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Cartas a José Luis: Octubre (reflexiones).

Estimado José Luis:

Según dice Vázquez Borau, "la mejor manera de ayudar a las personas que hacen el mal es callándose". Y lleva razón mi compañero y amigo de creencia cristiana; porque si te das cuenta, al otro lado del silencio siempre está la verdad, esa verdad irrebatible de silenciar los razonamientos para dejar, claramente expuesta, la Razón Superior; esa Razón Superior que,partiendo de los designios de Dios, nos alumbra el pensamiento y nos ilumina el alma. Quizás te preguntes, amigo José Luis, qué tiene que ver el pensamiento con el alma. Te explico. Elpensamiento es al alma como el silencio a la calma. Si observas bien a los seres humanos que conforman el grupo de actividades que realizas día tras día, hay quienes intentan siempre imponer sus decisiones por el método de gritar más fuerte que los demás. ¿Cómo llamas tú a esas personas? Deduce lo siguiente: cuando alguien grita más fuerte que los demás es porque es más débil que los demás. La vida no puede convertirse en un corral de animales donde la palabra es sustituida por el grito, por el insulto, por la soez manera de querer demostrar que se lleva la razón denostando todo lo que hay. Es por eso que para ayudar a los demás no debemos comportarnos como energúmenos sino guardar silencio como personas inteligentes.

Si todos hemos venido a este mundo para cumplir una misión colectiva llamada Liberación no es a través de los recursos violentos la mejor manera de cumplir dicha misión colectiva. Existe otra manera más explícita, más rápida, más contundente... de hacer callar a quienes nos gritan como si no supiésemos de qué va la vida. Esos seres quizás están tan faltos de voluntad que les es imposible ser felices y, para sustituir su infelicidad, muestran su mal carácter diciendo que tienen fuerte personalidad. Nada más lejos de la realidad, José Luis. Te he visto muchas veces guardar silencio y te he acompañado muchas veces en ese guardar silencio ante los que amenazan con decir de nosotros quiénes somos en realidad cuando la verdad de la vida es que somos completamente distintos, y hasta diferentes, de lo que intentan hacer creer a los demás cómo somos nosotros. En verdad te digo, compañero de vicisitudes existenciales, que detrás de cada silencio nuestro está la impotencia de todos ellos; aquellos que intentaron crear la "confusión de la ceremonia" para intentar situar su predominio social por encima de todos los demás. ¿Los demás? ¿Qué debemos hacer con los demás, José Luis?

Está demostrado que no podemos cambiar a ciertos seres humanos que tienen ya tan baja su autoestima, tan faltos como son de ética y de moral, pero no es cierto que tengamos que aceptar sus formas de vida. Nosotros debemos ser siempre nosotros y no lo que los faltos de valores y principios quieren imponernos ser. Para ser alguien de valor en la vida hay que tener valores. Y para ser principio de nosotros mismos -ajenos por completo a sus mundos violentos- hay que tener principios. Lo que podemos aceptar es que son diferentes a nosotros y, en ese sentido, ya Dios (Jesucristo para más señas identificativas) propone callar en el momento de callar y hablar en el momento de hablar. Si alguien tiene que cambiar no somos nosotros precisamente sino quienes amenazan, gritan, persiguen... a quienes siempre tenemos la Verdad por delante como meta a conseguir.

El mundo es tal como cada uno de los seres humanos quiera que sea; porque no existe un solo mundo sino una pluralidad tan extensa y extensiva de mundos que, como dijo un amigo mío(cantautor cristiano también), "busca tu grupo y sé feliz". Es en esa búsqueda de tu mundo creativo, de tu mundo evolutivo, de tu mundo pleno, donde está el interés de nuestros continuos caminares no por los estrechos bordes de la marginación, sino por en medio de las calzadas, por el centro de las avenidas... para ser Luz derramada sobre quienes no tienen una identificación propia. Los marginados no son nuestra compañía pero podemos hacer algo muy importante para ayudar a los marginados: ir por en medio de las calzadas, por el centro de las avenidas... predicando esa Palabra que no nos han impuesto nadie sino que nos proviene directamente de ese Dios a quien conocemos gracias a la presencia de Jesucristo en nuestras vidas; siempre cobijados en la Palabra del Espíritu Santo; esa Palabra que hace callar de inmediato a quienes amenazan con sus gritos para intentar imponer sus falsas verdades.

