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Y ¡allí!¡en Lo Alto!

Y ¡allí!¡en lo alto!
Acariciando las olas
con mis manos
veo correr mi corazón
rojo
por el filo del acantilado
las olas, esas olas
que siempre temo
arrastran mi sistema
a la peor de las simas
y roto, se desgarra
entre tierra y agua
y el fuego de mis temores
¡No daré un paso!
¡no arriesgaré el paso del tiempo!
¿no? ¿dudaré?
¿acaso…?
¿no tengo derecho a temer, a dudar?
¿qué clase de temor ciego?
¿qué oscuro precipita mi ser
en esta alegoría rítmica
de olas?
¿qué olas son estas?
que sin mojarme, sin embargo
calan lo más hondo
de mis sentimientos
Bendeciré el día rojo,
en el que mi corazón derrame
sin temor su coraje
y ningún precipicio, acantilado
o negrura imponente, desanimen
mi alma
y el paso en el vacío construya
ese camino nuevo y querido
por mi ser
arrójame sin temor al peor de
los abismos, y vendré, sano, dulce
y más sabio.
Elcaminante3719 de diciembre de 2010

4 Comentarios

  • Norah

    Bendeciré el día rojo,
    en el que mi corazón derrame
    sin temor su coraje , en verdad...a veces ni nos damos cuenta de que nuestro coraje aparece constante, cariños.

    19/12/10 06:12

  • Elcaminante37

    Gracias Norah

    20/12/10 09:12

  • Serge

    Elcaminante:
    "arrójame sin temor al peor de
    los abismos, y vendré, sano, dulce
    y más sabio".

    Amigo eso es cierto cuando el sufrimiento nos hace tocar fondo nos vuelve más sabios.
    Como escuche por allí el dolor es un gran maestro.

    Un gusto leerte.

    Sergio.

    20/12/10 02:12

  • Elcaminante37

    Muchas gracias Serge

    20/12/10 10:12

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