TusTextos

Sangran

No me gusta que las cosas funcionen así, solo cuando tú quieras o más bien, cuando tu digas. Parece que tu lo haces todo perfecto, que si lo haces tú entonces tiene sentido y todo es tan lógico que es de locos que yo opine lo contrario.

Créeme. Me gustaría no sentirme así, como colgada de tí, y sé que es responsabilidad mía por pender de personas como tu. No es sano, y no eres tu, ni es ese royo, pero es que soy yo. Dicen que es lo que pasa cuando pones el foco fuera y esperas que lo de fuera te haga feliz, como si fuera posible. ¿Acaso puedes rellenar una botella si no tienes agua?

Me gustaría creerme tus palabras, igual que me gustaría que me creyeras pero aún no puedo y quizás tu tampoco puedas. Es como un laberinto del que no sé salir pero en el que me gusta meterme siempre, qué irónico todo. Intento buscarle la lógica que tu le ves pero yo no veo, y créeme, otra vez, si te digo que no la encuentro porque si tu quieres me buscas y si no solo pones excusas.

Lo sé. Pensarás que por qué quiero que me busques, como si yo estuviera perdida, pero déjame decirte: lo estoy. Mas no te equivoques, hoy estoy así pero si quiero salgo de esta. ¿Sabes cuál es el problema? Que no quiero salir, que a veces una sabe que está en un laberinto pero le gusta tanto que le da miedo encontrar la salida y ver todo lo que hay fuera, por miedo a pensar que no va a volver a encontrar un laberinto igual.

También tengo que decir que he vuelto nueva. He vuelto con ganas de deshacer los nudos de las corbatas, de los zapatos y de mi vida, he vuelto con ganas de desatar todo lo que me ata aunque dé miedo encarar las cosas como una persona "adulta". Igual estás perdido y no sabes de qué hablo, hablo de encontrarme y quizás eso suponga perderte, hablo de no depender de ti ni siquiera para un "buenas noches" o un "buenos días" y hasta esa tontería se me hace duro. Supongo que es normal, también imagino que costará quitar esas heridas pero no pienso maquillarlas con nada, quiero que se vean y si tienen que sangrar que lo hagan, que sangren y que duelan, que se sanen y algún día (quizás no muy lejano) cicatricen porque no es sano quejarse de la herida sin poner remedio a ella y abrirla constantemente como si fuera el fuego cuando hiela que no sabes si quema de frío o de calor.
Doblelopez24 de marzo de 2018

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