Las personas que son felices de verdad no van por la vida amenazando a los demás, no van porla vida gritando a los demas. Las personas que son felices van por la vida simplemente y sencillamente viviendo y dejando vivir. ¡Cómo se ilumina el cielo al llegar el nuevo día cuando tienes la plena conciencia de que vives, dejas vivir y gozas con esa Liberación que te aparta de quienes amenazan, gritan y hasta persiguen a los que son felices... sin darse cuenta de que esa es su impotencia, esa es su imposibilidad de meternos miedo mientras nosotros seguimos caminando, con nuestra Verdad, por en medio de las calzadas, por el centrode las avenidas de la vida!

Una persona sincera, amigo José Luis, es la que dice todo lo que piensa cuando todo lo que piensa va a servir a los demás. Si lo que piensas no te sirve nada más que para ti, ¿de qué te sirve que lo expongas si no sirve para nadie más? Si tenemos el don divino de la Palabra es para poder hablar cuando llega el momento de hablar, para poder ayudar a quienes necesitan nuestras voces. Y digo voces y no amenazas, ni gritos, ni tan siquiera esfuerzos por querer convencer a nadie. Sólo convencemos cuando somo convincentes y, que yo sepa, ni las amenazas ni los gritos pueden convencer a nadie. De lo que se trata, en la vida, es de estar vivos y no muertos en vida como son quienes, para ocultar sus impotencias y su infelicidad general, quieren hacer general sus frustraciones.

No estoy de acuerdo en hablar lo contrario de los que se piensa, y en ese sentido discrepo de Váquez Borau, sino que lo que yo entiendo es que debemos hablar lo que de verdad pensamos cuando somos honestos, sinceros, claros... y esa honestidad, sinceridad y claridad de nuestros pensamientos sirven para hacer la vida más feliz no solamente a nosotros mismos sino también a los demás que quieren ser como nosotros mismos. No iguales a nosotros mismos, pues no existen nunca dos personas iguales, sino ser como nosotros mismos. Y es que hay que definir lo que somos y cómo somos. Lo que somos es diferente en cada ser humano pero cómo somos puede ser colectivo, comunitario, participativo y motivo de comunicación interpersonal para el crecimiento y la evolución de los seres humanos que antes de amenazar o gritar saben escuchar lo que tenemos que decir. ¿Y qué pensamos, nosotros los verdaderos cristianos, sobre asuntos de esta vida? Como dijo Sócrates: "cada uno de nosotros será justo en la medida en que haga lo que le corresponde". Si te das cuenta, José Luis, no dijo Sócrates en la medida en que piense sino en la medida en que haga. He ahí una profunda diferencia que quiero aclarar. No son nuestros pensamientos ni buenos ni malos y, por ende, no son nuestros pensamientos los que nos hacen ser mejores o nos hacen son peores. Lo que nos define y nos determina entre ser buenos o ser malos es lo que hacemos. Ningún psiquiatra, psicólogo o sociólogo puede determinar que una persona está socialmente enferma por lo que piensa o por lo que sueña sino que, al contrario de lo que señala Vázquez Borau, no existe ninguna enfermedad interior por causa de lo que pensamos sino que existen enfermedades interiores por lo que demostramos. Pongamos el caso de los celosos y los envidiosos. ¿Cómose enferman los celosos y los envidiosos? No a través de lo que piensan sino a través de lo que demuestran haciendo sus papeles sociales de celosos y envidiosos.
Es por eso por lo que las personas sabias saben que no es una certeza demostrable que un ser humano esté sano o esté enfermo por lo que los "especialistas" sociales creen equivocadamente. Ni la psiquiatría, ni la psicología, ni la sociología, pueden arrogarse el omnímodo poder de clasificar a las personas en sanas o enfermas (algo que no hizo ni hace jamás Jesucristo) sino quela psiquiatría, la psicología y la sociología, son ciencias inexactas. Tan inexactas que se encuentran a años luz del ejercicio de vivir con felicidad. Y para vivir con felicidad, lo que pensamos es solamente nuestro silencio existencial.

