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Más Sobre El Mito (reflexiones)

"Alzarse contra el desafuero, contener el desmán y poner realidades donde imperan torpemente leyes caprichosas impuestas por multitudes enardecidas y fanatizadas, es algo superior a nuestras fuerzas. Los mitos son vehículos baratos para la circulación mental de las masas, y ya tenemos dicho en otra ocasión que los mitos se levantan para complacer instintos y no para servir inteligencias". Lo dejó escrito Ventura Bangüés Nasarre de Letosa, pero lo podría haber escrito yo mismo porque pienso de igual manera.

¿Nos mitifican cuando llegamos a la Cima? Para responder a esta pregunta primero tendríamos que conocer el proceso de la mitificación humana: cómo se crea un mito y cómo se desarrolla dicho mito para producir una mitomanía. Por ejemplo, podemos afirmar que para que un mito humano sea un mito humano se requiere un proceso de mitificación propio de la sociedad que mitifica a dicho ser humano. El proceso arranca de lo que conocemos como didascalia y, según sea la purificación de la sublimación de nuestros problemas cotidianos, aparece la manipulación de las masas a través del ser humano ya mitificado. ¿Qué es esa didascalia de la que arranca todo el proceso?

La vida es, en general y usando una imagen real para definirla en sus funciones sociales colectivas, una obra teatral. En el desarrollo de la vida colectiva de las sociedades y los pueblos, se produce un cierto tipo de enseñanza e instrucción a niveles primarios (la didascalia educativa) en la cual se introducen, de manera más o menos encubierta según sea el tipo de sociedad en donde se desarrolla dicha didascalia, las indicaciones que el dramaturgo impone a los intérpretes para la puesta en escena de dicha obra teatral. ¿Cómo dirigir a los pueblos hacia la didascalia que más favorece a los que poseen el poder de una sociedad determinada? Simplemente utilizando los mitos creados para tales fines y que, en términos más concretos, yo lo llamo la alienación de las masas. Los mitos humanos son esenciales para llevar a cabo dicha alienación.

El asunto clave es rodear de extraordinaria estima a determinadas personas que, en realidad, no han hecho absolutamente nada para ganarse esa clase de estima salvo que se han presentado voluntariamente a ser manejados por la publicidad en base a rotundas falsedades sobre su verdadera personalidad. Ocultos tras los intereses partidistas de quienes los manejan según unos parámetros premeditados para mostrarlos como "dioses" ante el mundo, los seres humanos mitificados pierden toda su propia condición personal y pasan a ser títeres en manos de quienes manejan esta especie de guiñol que nos imponen en base a lugares comunes, ideas preconcebidas como valiosas (aunque sean completamente falsas y faltas de validez) y mentiras convertidas en verdades por orden de la autoridad competente en cada área de las funciones humanas.

¿Qué sucede con las masas cuando se les presenta y se les representa una y mil veces la misma función "teatrera"? Que terminan por creer que esa es la verdad de los títeres a los cuales adoran cada vez más hasta convertirlos en objetos de reverencia sobrenatural. El mundo moderno está lleno de seres humanos (hombres y mujeres) tan mitificados que creemos saberlo todo acerca de ellos cuando, en realidad, no sabemos nada más que lo que quieren que sepamos los mecanismos de la publicidad y el "mercadeo" de las ilusiones. La masa se ilusiona demasiado deprisa cuanto más alienada está. Y esto bien que lo saben quienes manipulan los mecanismos de la mitificación de unos seres humanos que sólo son "pantalla". ¿Qué sucede cuando, de repente, la "pantalla" deja de ser lo que tanto llamaba la atención?: la desilusión, el desengaño, el sentirse defraudados por culpa de la mitomanía que los había convertido en hombres y mujeres superiores cuando, como demuestra la realidad, carecen por completo de todos aquellos atributos de superioridad con los que nos los estaban completamente mostrando día tras día, mes tras mes, año tras año... hasta que, de repente, se rompe la secuencia de los engaños por cualquier leve asunto que escapa del control de los poderes, y vemos la realidad de su enorme vacío, de su escasez de contenido, de su pobre condición humana.

Mitomanía. ¿Qué es la mitomanía? Voy a decirlo con una simple definición para hacerlo entendible: es la tendencia o inclinación patológica de sobrevalorar a una persona mucho más allá de lo que es en realidad. O sea, que volvemos a la misma pregunta. ¿Nos mitifican cuando llegamos a la Cima? La respuesta también es muy sencilla. Hay dos maneras de llegar a la Cima. A través del mito (el otro) o a través de la personalidad (el yo). El otro es imperturbable porque necesita ser omnipotente. El yo es sensible porque necesita ser humano. El otro jamás se conmueve. El yo puede llorar. El otro no sonríe sino que se burla. El yo no se burla sino que sonríe. Y mientras el otro se pierde en el marasmo del mito que lo deifica, el yo se libera en su caminar por la vida sin tener que aparentar que es un dios. Pongan en cada lugar a un par de personas determinadas y habrán descubierto la diferencia existente entre quien "aparenta" y quien "es". Ahí radica la verdad; en ese saber distinguir al otro del yo o al yo del otro, pero teniendo muy en cuenta que, en este asunto, el orden de los factores sí que altera el producto. Para no llamarse después a engaño porque, como dice el dicho, "esto pasa hasta en las mejores familias". Que tengan un feliz despertar.
Diesel14 de abril de 2016

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