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Salvada por la Liana (cuento)

Los dieciseis piratas, completamente borrachos, cantaban sobre la borda...

- ¡¡Grandes genios de los piratas sin la marina ni tanta mafia eran terribles para su tiempo ladrones inseparables o tesoreros. Dieciseis hombres en el cofre del muerto ron, ron, ron la botella de ron. Dieciseis hombres en el cofre del muerto ron, ron, ron la botella de ron. Qué empezaría pata de palo, si en su mar estaría localizado, ellos abordaban a gente con pasta, pero un buen perrero, no mira casta. Dieciseis hombres en el cofre del muerto ron, ron, ron la botella de ron. Dieciseis hombres en el cofre del muerto ron, ron, ron la botella de ron. Dieciseis borrachos en el cofre del muerto ron, ron, ron la botella de ron. Dieciseis borrachos en el cofre del muerto ron, ron, ron la botella de ron. La bebida y el Diablo dieron con el resto. Al abordaje!!

Entonces fue cuando se levantó El Capitán Flint y les dirigió la palabra gritando todo lo que pudo para hacerse escuchar.

- ¡¡¡Dejad de cantar ya, desdichados!!!

Todos guardaron silencio para que hablara el Capitán.

- ¡Me he enterado que Eva está escondida en nuestro bergantín! ¡En algún lugar de nuestro barco pirata se encuentra esa belleza de mujer! ¡¡Le regalo diez guineas de oro al que la encuentre y me la traiga viva!! ¡¡¡He dicho viva, miserables!!! Y luego bajó la voz para no ser escuchado por nadie más que por sus esbirros.

- Si una guinea de oro vale veintiún chelines os estoy ofreciendo un total de doscientos diez chelines por ella.
- ¿Cuánto supone eso, Capitán?
- ¿Te interesa saberlo, Perro Negro?
- ¡¡No sé cuánto les interesará a los demás pero yo quiero saber cuánto puedo ganar!!
- ¡Baja la voz cuando estemos hablando en público, ignorante! ¿No te das cuenta de que si Eva está entre nosotros se va a enterar de todo? Puesto que tan interesado estás por tus guineas te diré que obtendrías un botín de veintiuna libras y media. ¿Alguien tiene que hacerme alguna otra pregunta?
- ¿Por dónde empezamos a buscar, Capitán?
- ¿Cómo se nota que eres escocés, O'Brian? ¿Por dónde empiezan a buscar los buenos piratas?
- ¡Por el cofre! ¡Seguro que se ha escondido dentro de algún cofre!
- Bien dicho Billy Jones. Tú, como buen galés, si que vales para pirata. Buscad primero por todos los cofres, vagos de siete suelas.
- Oiga, Capitán... ¿qué quiere decir vagos de siete suelas?
- ¿Qué poco has aprendido de la vida de piratería Sacristán Pew? ¿Tan poco has aprendido en el banco de iglesia? ¡Más te valiera haberte quedado dando misas en alguna abadía de Bretaña! ¡¡Quiero decir que sois más vagos que un lirón, un lagarto, una culebra o una locha!!
- Entendemos todo menos lo de locha... ¡jamás hemos oído esa palabreja!...
- ¿Y te las das de gran pirata sin saber eso, viejo Johny?
- Antes de ser pirata era un buen marinero pero nunca he oído esa palabra...
- ¡¡Pues no debías ser un buen marinero!! ¿Cómo desconoces que una locha es un pez marino comestible de la familia del bacalao, cuerpo delgado, color marrón muy claro, y de unos setenta y cinco centímetros de largo?
- ¡¡Es que jamás he hecho yo la ruta del bacalo, Capitán!!
- ¡¡No hables tan alto, bocón!!
- ¡¡Es para ponerme a su misma altura, Capitán!!
- ¿Estás intentando amotinarte contra mí?
- Es que si usted eleva la voz todos la elevamos al tono en que usted la eleva porque somos piratas pero no sordos.
- ¡Lástima de latigazos! ¡¡Te mereces cien latigazos por deslenguado!! ¿Tampoco sabes lo que es un lenguado deslenguado? ¿Qué es un lenguado, Sacristán? ¡¡Dile al viejo Johny qué es un lenguado porque, al parecer, ya no tiene memoria!!
- Un lenguado es un pez teleósteo de la familia de los seleidos.
- ¡¡Cómo se nota que has leído bastante!!
- Lo suficiente, Capitán, como para saber que en latín se llama "selea vulgaris".
- ¿Todo eso es lo que hacías cuando estudiabas gratis en el seminario?
- ¡¡Ya está bien, Capitán!! ¡¡El hecho de que seas quien nos dirige no te da derecho a que nos trates como a ratas!!
- ¡¡En el mismo instante en que alguno de vosotros me traiga viva a Eva os trataré como a verdaderos hombres, sabandijas!!
- Cualquier día de esto le tiro a los tiburones.
- ¿Qué murmuras, John Silver? ¿Qué le estás diciendo en voz baja a Dirk?
- ¡Nada, Capitán! ¡Solamente que ya es hora de que empecemos a buscarla!
- ¡¡Si no la atrapáis, tú serás el primero en ser carne para los tiburones, John Silver!! ¿Te gusta la plata, Silver?
- ¡¡Tanto como a tí el sílex, Flint!!
- ¡¡Te has olvidado llamarme Capitán!!
- Entre los hombres no debe haber diferencias...
- ¿Lo crees de verdad, George Merry? ¡¡Muy alegre te veo hoy!!
- ¿Empezamos o no empezamos la búsqueda?
- ¡¡Si no fuéseis tan perezosos y no estuvieráis tan borrachos hace ya tiempo que deberíais haber empezado!! ¡¡A la cuanta de tres, todos en pie y a por ella!!
- ¿Por qué no mejor a la cuenta de diez, Capitán?
- ¡¡He dicho que a la cuenta de tres y el que no esté de acuerdo con la cuenta que me lo cuente personalmente a mi, Perro Negro!! ¡¡¡Uno, dos y tres!!!