Se da la paradoja, José Luis, de que lo que pensamos no es lo que somos. Somos lo que soñamos que es cosa bien diferente. ¿Cuántos psiquiatras, psicólogos y sociólogos han aprendido esta enorme diferencia entre lo que es pensar y lo que es soñar? Casi ninguno por no decir ninguno... salvo aquellos que conocen la Verdad de Dios cuando diseñó a los seres humanos (hombres y mujeres por igual)a su imagen y semejanza. Y eso no es producto de los pensamientos sino de los hechos que protagonizamos día tras día. No es pecador quien piensa. Es pecador quien actúa con maldad.

La persona sabia (lo digo en singular porque es un aspecto meramente singular de cada ser humano, hombre o mujer de cualquier edad) aspira a una determinada perfección física y psíquica. ¿Qué entienden los psiquiatras, los psicólogos y los sociólogos por persona sabia? ¿Cómo es posible que intenten psiquiatrizar, psicologizar y/o sociologizar a quienes son más sabios que ellos mismos? Buena pregunta. ¿Cúal es la respuesta? El orgullo, José Luis, el orgullo. Pienso luego todavía no existo. Sueño luego ya estoy existiendo. Eso es lo que no pueden entender los profesionales de la psiquiatría, los profesionales de la psicología y los profesionales de la sociología, incapaces por culpa de sus orgullos de entender que dichas frases (pienso luego todavía no existo y sueño luego ya estoy existiendo) nacen desde el mismo momento que un ser humano es fecundado en el interior del útero maternal. Saber buscar la sabiduría es saber entender lo que es, en principio, la sabiduría... para, una vez sabido qué es la sabiduría, perder el orgullo y aprender que la sabiduría es, simplemente, la sencillez, la humildad y ese carisma del que ya he hablado algunas veces y que nos lo otorga Dios directamente y no ningún profesional de los que analizan nuestros pensamientos pero son incapaces de analizar nuestros sueños. Mira bien que no te hablo de interpretación de los sueños (tan diferentes según cada cual los quiera interpretar) sino de análisis de los sueños(tan unívoco y personal de cada ser humano). Muchos son los que deberían bajar de sus sitiales, de sus altos pedestales, de sus inmensos orgullos para doblar las rodillas y pedir perdón a Dios por sus propias altanerías que les hace creerse superiores a los sencillos, a los humildes, a quienes tienen el carisma de la inocencia pero que, en realidad, sí saben soñar.

Lee esta frase de Vázquez Borau: "Hay más felicidad en la casa donde hay enfermedad que en la casa donde se hace el mal". Ahí sí. Hay lleva razón. Una enfermedad es siempre pasajera (muera o no muera el paciente) pero la maldad es simpre perdurable. Por eso aléjate de la maldad sea cual sea su color (ya sabes que me refiero a las ideologías) y busca curar la enfermedad de tus creencias dotándolas de la sabiduría. A una ideología siempre le corresponde una falsedad. A una idea siempre le corresponde una verdad. En el mundo hay que saber distinguir, José Luis, la diferencia entre lo que tú buscas y lo que los demás buscan en ti. Lo que tú buscas eres tú mismo. Lo que los demás buscan en ti eres lo que les sirve a los demás. Y es en esa búsqueda de los demás hacia ti donde debes tener suficiente sabiduría para distinguir en quienes quieren beber de tus ideas y quienes quieren imponerte sus ideologías.

