Te echo tanto de menos,
no hay un solo día que no me acuerde de tí,
de tu sonrisa,de tu valor,
de todo lo que me haces sentir.
Siento que no soy el mismo,
que me falta algo dentro del corazón,
ni tan siquiera llorar hace que esté feliz,
pues si tu no estás nada es igual,
un pedazo de alma se ha desvanecido.
Pero a veces se que me hablas,
desde arriba,que nunca me dejas sólo,
te siento y a tu lado conseguiré todo,
porque fue lo primero que me enseñaste,
a no rendirme jamás.
Y ¿sabes qué?,
no pienso hacerlo,jamás,
sé que estás orgulloso de mi,
y no necesito nada más,
sólo que tu seas feliz,
estés donde estés.
Diez:
Sumamente valioso y especial este homenaje!!! mi abuelo me enseñó a encontrar sonrisas, a esforzarme por lo que deseo alcanzar, a bailar, a amar... a ver sus huellas firmes en el camino.
Linda poesía!!