Dando tumbos a diestro y siniestro los quince hombres del Capìtán Flynt se lanzan como hambrientos hacia los cofres para ser el que la consiga encontrar. Entre caídas debido a la borrachera de todos ellos más los empujones y las zancadillas que se dan los unos a los otros, la borda del bergantín es un verdadero caos; un amasijo de piratas que ruedan por los suelos sin orden ni concierto.

- ¡¡Bajad a la bodega, inútiles!! ¡¡Los cofres están en la bodega!!

Al escuchar esta última orden, Eva, que está escondida entre los aparejos junto al olvidado timonel, busca refugio en el camarote de Flynt porque sabe que allí no se atreve a pasar nadie sin permiso del Capitán.

- ¡¡Inútiles!! ¡¡Más que inútiles!! ¡¡Sólo sois unos inútiles y no servís para nada!! A ver... vosotros dos, Tom Morgan y Job Anderson... ¡¡haced el favor de poneos en pie y bajad de inmediato a poner orden en la bodega!! ¡¡Si tenéis que repartir leña hacedlo por orden mía!!
- ¡¡Como me llamo Tom Morgan que cumplo a placer con esa orden!!
- ¡¡Y yo, como me llamo Job Anderson que lo hago también con sumo gusto!!
- ¿Y tú qué miras tanto, Alan? ¡¡Vete junto con Tom a buscar a Eva pero a la orden de ya!! ¡¡¡Ya!!! ¿A qué esperas, Israel Hands? ¡¡Usa tus manos de piedra!!
- ¡¡Eso está hecho, Capìtán!! ¡¡Allá que voy!! Y espero zumbar, en primer lugar, a George Merry porque me parece más bien una señorita damisela en lugar de un verdadero pirata!!
- ¡¡Quedas tú, Johny!!
- ¡¡Ya voy aunque sea a rastras con mi pata de palo!!

Tom Morgan, Job Anderson, Tom y Alan bajan rápidamente a la bodega del bergantín, seguidos por Johny, y se encuentran con tal caos que deciden unirse a la pelea en la cual intervienen, después, Alan, Israel Hands y el mismísmo Johny a pesar de su pata de palo. Todos contra todos, los quince piratas, con la ansiedad de ser los primeros en abrir los cuatro cofres que están en la bodega del bergantín, reparten tortas a diestro y siniestro y la zurra es monumental. Todos se pegan contra todos para conseguir dejar KO a sus rivales. Poco a poco van cayendo, entre la borrachera general y la golpiza, todos los piratas; hasta que queda solamente en pie Perro Negro.

- ¡¡Tú eres el ganador... de momento... Perro Negro!!
- ¡¡Espero, Flynt, no tener que pelear ahora contigo, porque sería una lástima que la Historia de la Piratería quedara huérfana de un Capitán tan valiente como tú por culpa de Eva!!
- ¿Qué insinúas, Perro Negro?
- ¡¡Que es una vergüenza que todo un Capitán de piratas haya perdido toda su valentía por culpa de una mujer... aunque sea Eva!!
- ¡¡Prometo que te daré cien latigazos completamente desnudo, rufián charlatán, y lo haré delante de ella para mayor vergüenza, porque hablas más que una cotorra!!

La cacatúa que siempre está sobre el hombro derecho del Capitán Flint repite sin sentido alguno.

- ¡¡Huac huac huac!! ¡¡Perro Negro es un marica!! ¡¡Huac huac huac!! ¡¡Perro Negro es un marica!! ¡¡Huac huac huac!! ¡¡Perro Negro es un marica!!
- ¿Eso es lo que le has enseñado a esa cotorra indeseable?
- No lo ha aprendido de mí. Bill Jones es quien se lo ha enseñado y no yo.
- ¡¡Cuando despierte Bill Jones de su bello sueño vamos a ver lo que le enseño yo a decirle a él!! Con razón se llama Cuenta pero ya daré yo cuenta de él cuando despierte...
- Deja de murmurar con amenazas y gánate el premio.
- ¿Y para quién va a ser Eva?
- ¡¡Eva es para mí!! ¡Tu ya tienes bastante con las 20 guineas de oro si eres capaz de encontrarla!!
- ¡¡Esa Eva no se va a burlar de mí... por el Holandés Errante que no se va a burlar de mí!!
- ¡¡¡Haz el favor de no citar al Holandés Errante!!!
- ¿Por qué tienes tanto miedo, Capitán?
- ¡¡Calla, por Belcebú!!! ¿No sabes que el fantasma de Willem van der Decken, quien hizo un pacto con el Diablo, ronda por los mares y quizás nos estés escuchando?
- ¡¡¡Jajajajaja!!!

Y Pero Negro comenzó a gritar a pleno pulmón...

- ¡¡¡El Diablo y la bebida dieron con el resto, ron, ron, ron, la botella de ron!!! ¡¡¡El Diablo y la bebida dieron con el resto, ron, ron, ron, la botella de ron!!!
- ¡¡Si no te callas de inmediato te corto el cuello, sabandija!!
- Está bien, Flint, está bien. Cuando me hayas pagado las veinte guineas de oro que has prometido dejaré de cantar.
- ¡¡Tienes que encontrar a Eva para ganarte la veinte guineas!! ¡¡Abre ya los cofres y que el Diablo nos lleve si no la encontramos!!
- ¡Todas para mí! ¡Son todas para mí!

Perro Negro, dando traspíes de un lado para otro por culpa de la borrachera y los bandazos del bergantín debido a la furiosa tormenta que se está desencadenando, va abriendo, como puede, los cuatro cofres para no encontrar, en ninguno de ellos, a la tan deseada Eva.

- ¡¡¡Maldición!!! ¡¡¡Por las barbas de Belcebú!!! ¡¡¡Que el Holandés Errante nos lleve a todos por delante!!!
- ¿Qué sucede, Perro Negro?

Perro Negro sólo puede musitar mientras cae al suelo profundamente estenuado por el esfuerzo realizado para abrir los cofres y la tremenda borrachera que lleva encima.