Ten siempre en cuenta que el amor se acumula siempre y, al igual ocurre con el odio. El amor produce una construcción de un mundo mejor. El odio produce una destrucción de un mundo mejor. Queremos construir un mundo mejor. Entonces la pregunta es ¿amas un mundo mejor u odias un mundo mejor?. Difícil respuesta cuando algunos se empeñan en querer implantar en nuestros cerebros que todo eso es relativo. No, José Luis, la diferencia entre amar u odiar es un absoluto y pertenece a la categoría de los absolutos. Nada de relatividad. Si amas simplemente amas. Si odias simplemente odias. Como dice Vázquez Borau, "cuanto más amamos, más amor tenemos". Por esa regla de tres simple, yo afirmo que cuanto más amamos, mejor mundo construímos y cuanto más odiamos más destruimos. No me refiero a hacer justicia, porque hacer justicia no es solamente un derecho sino, también, una obligación que tenemos que cumplir. La justicia del amor no es la venganza del odio; sino que la justicia del amor es no guardar silencio cuando llega la hora de hablar para que el mundo, viendo lo que es injusto, aprenda lo que es hacer justicia. La justicia del amor no es la venganza del odio. Es precisamente hablar cuando llega la hora de hablar y destapar lo que otros quieren ocultar. No confundas los términos como muchos y muchas que conozco yo y que, precisamente porque actúan mal, quieren obligar a guardar un silencio cómplice, un silencio que no actúa a favor de la justicia, un silencio que denigra precisamente porque está basado en la cobardía de no decir las cosas tal como somos.

¿Tú crees que la felicidad de una persona está ligada a la felicidad del resto de la humanidad? Pues si eso es así es necesario entender que hacer justicia no es cumplir venganza pero que hacer justicia conlleva denunciar lo denunciable para, a partir del conocimiento de los hechos, el mundo pueda entender, definitivamente, lo que es la Bondad y lo que es la Maldad y saber diferenciar dichos absolutos. Alguien tiene que hacer ese esfuerzo. Alguien tiene que dar ese paso de valentía para hacer justicia sin venganza pero justicia razonada, justicia que aun colocando el amor por encima de todas las cosas, denuncia lo que forma parte de las malévolas acciones de muchos que se basan, precisamente y como antes te dije, en los celos y las envidias malsanas. ¿Hundir al mundo o crear nuestro propio mundo? Elige entre la venganza de hundir al mundo o entre la justicia de crear nuestro porpio mundo. Esa es la disyuntiva que tendrás que aprender a diferenciar.

Ahora viene otra vez la diferencia significativa ente lo que es ser personas y lo que es ser solamente gentes. No es en el gentío que amenaza, que grita, que insulta sin saber por qué, ni para qué, donde debemos crear nuestro propio mundo; sino en las personas que saben primeramente callar para observar y luedo hablar para clarificar. La persona ama, la gente odia. Esa es la gran diferencia que en cartas anteriores quería explicarte bien.

Esto es importante: "La personas que lo tienen todo, menos a Dios, se ríen de las personas que sólo tienen a Dios". ¿Has visto mayor majadería que ese acto de reírse de los necesitados que sólo tienen a Dios? En el mundo han creado posiciones sociales y en ese reparto mal distribuido, productos única y exclusivamente de quienes explotan y expolian a muchos hasta convertirlos en huérfanos de la justicia humana, se ríen con soberbia y para ocultar su falsedad y su hastío por vivir (porque al final quedan hastiados de sus propias opulentas vidas) de quiénes sólo han quedado con la ayuda de Dios. Los religiosos de todas las religiones del mundo van predicando que eso es imposible de evitar, que el mundo es así, y que no hay más remedio que resignarse. ¿Qué clase de resignación van predicando, desde hace siglos y siglos, los religiosos de todas las religiones de la Tierra? Van predicando la resignación de quienes sufren injusticias sociales porque a ellos no les afecta en nada sino, que al contrario, les sirve de ganancias económicas y de aspiraciones sociales. Lo que olvidan los religiosos de todas las religiones de la Tierra es que Dios es un Ser Superior y que Jesucristo no predicó nunca la resignación como conducta humana ante la injusticia. Lo que dice la Palabra (el Espíritu cristiano) es que la injusticia no es un atributo divino. Lo que dice la Palabra (el Espíritu cristiano) es que Dios no es resignación precisamente (algo que nos han mentido todas las religiones para someternos a los poderosos sociales y entre los que se encuentran ellos mismos) sino Justicia. Y no es lo mismo Justicia que resignación. Alguien tiene que decirlo. Alguien tiene que decir al mundo entero que Dios es Justicia pero que Dios no es resignación.

