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Ya No Queda Tiempo

“Ya queda poco tiempo”, escucho su voz con resuelta convicción. Y los motivos se entrecruzan como caminos equivocados. Y las personas aparecen y desaparecen tan fugazmente que resulta inverosímil su existencia. Mientras que otras se instalan con sorpresiva desfachatez, con antiguos artilugios que ya se convierten en cliché. Aparecen como sirenas de cuentos de navegantes, listas para hechizar hasta el más fuerte de los mortales que ose inclinarse sobre su magia irresistible.
Y entonces quizás comience a correr un tiempo nuevo, una realidad diferente. Tal vez quede tiempo para experiencias transformadoras, para dejar atrás ese canto que no era de ninfa ni de arcángel. Porque a pesar de no ser celeste ni traslúcido, el mío pretendía llegar a ser un tiempo genuino, sereno, único y preferentemente, terrenal. Como toda etapa que comienza me pregunto cómo será ese tiempo. ¿Estará lleno de ausencias o presencias? ¿Tendrá aroma a cena de hogar recién preparada? ¿Tendrá salidas, velas, flores, cartas, caricias, besos, viajes? Me pregunto, señor marinero, si para su flamante criatura de cuento, sí queda tiempo.
Esta simple mujer detrás de estas palabras, puede afirmar para qué “ya no queda tiempo”. Se terminaron las horas en que aguardaba la llegada de su amor con su cena preferida sobre la mesa para dos. Se esfumaron los desayunos en la cama, las películas sobre el futón, las golosinas sorpresa, las palabras de amor suspiradas al oído. Se desvanecieron las miradas cómplices, los postres con dulce de leche, las canciones dedicadas. Ya no queda tiempo para más caricias ni besos en la espalda, ya no habrá más noches de pasión, ni mañanas acaloradas. Ya no, al menos en mi tiempo, con mi sintonía.
No se preocupe señor navegante, su nuevo personaje digno de literatura erótica sabrá prodigarle todo lo anterior y mucho más también. Debo advertirle sin embargo, las sirenas no existen, sólo aparecen en fábulas, leyendas y mitos populares. Pertenecen únicamente a la ficción. Que no se le escurra entre los dedos su doncella y sólo se quede con la sensación de haber vivido un cuento.
Dragonfly02 de septiembre de 2010

2 Comentarios

  • Indigo

    Dragonfly, muy poético mensaje a ese perverso señor marinero, se entiende perfecto. Escribes con desenfado e hilación, sin extravíos, se agradece tú correcta ortografía, hace más agradable la lectura, me ha gustado mucho.
    Saludos.-

    02/09/10 06:09

  • Danae

    Vaya, Dragonfly, me ha encantado el texto, aunque sospecho que dejará muy descolocado a ese señor perverso por su díáfana e inteligente claridad, aparte de por su lírica expresión que abunda por doquier.
    Un abrazo. Eres todo un hallazgo para mis lecturas.

    04/11/10 12:11

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