- No está... nos ha engañado... es más astuta que una serpiente...
- ¡¡¡Levantáos todos, pandilla de ratas!!! ¡¡Vaya piratas da calcomanías estáis hechos!! ¡Está visto que no sois más que muñequitas en lugar de hombres! ¡¡Y tú, pajarraco, vete al diablo, por los mil demonios, o te desplumo vivo antes de meterte en la cazuela!!

La cacatúa, asustada por los fieros gritos histéricos del flaco y casi esquelético Capitán Flynt, levanta el vuelo y huye hasta posarse en el abandonado timonel.

- ¡¡¡Huac huac huac, Perro Negro es un marica!!! ¡¡¡Huac huac huac, Perro Negro es un marica!!! ¡¡¡Huac huac huac, Perro Negro es un marica!!!
- ¡¡¡Cállate ya, pajarraco!!! ¡¡Ya arreglaré yo las cuentas contigo y con todos estos bellos durmientes que son más inútiles que un boticario para un fallecido!! ¡¡¡Haz el favor de callarte mientras descanso por unos momentos en mi camarote!!!

La tormenta se había desatado y la bella Eva, debajo de la cama del Capitán Flynt, temblaba de pavor sólo de pensar qué haría aquella especie de acémila si la descubría; así que cruzó los dedos índicie y corazón de su mano derecha y rogó a Dios que no la viera.

- ¡¡Está visto que esta noche va a ser como visitar a los infiernos pero voto a Satanás que a más de uno le marco a hierro candente después de haberle descuartizado a latigazos!!

El Capitán Flynt abrió lentamente la puerta de su camarote, miró en medio de las tinieblas, para asegurarse de que nadia había allí dentro, entró del todo, cerró la puerta con llave desde dentro y se tumbó en la cama mientras Eva contenía hasta la respiración y sólo deseaba escapar de allí sin ser vista por aquel energúmeno que comenzó a hablar para sí mismo.

- ¿Cómo puede ser que esa mujer haya podido introducirse en "La Calavera" sin haber sido descubierta? ¿Dónde se embarcó en mi bergantín sin que yo me diera cuenta? Debió ser cuando hicimos un repostaje de víveres en Bonaire. Seguro. Seguro de que fue en Bonaire aprovechando que todos estábamos bebiendo ron en la taberna del judío Eleazar Davidman. ¿Y qué está buscando entre nosotros? No puedo comprender cómo una mujer tan bella tiene la osadía de mezclarse con toda esa gentuza que tengo como tripulación sin tener tan siquiera miedo de lo que le pueda pasar. Pero cuando amanezca estoy seguro de que la atraparé y entonces mi venganza será terrible porque estoy seguro de que es una espía al servicio de las autoridades portuarias de Francia.

Eva sintió como si una corriente eléctrica recorriera todo su cuerpo pero ni tan siquiera hizo el más leve movimiento. Estaba aterrada.

- Está bien. Leeré un poco para no dormirme, pues debo estar atento a que ninguno de esos ratas de cloaca que están durmiendo la mona en la bodega fuerce la puerta y me corte el cuello. Sé que todos me temen porque me odian... pero mañana más de uno conocerá mi látigo... y esa tal Eva será la primera en comprobarlo en su propia persona.

El Capitán Flynt se levantó del camastro lo mejor que pudo y, aun con los estragos del ron haciendo mella en su cerebro, acertó a elegir un libro del anaquel. Después, con el libro en la mano, se volvió a tumbar en dicho camastro.

- Leeré alguna de estas Leyendas de Piratas para no pegar un ojo durante lo poco de noche que nos queda todavía.

Había desaparecido ya la tormenta y "La Calavera" se movía, sin rumbo alguno, empujada por la fuerte brisa del aire sin dirección alguna debido a que nadie se encontraba dirigiendo el timonel en donde había buscado refugio la cacatúa.

- ¡¡¡Huac huac huac, Perro Negro es un marica!!!
- Veamos qué dice ésta: "Rueda por la playa de los Loros —entre las bocas de los ríos Jesús María y Grande de Tárcoles— una leyenda que se afirma en la nebulosa historia de nuestra época colonial, y que alimentan cada año los pescadores o los peones salineros mientras descansan de sus faenas contemplando el maravilloso paisaje que, al ocultarse el sol se admira desde el Peñón de Tivives. Cuenta la leyenda dicha que cuando Sharp y Dampier pirateaban en el Mar de Balboa sembrando el terror en las Colonias Españolas, acostumbraban adentrar sus faluchos en el río Jesús María para descansar seguros y reparar averías. En el Peñón dejaban centinelas vigilando el horizonte, y mientras unos trabajaban, cazaban otros y todos bebían, los jefes planeaban la próxima correría. Un día de tantos llegó del sur Dampier cargado de tesoros; tan grandes y valiosos eran que la codicia llenó su pensamiento y resolvió ocultarlos para lograrlos solo. Su plan confió en secreto al compañero que más temía, un viejo pirata corazón de hiena y punas de acero, e hijo del Diablo —según se decía— ofreciéndole compartir la presa. Ya puestos de acuerdo, con engaños enviaron sus hombres al Peñón de los vigías y entre los dos pasaron el tesoro a la rivera; al pie de un corpulento guanacaste cavaron un hoyo profundo y como en cascada amarillenta allí cayó el botín. Pero... recordó Dampier que secretos entre dos no son secretos y su puñal, cien veces asesino, a traición clavó en el ladrón compañero. Cayó el pirata moribundo y expiró invocando a su padre Satanás; éste llegó, se metió dentro del muerto y por su boca gritó ¡Aquí!. Tembló Dampier. Requirió su sable y de medroso y terrible tajo separó del tronco la cabeza del muerto, que rodó y rodó cayendo en el hueco del tesoro. ¡Ya no hablarás! dijo el traidor, pero... ¡oh poder del Diablo! El cuerpo del pirata sin cabeza del suelo se levantó, extendió hacia la mar su brazo y gritó ¡Aquí!. Huyó Dampier horrorizado hacia el Peñón de los Vigías llamando a su compañeros mientras el cuerpo sin cabeza tras él corría gritando !Aquí! Contemplaron los piratas el macabro espectáculo. Les llenó de espanto. Volaron al falucho. Las anclas levaron. Al ancho mar huyeron temblando de pavor, y en el Peñón quedó hacia la mar tendiendo el brazo, como un fantasma horrible, el pirata sin cabeza gritando ¡Aquí!. Y en la rivera izquierda del río Jesús María quedó el tesoro guardado, al pie del corpulento guanacaste que el hijo del Diablo cuida. Y la sombra del fantasma, del pirata sin cabeza, aguarda a un hombre sin miedo para partir las riquezas. Cuentan los viejos pescadores que para las lunas llenas —al llegar la media noche— en el Peñón de Tivives un fantasma sin cabeza, que lanza un grito extraño, por las rocas se pasea. Y que para el mes de octubre, cuando por el río Jesús María bajan las corrientes, una lancha misteriosa que nadie maneja, domina las aguas y quietecita se queda, frente a un viejo guanacaste que se encuentra en la rivera. Tal es la leyenda que dice que en el "Peñón de los Vigías" duerme en los inviernos y en los veranos despierta, cuando viejos pescadores admiran el bello paisaje que, al ocultarse el sol, se contempla desde el Peñón de Tivives".