Por mucho que la mentira aumente su poder, nunca podrá convertirse en verdad. Lo ha dejado escrito Vázquez Borau y yo lo asumo como una gran certeza. Los mentirosos sociales siguen aumentando su poder (como vemos día tras día) pero nunca son la verdad social. La verdad social se establece cuando denunciamos a dichas mentiras. La verdad social se establece cuando nos enfrentamos a dichas mentiras. La verdad social se establece cuando rechazamos a dichas mentiras.

No es época de llorar por lo que no merece la pena llorar. Es hora de reír por lo que merece la pena reír. Es hora de acompañar las lágrimas de los necesitados, de los olvidados, de los abandonados, de los que mueren día tras día por culpa de las injusticias sociales y las mentiras sociales, no solamente con nuestras propias lágrimas sino, sobre todo, con nuestro propio Espíritu como alternativa de futura felicidad. Tú creerás que te estoy hablando ahora del Cielo. No. Te estoy hablando de la vida sobre la Tierra, sobre este momento actual, sobre la Eternidad que estamos viviendo precisamente porque estamos vivos y no muertos. Está bien llorar acompañando al lloro de los demás (Jesucristo también lo hizo y lo sigue haciendo) pero no debemos quedarnos llorando a perpetuidad porque es la hora de levantar las esperanzas de los necesitados, de los olvidados, de los abandonados... de luchar por y a favor de todos ellos y ellas. Y en esa inevitable lucha es donde nuestro Espíritu Santo puede y debe ser la esperanza de todos ellos y de todas ellas. Ya he dejado escrito, en más de una ocasión, que la esperanza no es lo último que se pierde sino lo primero que se conquista. Y vuelvo a dejarlo por escrito una vez más. Pero no a través de la tristeza en que nos quieren convertir sino a través de la alegría en que nos convierte Dios. Por eso quienes se ríen de quiene sólo tienen a Dios son verdaderamente necios e infelices.

Volvamos al asunto de las edades. ¿Qué es para ti una persona vieja? ¿Qué es para ti una persona anciana? ¿Qué diferencias ves entre ambos conceptos humanos? Te lo voy a explicar una vez más y usando la razón de los sentidos. Una persona vieja es una persona que, sea la edad que venga escrita en cualquier documento de identidad, ha perdido todo deseo de vivir y ha perdido toda capacidad de reír. Una persona anciana, sea cual sea la edad que venga escrita en cualquier documento de identidad, siempre tiene ganas de vivir y nunca pierde la capacidad de reír. A eso unamos ahora los conceptos de esperanza y de ideales. Toda persona vieja (sea cual sea la edad que venga escrita en cualquier documento de identidad) es vieja porque no ha conquistado lo primero que se debe conquistar en la vida: la esperanza. Una persona anciana (sea cual sea la edad que venga escrita en cualquier documento de edad) es la que conquista, en primer lugar, la esperanza desde el mismo momento en que es engendrada en el interior del cuerpo materno. Y en cuanto a los ideales, una persona vieja (sea cual sea la edad que venga escrita en los documentos de identidad) jamás tiene ideales o bien porque no le enseñaron nunca lo que son los ideales o porque los perdió en su equivocado camino; mientras que la persona anciana (sea cual sea la edad que venga escrita en los documentos de identidad) busca ideales en todo momento, en toda época, en toda circunstancia.

Te escribo, a continuación, un pensamiento completo (con el que estoy totalmente de acuerdo) del compañero, amigo y también hermano cristiano, Vázquez Borau: "Una persona no es anciana (yo aclaro que debería haber dicho vieja) por haber vivido un cierto número de años, sino por desertar de un ideal, perder la rebeldía y caer en el conformismo.

