que es muy aburrido y que los demás saben que eres muy aburrido. Lo mejor era creer que al marcharme del circo éste se iba a hundir y, sin embargo, fue cuando más comenzó a crecer.

Aitor Aguirrechu Pitxorro se quedó mirando al suelo, como si hubiese perdido un trozo muy importante de su personalidad, imaginando que Aideku se iba a olvidar de él; pero el espíritu se quedó otro largo rato en el caserío.

- Kontuz zure iritziak publikoekin ibili! Grinak politiko labirinto batean ezin duzu lortu duzu nola menderatu jakin gabe! Eta zure ipurdia airean geratu ahal sinesten kopuru bat berriro!

- Gracias por advertirme con sinceridad, Aideku. Tendré mucho cuidado en no decir estupideces en cuanto a la política vasca. Es mejor para mi futuro no meterme en jaleos sin saber luego cómo salir de ellos.

El espíritu salió por la ventana arrastrando tras de sí todas las hojas que Aitor estaba escribiendo sobre sus Memorias. Las había titulado "Veremos cómo". Pero respiró profundamente cuando se vio liberado de aquella pesada carga. A partir de aquel día se dedicaría a cuidar de que la leche de sus vacas se convirtieran en una leyenda para toda la comarca de Oiamungo Gaina. ¡Y es que la ansiedad de Aitor Aguirrechu Pitxorro por alcanzar el éxito y la fama le habían convertido en un payaso incorregible y ante tal cuestión ningún espíritu del bien o del mal podían hacer que entendiera que era. en verdad y de verdad, un payaso demasiado aburrido incluso aunque todo fuera solamente cuestión de leche buena o de mala leche!.
Diesel24 de junio de 2017

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