De repente se le cerraron sus párpados, el libro se le cayó de las manos y el Capìtán Flynt quedó dormido y lanzando fuertes ronquidos y tan horrendos que resonaban en todo el camarote y penetraban en el cerebro de la bella Eva; la cual estaba esperando a que el Capitán durmiera mucho más profundamente por ver si podía quitarle la llave que tenía éste anudada en un cordel sobre su pecho y conseguir, de esa manera, salir de aquella encerrona en que ella misma se había metido.

- Creo que ha llegado la ocasión propicia -pensó para sus adentros la bella Eva.

Y poco a poco, deslizando su cuerpo lentamente para no producir sonido alguno, logró salir de debajo de la cama, se incorporó a cámara lenta y, temblándole el pulso y sobreagitada, esperó a que el Capitán Flynt no se despertara de improviso. Viendo que el Capitán había dejado de roncar pero estaba sumido en un profundo sueño, lentamente fue acercando sus dos manos hacia la llave. La dificultad consistía en poder deshacer el nudo sin que el Capìtán Flynt sintiese nada. Con una maestría proverbial, tras varios intentos nulos, consiguió, por fin, desatar el nudo y la mano derecha le tembló por un momento. Estuvo a punto de que la llave se cayera sobre el piso de madera, pero logró contener sus nervios y ya, con pasos más decididos pero sin arrastrar sus zapatos para no producir ruido alguno, metió la llave en la cerradura y la giró. Un leve crujido de la puerta hizo que el Capitán Flynt diera un respingo pero, de inmediato, se volvió hacia su costado izquierdo, dando la espalda a la puerta, y siguió profundamente dormido. Eva había logrado abrir la puerta y, después, para cerciorarse de que el Capitán no la pudiera seguir, la cerró otra vez con llave, desde el exterior, y acercándose a la borda, aprovechando que nadie estaba en la cubierta del bergantín, arrojó la llave al tranquilo mar y las olas se la engulleron en el mismo instante en que la cacatúa dio el aviso.

- ¡¡¡Huac huac huac, Perro Negro es un marica!!! ¡¡¡Huac huac huac, Perro Negro es un marica!!! ¡¡¡Huac huac huac, Perro Negro es un marica!!!

Asustada y temiendo que los piratas despertaran, buscó por toda la cubierta un lugar seguro donde esconderse... hasta que encontró un enorme barril lleno, hasta su mitad, de grandes y verdes manzanas. Con un esfuerzo inaudito, para no producir ruido alguno, mientras ya clareaba el alba, se introdujo en el enorme barril cubriéndose parcialmente con las manzanas y dejando solamente libre su cabeza para poder respirar. El barco, en esos momentos, produjo un violento chasquido. Sin rumbo alguno, acababa de encallarse en las cercanías de la playa de la isla Mujeres, en pleno Caribe; produjéndose tan fuerte chasquido que se despertó, sobresaltado y agitada su respiración, el Capitán Flynt que se echó, instintivamente, la mano al pecho pero no encontró la llave.

- ¡¡¡Por los mil diablos del Holandés Errante!!! ¡¡¡Alguien me ha birlado la llave de mi camarote!!! ¡¡¡En cuanto atrape al sapo que lo haya hecho lo convierto en picadillo a cuchilladas!!!

Entonces fue cuando comenzó a razonar con lógica por primera vez en mucho tiempo...

- Demonios. Si yo cerré la puerta por dentro no ha debido ser ninguno de esos ratas que tengo como tripulantes porque estaban tirados en el suelo de la bodega... luego alguien ha estado dentro de mi camarote antes de que yo entrara... y ese alguien ha debido ser... ¡¡¡Eva!!! ¡¡¡Ha sido esa astuta Eva!!! ¡¡¡Eva me ha quitado la llave!!!

Saltó bruscamente de su camastro y se acercó a la puerta intentando abrir, pero comprobó que la astuta Eva había cerrado con llave desde afuera y entonces fue cuando se descompuso del todo y comenzó a lanzar enormes gritos haciendo que se despertaran todos los restantes piratas.

- ¡¡¡Ratas de cloaca!!! ¡¡¡Venid a ayudar a vuestro Capitán!!! ¡¡¡La astuta Eva me ha cerrado en mi camarote!!! ¡¡¡Derribad esta puerta y os prometo que todos tendréis una buena recompensa!!!

Al escuchar la palabra recompensa dicha por el avaro Capitán Flynt, todos los restantes piratas se pusieron en pie, pasada ya la borrachera general y el efecto de la golpiza que se habían dado entre todos los unos contra los otros, y se lanzaron hacia el camarote del Capitán.

- ¡¡¡Es imposible abrirla!!!
- ¡¡¡No digas estupideces, Bill Jones!!! ¡¡¡Ya sé que es imposible abrirla porque si fuese posible lo habría hecho yo!!! ¡¡¡Derribad la puerta a hachazos, malandrines o, en caso de que no lo hagáis, os corto la cabeza a todos!!!
- ¿Cuánto ofreces de recompensa, Capitán?
- ¡¡¡Escucha bien, Perro Negro!!! ¡¡¡Os prometo diez guineas de oro a cada uno por derribar la puerta y sigue en pie la oferta de dar otras diez guineas de oro para quien logre atrapar viva a esta astuta Eva!!! ¡¡¡Así que si tú eres el afortunado te ganarás veinte guineas de oro por hacer algo tan sencillo!!!