Matizando esta frase, ante las injusticias hay que ser justos; ante las injusticias es necesario y hasta obligatorio no permanecer neutrales porque, como ya he dicho muchas veces, permanecer neutrales ante las injusticias es ponernos del lado de los opresores. Si te encuentras alguna vez en el caso de ver cómo algunos abusan de otros... ¿qué harías tú?... permanecer callado o inmiscuirte en el asunto para dejar bien claro que es un abuso necesario de cortar en su propia raíz. No es propio de hombres con valor quedar callados y guardar silencio ante el abuso de los unos contra otros. Dios no predica la resignación ni tampoco el conformismo. En cierto modo Jesucristo es ese rebelde que nos habla de que debemos intervenir a favor de los abusados. Eso sí es una rebeldía con causa. Yo no participaría jamás de una rebelión (nunca las rebeliones tienen causas que defender sino intereses que ocultar) pero si de una rebeldía cristiana. Y te aclaro que no es lo mismo rebelión que rebeldía. Especifico: rebelión consiste en desbancar a unos malvados para ocupar su sitio y seguir siendo tan malvados o incluso más malvados todavía. Una rebelión es la lucha que hay que plantear contra los malvados pero no para sustiuirlos por otra maldad igual o mayor, sino por una causa que se base en la Justicia. Esta diferencia la he visto en muchas ocasiones y tú también la has visto. Ser rebelde no es ser belicoso. Ser rebelde es ser justiciero. Son dos cosas que han confundido muchas veces y que siguen confundiendo muy a menudos. Los rebeldes no nos rebelamos sino que nos hacemos causa en nosotros mismo. ¿Comprendes ahora lo que separa la rebelión por una causa que susituye a otra causa igual o peor y lo que es ser rebelde por la única causa llamada Amor? Por eso insisto en que cuando veas a los antiguos compañeros y compañeras les digas, de mi parte, que sus causas no son mis causas. Yo sólo pertenezco a los rebeldes con una sola causa: Amar la Liberación cristiana.

Los ideales son para las personas como las estrellas para los navegantes. Bonita figura literaria de Vézquez Borau, compañero y amigo José Luis, pero es mucho más interesante saber que los ideales pueden ser la búsqueda de nuestros sueños cuando no solo somos navegantes sino, sobre todo, cuando andamos de un lugar para otro buscando la verdad de nosotros, la verdad de quienes nos rodean y la Verdad de Dios. ¿Existe algún ideal que una estes tres verdades? Posiblemente tú hasta lo puedas negar; porque he visto a muchos hombres como tú, dudando siempre de los principios elementales de la Vida, y sin embargo yo te afirmo, rotundamente, que existe un ideal que une a estas tres verdades. Si las estrellas nunca se alcanzan pero sirven para orientar nuestras vidas, como dice Vázquez Borau, estamos cometiendo un error, un pequeño pero elemental error; porque las estrellas se pueden alcanzar gracias a las utopías. ¿Has pensado alguna vez en esto, José Luis? ¿Has pensado que las utopías pueden dejar de serlo cuando sabemos de la Verdad de Dios? Esta es la Gran Verdad que muchos ocultan cuando predican sus intereses creados, como bien podría volver a repetir Joacinto Bemavente. Yo te afirmo que en el Sueño de Dios está el alcance de las estrellas. No para vivir en ellas sino para sentirlas dentro de nosotros mismos.

Los pájaros vuelan y los peces nadan. ¿Y los seres humanos? ¿Qué sucede con los seres humanos, amigo? Que todavía no han aprendido todos a vivir como hermanos los unos con los otros. Desviados del Camino de la Luz jamás pueden entender que se puede tener una estrella dentro de cada uno de todos nosotos. Si tuvierámos una estrella dentro de cada uno de nosotros... ¿no habríamos conquistado el Universo entero?.

