Beth
Pues si, estoy de acuerdo en que la estupidez humana no tiene límites. Y que si tanto tiempo como desperdiciamos haciendo daño a nuestros semejantes lo empleásemos en hacer el bien, otro gallo nos cantaría a todos. Porque querer nos resulta muy complicado y a veces hasta nos avergüenza; pero desde luego no sentimos pudor al insultar o hablar mal del que está al lado.
Y ya lo dice la frase de la Biblia: el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra.
No seré yo, desde luego
21/07/11 01:07