Dirigidos por Sacristán Pew, que tomó el mando de las operaciones de derribo de la puerta, Bill Jones y Perro Negro tomaron dos hachas que encontraron en la bodega y comenzaron a dar fuertes hachazos contra la puerta.

- ¡¡¡Eso es!!! ¡¡¡Yo impongo el ritmo porque para eso sé contar mejor que los demás pues soy letrado!!! ¡¡¡Uno dos!!! ¡¡¡Uno dos!!! ¡¡¡Uno dos!!!

Los dos más feroces piratas de aquella pandilla de granujas, conocidos como Bill Jones y Perro Negro, sólo pensaban en las veinte guineas.

- ¡Yo seré el que lo consiga, Perro Negro!
- ¡De eso y de otro asunto que me he enterado gracias al Capitán hablaremos tú y yo después, Bill Jones!

La cacatúa volvió a su sempiterno charloteo...

- ¡¡¡Huac huac huac, Perro Negro es un marica!!! ¡¡¡Huac huac huac, Perro Negro es un marica!!! ¡¡¡Huac huac huac, Perro Negro es un marica!!!
- ¡¡¡Después aclararemos eso de que yo soy un marica, Bill Jones!!

Después de dejar descerrajada por completo la puerta del camarote del Capitàn Flynt, una potente patada de Perro Negro terminó por derribarla por completo.

- ¡¡La tenía que haber dado en tus cataplines, Bill Jones, pero ya tendré tiempo de que tus cataplines conozcan mis coces, cerdo sarnoso!!

El Capitán Flynt tenía el rostro demudado y lívido... pero seguía con su ataque de histeria...

- ¡¡¡Dejad de discutir ahora, mamelucos!!! ¡¡¡Vamos!!! ¡¡¡Rápido!!! ¡¡¡Buscad por todo el bergantín, hatajos de bergantes, y encontrar a esa astuta Eva antes de que logre escapar de este maldito cascarón!!!
- Es mejor que te calmes, Capitán...
- ¡¡¡No me vengas ahora con sermones, Sacristán!!! ¡¡¡Juro que te daré cien latigazos a ver si adelgazas todas las grasas que te sobran y no me iré de este podrido mundo sin haber cumplido con mi juramento!!!

Después se fue calmando poco a poco...

- ¡¡Pero la obligación es antes que la devoción, Sacristán!!
- Yo pienso que es al revés, Capitán.
- ¡¡No tengo ganas de discutir contigo ahora, Israel!! ¡¡Tú has sido el que has abandonado el timonel y por eso hemos encallado, miserable Hands!! ¿Dónde tenías tus manos de piedra em vez de haber seguido gobernando este maldito barco?
- Calma, Capitán, calma... por favor... te suplico que tengas calma...
- ¡Eso está mejor dicho George Merry, eso está mejor dicho y espero que seas tú quien se lleve la doble recompensa!
- ¡¡Será por encima de mi cadáver!! -bramó Perro Negro.
- ¡¡No empecemos a discutir de nuevo!! ¡¡Como buen escocés que soy siempre he sabido que a río revuelto ganancia de pescadores!!
- Bien dicho O'Brian, bien dicho y te juro que las diez guineas ya las has conseguido. ¡¡¡A qué esperáis, comadrejas!!! ¡¡¡Buscad por todo el bergantín!!! ¡¡¡No puede ser que una sola mujer, por muy bella que sea como es en este caso, se burle de esta manera de dieciseis fieros y terribles piratas!!!

Ya no hubo más palabras y todos se lanzaron, afanosamente y sin descanso alguno, en busca de Eva para atraparla.

- ¡¡¡La quiero viva!!! ¡¡¡La quiero viva!!! ¡¡¡Os repito mil veces que la quiero viva!!! ¡¡¡Si no conseguís capturarla os mando a todos al infierno!!! ¡¡¡Todos tenéis ya un pie dentro de él por vuestra miserable vida, así que el Diablo os aguarda con sus brazos abiertos!!!

Dos horas completas estuvieron los quince piratas sudando a chorros por el fuerte bochorno que hacía. Todos excepto el Capitán Flynt que también sudaba a chorros por culpa de los nervios. Al finalizar las dos horas completas de infructuosa búsqueda, el Capitán Flynt ordenó reunirse a todos.

- ¡¡¡Venid todos aquí, alimañas!!! ¡¡¡Tenemos que organizar mejor la búsqueda!!!

Todos se reunieron muy cerca del enorme barril de manzanas verdes y cuando Eva supo que estaba a pocos metros de ellos, mantuvo la serenidad aunque no pudo evitar un estornudo producido por el olor de las manzanas que le penetraba profundamente por la pituitaria. Atemperó el sonido del estornudo con su mano derecha.

- Atchissss...
- ¿Qué ha sido eso?
- Ha debido ser que se ha constipado ese bicharraco que está sobre el timonel, Capitán.
- Está bien George Merrill. ¡Si capturamos viva a la bella y astuta Eva os prometo que ese pajarraco termina en la cazuela y nos sirve como aperitivo de la comilona de habichuelas que os juro que comeréis hasta hartaros si conseguimos cazarla!
- ¿Habichuelas? ¿No podía ser, por ejemplo, jamón serrano y estofado de buey?
- ¡¡Tú siempre pensando en la comida, Sacristán Pew!! ¿Por qué no puedes dejar de pensar más que en la comida, barrigón inmundo?
- ¡¡A mí me duele hasta la pata de palo de tanto trajinar inutilmente!
- ¡¡¡Jajajajaja!!! ¡¡Buen chiste, Johny!!
- ¿Por qué ha sido un buen chiste, Perro Negro? ¡No tiene ninguna gracia! ¡¡Ya hablaremos tú y yo sobre la gracia de los chistes de piratas, bravucón!!
- ¡¡Te adelanto, Bill Jones, que mañana ya no tendrás gaznate ni tampoco boca para seguir diciendo estupideces!!