Lo que hace imposible tal sueño es que casi todos los hombres sólo desean el dinero, tener mucho dinero para conseguir tener de todo y por eso terminan por hacerlo todo movidos únicamente por la meta del dinero. Pero ¿qué sucede con el Amor? ¿Es imposible entender que el mejor de los tesoros que existen es el Amor? La mayoría de los hombres se mueren porque el ansia del dinero les mata el alma. Y... ¿para qué sirve vivir con el alma ya muerta?... ¿tú crees que esa manera de morir vale la pena de sentirla mientras dura la existencia? El Amor no es solamente un tesoro como podemos entenderlo fácilmente sino que es mucho más: es tener todo el Universo dentro de nosotros mismos. Y eso es algo que sólo unos pocos consiguen alcanzar cuando abandonan la ansiosa búsqueda del dinero, se apartan de los avaros y se dedican a buscar el verdadro tesoro que es tener pero saber tener. ¿Tú crees que ser cristiano verdadero es ser pobre de solemnidad? ¿Quiénes han predicado que ser los hermanos de Jesucristo nos hace ser pobres del todo si a Jesucristo no le falta de nada? Es otra de las mentiras de quienes rigen los intereses de las religiones. Ellos no paran de predicar que el dinero pierde a la Humanidad cuando disimulan que solamente el dinero les mueve a crear sus religiones. Pero los verdaderos cristianos somos algo muy diferente a todo ello. Tenemos dinero. Tenemos incluso más dinero que ellos. Pero no en relación cuantitativa (que a ningún lugar te lleva más que a la muerte en vida) sino en una relación cualitativa (que persiste en nuestros "yo" eternamente) que es la realidad de saber tener mucho dinero porque tenemos la materia sometida al dominio del Espíritu de Dios. Es totalmetne falso que para ser cristiano verdadero haya que convertirse en un mendigo, en un vagabuno, en un ser humano sin futuros... porque nuestros futuros no son la carestía sino la abundancia. Jesucristo derrama la abundancia entre quienes siguen su Camino, su Verdad y su Vida; y entre esa manera de caminar, de saber la verdad y de estar siempre vivos, precisamente la abundancia económica también es un regalo de Dios. Ni somos pobres de espíritu ni somos pobres de solemnidad. Dios derrama en abundancia tanto espiritual como económica. Hay una frase-promesa de Jesucristo: "Ponme a prueba y te lo demostraré". Quienes vivís persiguiendo ideologías que os llenen la vida olvidáis esto que es totalemnte elemental dentro de la verdadera idea del Cristianismo.

Ahora bien, enlazemos lo de tener en abundancia con la frase que escribe Vázquez Borau diciendo "quien desee alcanzar un fin bueno tiene que utilizar un método bueno". De este enlace descubrimos que los avaros no son ricos por muchas riquezas que tengan. Su método es malo y por eso no pueden gozar de lo mucho que poseen. Esa manera de vivir no es la de un verdadero hombre rico. Los hombres ricos vivimos sabiendo que las riquezas provienen de Dios ya que Dios no es deudor de nadie. Y sabemos que tener poco sabiendo tener poco te lleva al destino de tener mucho para saber tener mucho. Si en los poco podemos ser felices y hacer felices a los demás... en lo mucho seremos más felices haciendo más felices a los demás. Eso si es una Revolución Social y no las que te predican los ideólogos de derechas, de izquierdas, de centros o de cualquier lugar que tanto abundan en la Democracia. Y es que nosotros somos de la Teocracia y, debido a ello, tenemos la enorme felicidad de nadar en la abundancia para repatir abundancia allí donse sólo hay escasez, necesidad, abandono y hasta desesperación. Por eso Dios nos da en abundancia. No sé si habrás llegado ya a comprender que no es una metáfora, sino una realidad.

Como dice Vázquez Borau: "De la misma manera que una persona no debe colaborar con el mal, sí debe colaborar con el bien". Lee despacio esta frase y piensa bien con quién estás colaborando. Sabes de lo que te hablo porque hemos compartido muchos ideales juntos. Lee despacio esta frase y piensa por qué dejé el camino de los que sólo buscan sus realizaciones materialistas (digamos, por ejemplo, la dictadura del materialismo aunque lo llamen obrero y proletaro) para realizarme de la manera que Dios pide. No te pido ni que me tengas que seguir porque eso depende solamente de tu propia voluntad; pero sólo te digo que leas despacio la siguiente idea.

