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Confesionario

Me estaba empezando a agobiar en aquella sala donde solo había una mesa de débil cubierto con un cristal, y encima de esta mesa unas revistas. A mi izquierda unas sillas de cuero agrupadas en filas que se torcían en una linea de sillas, sobre la cual me hallo sentado. A mi izquierda una pecera de peces tropicales me hipnotizaban con su bamboleo de colorines. Llevo sentado lo menos un cuarto de hora y, hacía lo menos un cuarto de hora que me debían haberme atendido.
Una señora mayor salía con una sonrisa de oreja a oreja, cosa que no llego a entender, pues conozco al menos cinco o seis personas que no suelen ni asomarse a estos lugares, por mucho que les hagan falta, y a mi, bueno, simplemente tuve que venir, o sea, he sido obligado.
La secretaria que me había atendido al principio y me condujo a la sala de espera, se levanta, se dirige hacia mi posición y me dice que me esperan. Nervioso, me levanto y camino tras de esta mujer que me arrastra hacia una sala a la cual me invita a entrar moviendo la mano y señalando hacia el interior.
La sala es de gotelé y blanca, esta tiene uno o dos crucifijos muy distintos, ya que uno es dorado y tiene la imagen de cristo y el otro, simplemente un trozo de madera en forma de cruz. Siempre he apreciado los crucifijos bien sencillos, ya que para mi tienen el valor de lo sencillo y lo bonito sin hacer rimbombante y más importante el mensaje que nos dice: "Jesús está aquí".
En la habitación un hombre mayor con una bata, me aguardaba sentado observando unos papeles que ignoro que son, pero deduzco que son un expediente o algo por el estilo, nada de mi incumbencia, pienso mientras espero unos instantes hasta que él se levanta, y tras darme la mano cordialmente me invita a que me siente.
No se como, pero antes de que pudiese abrir la boca él ya lo sabía todo de mi, o al menos esa impresión dio, cuando me pidió con pausadas y cordiales palabras que me tranquilizara, pero me era imposible, ya que sentí lo mismo que cuando no recuerdas a alguien y aún así ese alguien, desconocido para ti pero conocido para esa persona, te habla con la amabilidad propias de un amigo, resultando para el que lo sufre, es decir, yo aquí y ahora un sentimiento introvertido que saca la mudez que llevamos dentro.
Obedecí lo que pedía mi anfitrión y me siento en un sillón declinable que puede subir, bajar, abrirse o cerrarse, más bien parecido al que suelen usar los dentistas. El sofá es duro y no termino de acomodarme como me hubiese gustado, mientras tanto, el hombre que anteriormente leía los papeles, instrumentos extraños de su material, tal vez para analizarme y se acercó con el material y a unos pocos centímetros de mi dejo caer pesadamente el material sobre uno de los brazos de este extraño sofá que se compone de una bandeja metálica para ayudar a sostener el material del el examinador.
Para empezar, recoge un espejo de la bandeja sobre la que se hallaba el material y tras mirarlo, tocarlo, y asomarse para ver su reflejo, me lo ofrece amistosamente. Yo, algo impresionado, puesto que era la primera vez que en estos lugares me ofrecieran un espejo seguí algo sorprendido la indicación que me dio, y me mire en el espejo. Sorprendido pude ver que en el espejo salía un yo recubierto de una neblina negra y a mi derecha, unos compañeros del centro al que voy diariamente que no dejan de causarme diversos problemas, al ver a estos, repentinamente mire hacia detrás, ya que pensaba que eran un reflejo, pero no. Al pensar todas las pesadas bromas o el incordio continuo que debía soportar con esos patanes mi ira crece, y cuando veo de nuevo el espejo, la neblina ha crecido. El hospedador pasa la mano por el espejo y ahora todo desaparece, solo se ve reflejado en el cristal, mi silueta, por supuesto, rodeada de una finísima linea púrpura. Al anotar los resultados, detalle que he preferido omitir en un primer momento, pasa la mano por el espejo, de nuevo, y ahora solo aparece mi silueta.
Después de haberme mirado en ese extravagante espejo, el anotó el resultado, cogió el espejo, y sin darme explicación alguna se lleva el espejo dejando todo los bártulos en la bandejita de reluciente metal.
Segundos más tarde, el mismo hombre y ya sin espejo, por donde había aparecido y se sienta indicándome que me sentase de lado sobre el sofá y que no tenía por qué permanecer más tiempo reclinado ahí, a lo que obedecí.

-Bien, parece que eres buen paciente.-dijo observando sus papeles, de los cuales, empezaba a estar harto - Lo que has visto en ese extraño espejo tiene una explicación, es una técnica que se usa desde hace bastante tiempo atrás y atribuimos la silueta de la persona a un color predeterminado por sus carencias o defectos en su camino. Hay tres colores: el negro, como has deducido es la furia y el rencor, de lo cual no andas escaso, pero recuerda, que todos somos hijos del mismo padre.- a continuación miró hacia la puerta y continuó- El morado, lo atribuimos a la mentira, y el engaño, de lo que sales bien parado, ya que poco sueles mentir como demostraste en la prueba. - de nuevo, observa y anota algo y retoma lo que deja sin acabar- Por último el azul, color de la codicia y la envidia, según veo, resultados inmejorables, ni un indicio. - Arrancó una hoja de un blog y me invita a salir mientras me dice: " por cierto, reza de vez en cuando, no te hará daño, y también te recomiendo que bebas un vaso de agua de cualquier parte, a lo cual llamarás paciencia.
El extravagante médico me acompañó hasta la salida y me dijo: " No dejes tirada por ahí tu espíritu, sácalo del armario, dejalo planchado y llevalo a todas partes, pues es algo de lo cual alguien hace un seguimiento diario. Hasta luego". Dijo mientras descendía por las escaleras
Elades19 de abril de 2010

5 Comentarios

  • Elades

    antes que nada, gracias por comentar. En un principio este texto tenia la intención de ser un texto relacionado con lo católico, pero me parece un poco imaginativo y algo original. Por cierto, sigue siendo obra mia.
    Saludos

    19/04/10 09:04

  • Luisso

    Excelente Elades, me encantó mucho.
    Abrazo.
    Luis

    20/04/10 02:04

  • Tkteen

    es bastante creativo y a la vez, lo mezclas con algunas cosas de la realidad, dando asi una forma de entender las cosas de una manera mas recreativa e imaginativa. Excelente me encanto, bastante bueno, seguire leyendote. ¡Saludos y Exito!

    20/04/10 02:04

  • Gabrielfalconi

    interesante
    al principio no sabia bien si estaba en un psicologo, un medico o con un cura.
    me quedo con el misterio
    saludos

    20/04/10 04:04

  • Lu

    bastate bueno el relato,
    me parece muy enigmatico,
    es interesante pero me dejo con ganas de mas
    jijijiji

    20/04/10 08:04

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