Al Capitán Flynt le volvió a dar un ataque de histeria.

- ¡¡¡Dejad de discutir, por Satanás!!!

Un inmenso silencio se produjo cuando el Capitán Flynt, retrocedieno varios pasos de espaldas, se acercó disimuladamente hasta el enorme barril de menazanas verdes e introdujo su brazo izquierdo para coger una de ellas. Cuando la mano inquierda del Capitán Flynt estaba a punto de tocar la cabeza de Eva, ésta se vio perdida pero, reaccionando en décimas de segundo, su agilidad mental la salvó de nuevo porque, con gran sigilo y sumo cuidado, puso una de las manzanas en la delgada manaza abierta del Capitán Flynt y éste no descubrió la estratagema sino que sacó su mano con la gran manzana verde en ella y comenzó a morder ávidamente.

- ¡¡¡Todos tenemos derecho a comer manzanas!!!

Eva se encomendó a Dios...

- ¡¡¡Será cuando hayáis atrapado a la astuta Eva, Perro Negro!!! ¡¡¡Si lo conseguis os hartaréis de comer manzanas verdes y de beber ron!!!

Y de esta manera, Eva volvió a salvarse.

- Ahora vamos todos a desayunar como obispos...

Tras lanzar lo que restaba de la manzana verde al agua, el Capitán Flynt parecía de buen humor...

- ¡¡¡Jajajajaja!!! Está bien, Sacristán, por primera vez en mi cochina vida estoy de acuerdo contigo.
- ¿Comprende ahora, mi Capitán, cómo es verdad que podemos ser amigos?
- ¡¡¡Jajajajaja!!! ¡Un cura siendo amigo de un desalmado!

Decirle desalmado y volver a ponerse histérico fue una misma cosa para aquel Capitán que, al parecer, no daba la sensación, en realidad, de tener alma...

- ¡¡¡Deja de reírte, John Silver, o te quedas sin plata y sin apellido dicho sea de paso!!!
- De acuerdo, Capitán, no volveré a reírme nunca más.
- Por lo menos te prohíbo, a ti y a todos, que volváis a contar chistes o a reiros antes de haber logrado cazar a Eva.
- Está bien, Capitán. Ahora vayamos a desayunar todos a la cocina.
- Vayamos todos a la cocina y, espero por tu bien, Sacristán Pex, que comamos todos en silencio y que consigas prepararnos unas buenas sopas marineras acompañadas de buenos caldos de oporto.

Y los dieciseis piratas se alejaron del gran barril dirigiéndose al pìso de abajo donde se encontraba la cocina mientras todos cantaban cogidos por los brazos formando parejas como si de verdad fuesen amigos...

- ¡¡¡Mire hacia otro lado usted si quiere, oh viejo Gobernador, pero anhelamos que escuche que estamos obligados a ir muy lejos, más allá del Missouri. Nos encanta tu hija y por ella cruzaremos todo el mar porque estamos llamados a divertirnos con ella!!!

Este fue el momento propicio que Eva aprovechó para salir del enorme barril donde estaban las manzanas verdes y, sin pensarlo dos veces, viendo que la playa de la isla Mujeres estaba a escasa distancia del barco, se subió al pretil de la borda y se lanzó en zambullida. El ruido poroducido por su elástico cuerpo al tocar con el agua fue acompañado del aviso de la cacatúa.

- ¡¡¡Huac huac huac, Perro Negro es un marica!!! ¡¡¡Huac huac huac, Perro Negro es un marica!!! ¡¡¡Huac huac huac, Perro Negro es un marica!!!

Todos los piratas detuvieron su marcha...

- ¡¡O haces callar a ese bicharraco o lo desplumo por completo en este mismo instante!!!
- Calma, Perro Negro, porque creo que nos está avisando de algo importante.
- ¿Algún peligro, Capitán Flynt?
- Calla Perro Negro y callad todos. ¿No habeis oído, hace unos momentos, un pequeño ruído?
- ¡¡¡El Fantasma de Willem van der Deken viene a por nosotros!!! ¡¡¡El Helandés Errante nos va a estrangular vivos y vamos a pasar a ser de los muertos!!!

El Capitán Flynt ordena a todos, con gestos, que guarden silencio...

- Calma, Perro Negro, la cacatúa nos está avisando de algo muy importante. Y además... ¿no habéis oido un ruido como de que algo caía al agua?

- ¡Quiera el Diablo que no haya sido el barril de manzanas!
- ¡¡¡Deja de pensar tanto en la comida, Sacristán, y acompáñame hasta la borda!!!
- ¿Y si nos encontramos con el Fantasma del Holandés Errante?
- ¡¡¡Déjate ahora de fantasmas y ven conmigo a la borda!!! ¡¡¡Si he de morir abierto en canal quiero tenerte a mi lado para poder confesarme a tiempo!!!

Sacristán Pew se acongojó...

- Soy Sacristán pero no ejerzo...
- ¡¡¡Te he dicho que vengas conmigo o te cuelgo del palo mayor para que seas pasto de los buitres!!!
- Está bien... no se enfade, Capitán... vamos para allá si no hay más remedio... pero... ¿por qué no vas tú solo?
- Porque cuatro ojos ven más que dos...

Los dos salieron corriendo hacia la borda, pero el Capitán Flynt, mucho más ágil que el gordo Sacristán, fue el primero que la divisó.

- ¡¡¡Es ella!!! ¡¡¡Es la bellísima y astuta Eva!!! ¡¡¡Subid todos a la borda ya, ratas de cloaca!!!

Al grito desesperado del Capitán Flynt, todos los restantes piratas se lanzaron, escaleras arriba, llegaron junto al Capìtán y junto al Sacristán, y sin más que añadir pero pensando solamente en la recompensa prometida, se lanzaron al agua intentando alcanzar a Eva antes de que ésta llegara a la playa de la isla Mujeres.