Obtener la abundancia expoliando a los demás (como ha sucedido y sigue sucediendo durante toda la Historia de la Humanidad) es enriquecerse a través de la violencia de quitar a los demás, la violencia de desheredar a los demás, la violencia de esclavizar a los demás, la violencia de robar a los demás... y ya sabes que la violencia siempre es el lenguaje de los inhumanos, la ley de los animales mientras que el pacifismo de la no-violencia es la ley de las personas y sólo viviendo bajo esta ley del pacifismo Dios nos hace nadar en la abundancia de lo milagroso que tiene el Camino, la Verdad y la Vida de Jesucristo.

Dicen que los ríos beben de sus aguas y eso es falso. Los ríos beben de las aguas del cielo. Dicen que los árboles comen de sus frutos y eso es falso. Lo árboles comen de las aguas del del cielo. ¿De qué beben y comen nuestras acciones? Depende de circunstancias pero no son relativas esas circunstancias como te han hecho ver quienes tienen los intereses creados de que veas lo que ellos desean que veas y no lo que puedes ver por ti mismo. Nuestras acciones, si en verdad son buena, beben y comen también da las aguas del cielo; pero lo que las diferencia de los ríos y los árboles es que son aguas vivas, aguas que nunca se secan y aguas que aplacan la sed de los necesitados, dando de beber a los sedientos, dando de comer a los hambrientos y dando la Liberación a los oprimidos. ¿Cómo crees tú que se pueden conseguir esas metas si fuésemos pobres de solemnidad? No. No podríamos nunca conseguirlo. Pero es que resulta que las utopías de Dios no son utopías como te están siempre diciendo para que no veas la Verdad de Dios. Las utopías de Dios son sueños hechos realidad. ¿Te atreverías a llamarlo milagros? Yo sí. Me atrevo a llamarlos milagros, aunque hayan soberbios, vanidosos, envidiosos y hasta celosos, que se rían de mí o de quienes son como yo, debido a sus grandes ignorancias o, y esto es todavía peor, debido a sus enormes ambiciones basadas en intereses creados. Dios no creó los intereses. Dios creó las necesidades que deben ser cubiertas para que todos los humanos puedan vivir. ¿Ves la diferencia? ¿Entiendes la diferencia? ¿Descubres ya por qué Dios regala a sus Hijos en abundancia tanto material como espiritual? Y es más, yo te afirmo, que te regala esa abundancia en un envoltorio llamado Belleza. Pero de la Belleza ya te he hablado tanto que volveré a hablarte de ella en otra proxima carta.

Ahora te expreso la siguiente frase de mi hermano Vázquez Borau: "Si no queremos nada malo (y ahí añado yo la fealdad) y solo queremos lo bueno (y ahí añado yo la Belleza en toda su magnitud tanto física como espiritual), nosotros también deberíamos ser buenos para los demás". Y para ser bueno para los demás hay que saber guardar silencio cuando necesitamos entender y hay que saber hablar cuando necesitamos que nos entiendan.

Pan, amor y fantasía. ¿Recuerdas aquella película? Pues yo te afirmo que teniendo pan para repartir (como Jesucristo), y que sobre en abundancia, tenemos un amor añadido al Amor universal. Tenemos nuestro propio amor que, a la vez, es nuestro amor propio. No es un simple juego de palabras. Piensa que es una fantasía hecha realidad.

Dice Vázquez Borau que "Lamentarse de los tiempos que vivimos no sirve para nada. Lo que se nos pide es intentar mejorarlos".

Dice Vázquez Borau: "Si no tenemos enemigos es porque no amamos la verdad o no amamos la justicia"

Dice Vázquez Borau: "Lo que diferencia a las personas del resto de los animales es la capacidad de perfeccionamiento".

El mal nunca es vencido y, aún mejor dicho, nunca es derrotado haciendo las cosas mal y aplicando malas acciones a nuestras conductas. Al mal sólo se le vence y se le derrota, hasta destruirlo por completo, practicando el Amor. La Palabra de Dios, en definitiva, y para dejarlo bien claro, no sirve para los incrédulos porque incrédulos son. La Palabra de Dios está para servir a los que quieren creer, a los que desean creer, a los que necesitan creer.

Tu amigo, Pepe.
Diesel21 de noviembre de 2012

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