- Estoy perdida, pero no tengo más remedio que intentarlo... porque o me libro de todos estos granujas o caigo en garras de ese buitre carroñero al que todos llaman Capìtán Flynt. Tengo que intentar salvarme... -se animó Eva a sí misma sin dejar de dar brazadas en dirección a la playa.

Y aunque los piratas nadaban más rápidos que ella, esta vez incluído también el Capitán Flynt, su considerable ventaja hizo que pisara tierra antes que todos ellos y, corriendo sobre la fina arena, pronto llegó hasta la entrada a la espesa selva cuando ya los piratas pisaban la fina arena.
- Si alcanzo a introducirme en esa espesa y enmarañada selva antes de que ellos me alcancen puedo tener una oportunidad de salvarme y voy a luchar hasta el final por conseguirlo. Es mucho mejor morir entre las garras de un animal salvaje que ser atrapada por esa pandilla de energúmenos animales -volvió a animarse Eva mientras entraba en la selva.

En el mismo instante en que Eva se perdía entre la maleza, todos los piratas corrían hasta llegar a la entrada de la selva.

- ¡¡¡El primero que la consiga cazar viva tiene otras diez guineas de oro más!!!
- ¿No podían ser viente guineas de oro más, Capitán?
- ¡¡¡No malgastes tus fuerzas en hablar tonterías, Perro Negro, y entra ya en la selva porque se nos ha perdido de vista!!!
- ¡¡¡La tenemos perdida de vista pero está dejando huellas por donde pasa!!!
- ¡¡¡Bien deducido, Bill Jones!!! ¡¡¡Todos a por ella siguiendo el rastro que va dejando!!!
- ¡¡¡No seré yo el primero en morir!!! -bramó Bill Jones mientras lanzaba un coco que había cogido del suelo y lo estrellaba contra el pelado cráneo de Perro Negro quien cayó al suelo completamente mareado por el impacto de golpe... más se pudo levantar y se lanzó contra Bill Jones como una fiera herida.

Se originó una fuerte pelea entre los dos piratas, que rodaron por el suelo dándose puñetes, hasta que los consiguieron separar y después apaciguar los ánimos del furioso Perro Negro. Esto lo aprovechó Eva para aumentar ligeramente su ventaja, pero había dejado tantos rastros entre la maleza que los piratas no tuvieron ninguna imposibilidad en poder seguirlos aunque de manera alocada.

- ¡¡¡No os disperséis tanto, ignorantes!!! ¡¡¡La selva es muy peligrosa y podríamos ser fácil alimento para las fieras salvajes si corremos separados!!! ¡¡¡Sigamos todos una misma dirección y de manera apiñada!!!

Otra vez todos los piratas se reunieron alrededor del Capitán Flynt y decidieron, por votación de la mayoría, hacer caso a sus indicaciones y olvidar, por un momento, ser el primero en apresar a Eva porque sintieron el miedo dentro de sus cuerpos. Efectivamente, las huellas dejadas por ella hacían que la operación de captura fuese más sencilla si todos se mantenían unidos. La disputa por quien cobraría el premio extra se dilucidaría más tarde aunque todos estaban deseando ser los que la consiguieran.

- ¡¡¡No voy a permitir que nadie cobre el premio extra salvo yo mismo!!!
- ¡¡¡Calla de una vez, estúpido Perro Negro y obedece mis órdenes!!! ¡¡¡Si todos la atrapamos al mismo tiempo yo me quedaré con el premio extra y así no habrá discusiones ni pelea alguna!!! ¡¡¡Ahora corramos todos antes de que sea demasiado tarde para encontrarla viva!!! ¡¡¡Empecemos ya a correr todos juntos siguiendo las huellas!!!
- ¡Difícil lo tengo yo, Capitán!
- ¡¡Siento mucho que tengas una pata de palo, Johny, lo mismo que siento que algunos estén demasiado gordos!! ¡¡¡Quien se quede atrás que se apañe como pueda pero no le arriendo la ganancia cuando lo devoren los tigres!!! ¡¡¡Todos a por ella y quien caiga que caiga y no es mía la culpa!!! ¡¡Vamos, mis fieles, fieros y se supone que valientes, piratas!!!
- ¡Somos valientes, Capitán!
- ¡¡Bravo, O'Brian! ¡¡Así se habla!! ¡¡¡Confiad plenamente en mí porque habrá Eva para todos!!!
- ¡Pues lo siento por 0'Brian pero la recompensa extra será para mí!
- ¡¡¡Así se habla, Perro Negro!!! ¡¡Quiero que haya competitividad absoluta entre mis hombres!! ¡Pienso que todos lo sois! ¿O acaso hay alguien aquí, entre nosotros, que no es un verdadero hombre?

Ya no siguieron hablando y corrieron tras Eva. La distancia entre ésta y los piratas se iba reduciendo notablemente hasta que los piratas la consiguieron divisar.

- ¡¡¡Por allí va, Capitán!!! ¡¡¡La acabo de ver!!!
- ¡¡¡Bravo, George Merry, bravo!!!

Todos se lanzaban ya a por ella cuando, de repente, unos aullidos espeluznantes les erizaron los pelos de sus brazos. Provenían de entre las espesas y gruesas ramas de los árboles. Eran unos aullidos tan estridentes que producían pavor oírlos. Toda la selva parecía gritar y los diecisesis fieros y terribles piratas se quedaron paralizados tapándose las orejas.

- ¿Qué es eso, Capitán?
- ¡¡¡Tu sarnosa conciencia, Sacristán, tu sarnosa conciencia!!!
- Dejemos la filosofía mundana a un lado, Flynt. ¡¡¡Esos aullidos son de muerte!!!

Efectivamete, al terminar de hablar el asustado Sacristán Pew, una interminable lluvia de cocos comenzó a chocar contra las cabezas de los dieciseis piratas que ya no eran ni fieros ni terribles y se tapaban como malamente podian de aquella lluvia torrencial de cocos.

- ¡¡¡Son monos gigantescos, Capitán!!!
- ¡¡¡No estoy ciego todavía, George Merry!!! ¡¡¡Quien quiera seguir viviendo que salga de aquí como pueda!!!

Así que, todos ellos completamente aterrorizados y con más miedo que vergüenza, perdían el trasero corriendo de nuevo hacia la playa y nadando, con todas sus fuerzas, por llegar pronto a la encallada embarcación que tan pomposamente antes se llamaba "La Calavera" y que ahora era sólo un miserable cascarón embarrancado.

- ¡Por fín me libré de todos esos cretinos! -musitó para si misma la bellísima Eva sentándose en la exuberante vegetación selvática.

Pero el peligro, para ella, todavía no había terminado; porque los gigantescos monos, asombrados ante la belleza de aquella mujer, se encapricharon con ella y comenzaron a perseguirla mientras, despavorida, se dio cuenta de lo que le venía encima...

- ¡Dios mío! ¡Vienen a por mí! ¡Ha sido peor el remedio que la enfermedad!

Y levantándose del suelo comenzó a correr ahora más deprisa que antes. La bellísima Eva corría. Trompicaba con algunos troncos y espesas matas. Resbalaba. Caía al suelo. Se volvía a levantar perseguida por los gigantescos monos que seguían aullando tétricamente. Volvía a correr con más fuerzas que nunca. Trompicaba con otros troncos y otras matas. Resbalaba. Volvía a caer. Otra vez se levantaba y corría viendo cómo los enormes monos acortaban la distancia y ya estaban a escasos metros de ella. Así que, en un momento de desesperación, comenzó a trepar por un robusto árbol. Pero, en su confusión mental, no pensó que los gigantescos monos sabían trepar mejor que ella.

- ¡¡Dios mío, ayúdame!! -se quedó paralizada escondida entre las frondosas ramas de un árbol lleno de lianas.

El peligro aumentó cuando, muy cerca de su cabeza, surgió una enorme y repugnante serpiente de color negro y los ojos completamente rojos como dos llamas infernales, que sacaba la bífida lengua mientras estaba dispuesta a enroscarse en su bello y flexible cuerpo con la intención de asfixiarla. Eva miró hacia abajo y vio cómo el más alto, fuerte y corpulento de los grandes monos estaba ya estirando su mano derecha hacia ella. Eva miró hacia arriba y vio como la enorme y repugnante comenzaba a levantar la cabeza dispuesta a atacarla. Entonces sólo tuvo una sola idea que le llegó de repente al cerebro. Era la única salida, de momento, para salvarse. Así que se asió a una de las grandes lianas que colgaban del árbol y se lanzó al vacío...

- ¡¡Dios mío, que sea lo que tú quieras!!

El bello cuerpo de la bella Eva cruzó el espacio, salvó las distancias y llegó hasta el suelo. Eva quiso poner pie firme sobre la hierba pero le falló el equilibrio... más antes de que cayera al suelo unos fuertes y poderosos brazos la abrazaron y la estrecharon contra su corpulento pecho. Eva cerró lo ojos pìdiendo perdón a Dios sabiendo que había sido atrapada. Entonces fue, cuando, en medio de su inconsciencia escuchó aquella potente voz.

- ¡¡¡Escucha bien, King Kong!!! ¡¡¡Ni tan siquera des un paso más hacia ella!!! ¡¡¡Recoge a toda tu pandilla de feos gorilas y desapareced todos de mi vista porque, por el poder que Dios me ha otorgado y bajo la protección divina de la sangre de Jesucristo, si no lo haces te juro que en este mismo instante te degüello vivo y dejas de ser King Kong para siempre para convertirte solamente en un feo guiñapo!!!

El Gran Gorila King Kong, comprendiendo que nada podía hacer ni él solo ni con la ayuda de su docena de congéneres animales que esperaban sus órdenes, dio unos pasos hacia atrás y, cuando parecía que iba a atacar a aquel poderoso hombre, se dio la media vuelta y, junto con todos los demás grandes monos, aullando de miedo y de pavor, se perdieron para siempre en lo más recóndito de la selva, fuera de la vista de quien poseía el poder dado por Dios para destruirles a todos ellos si intentaban hacer algo contra aquella bellisima mujer que abrió, por fin, los ojos y vio la realidad de quien la estrechaba entre sus brazos.

- ¡¡¡Adán!!! ¿Eres tú Adán?
- Sí, Eva. Yo soy Adán. ¿Cómo has podido encontrarme?
- ¡Siempre te echaba de menos! ¡Siempre pensaba en ti y en qué habría sido de ti! Quiero pedirte perdón por haber creído que podría encontrar a un hombre mejor que tú. Cuando me fui de tu lado estuve buscando por todo el mundo conocido pero en ninguna parte encontré a algún hombre que valiese, al menos, la décima parte de lo que vales tú. Como comprendí cuál había sido mi pecado al despreciarte y no saber valorar que eres el mejor de todos, le pedí miles de veces, durante miles de noches, a Dios que me perdonara y me diese la oportunidad de volver a tu lado. Así que lo último que hice fue aventurarme en un bergantín de odiosos piratas machistas, llamado pomposamente "La Calavera", guiada por la intuición de que, si Dios me había perdonado gracias a Jesucristo, el Espíritu Santo intercedería por mí y, de manera milagrosa, esa sería la más sabia decisión de todas cuantas he tenido que llevar a cabo en mi vida. Y Dios me ha perdonado porque estoy de nuevo junto a ti. Si te sirve de algo te diré que en nombre de Jesucristo, jamás otro hombre me ha tenido en sus brazos, que jamás otro hombre me ha besado y que, por supuesto, jamás otro hombre ha dormido conmigo!
- Yo también te echaba siempre de menos y todas las noches, una tras otra, sólo le pedía a Dios que volviese a tenerte de nuevo a mi lado y para toda la Eternidad.

El beso que se dieron en la boca fue el preludio de una brillante luz que surgió desde el Cielo y alumbró todo el paisaje.

FIN.

(Dedicado, de manera muy especial, a quienes no creyeron en mi Literatura e intentaron borrar el presente cuento de la memoria de los hombres y de las mujeres -que ahora ya lo pueden leer libremente- y solamente porque sintieron envidia de que alguien como yo lo pudiera escribir y dar a conocer al Mundo).
Diesel16 de marzo de 2013

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