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(relato) Taciturna Decepción

(Al lector que decida leerlo, le doy las gracias. intento plasmar vivencias, Así que humildemente me dedico horas en escribir lo mejor que puedo, espero sea de su gusto)


Ya había escrito mucho de amor, pero John aún sentía la necesidad de generar su amargura en mustia escritura, pues no tenía más remedio que recurrir al arte literario. Mientras escribía, fragmentosos recuerdos tristes, llegaban a su mente, que valían la pena plasmar en una hoja de papel.
Sentado en su cama, recordó lo sucedido en el transcurso del día, llevaba en el un perjuicio impregnado en su pecho. Triste y sollozamente, escribió.
Había tenido un día tan cotidiano, que era una completa extrañeza su inusual suceso.

Normalmente John suele acostumbrar estár en sitios de grave estigmación, pero a pesar de la delincuencia, la deshonra y las drogas, Down tenía en su circulo, buenos amigos.
Uno de ellos, le llamó mientras él fumaba un cigarrillo, John se acercó a el, y entre las disparatadas y los pensamientos absurdos, llegaron al tema deconsolante tanto para ambos, las mujeres.
John Down hablaba acerca de una bella chica que estudiaba con el;
+ Es muy linda mariana ¿no?

Miyagi, su amigo, le respondió acertadamente, pero con algo de inseguridad:
- Emm sí, es una mujer muy linda…
+ La verdad tiene lo suyo, además se ve que es bastante dedicada y juiciosa…
- Sí… Parce, pues no se que ha pasado con ella, pero por cosas de la vida, la he visto un poco mal parqueada. Pero a mí no me gusta hablar de eso, y menos mal de una mujer…

John por un instante no le dio importancia, respetó su decisión y recibió con agrado tan noble respuesta. Sin embargo, tan caballerosas palabras fueron a parar a praderas de cloaca cuando le contó sin tapujos, que Mariana había estado con varios hombres (engañando por supuesto) en corto tiempo, algo que ninguno de los dos toleraba por ningún motivo.
Miyagi estaba un poco suelto en cuanto a charla se trataba, concluían que varios tipos de mujeres quizá no eran lo que ellos pensaban. En ese momento, John le dijo sin pudor señalándolo:
+ A vos te gustaba Alejandra ¿cierto? Yo lo se bien.
- Pues si parce no lo niego. Pero a vos también, yo supe que estaban saliendo…
+ Ah Sí, pero eso ya es tiempo pasado –mentía por supuesto-.

De repente, y con la reciente conversación de esa mujer que no valía la pena (para ellos), con un ahínco sutil dijo lo siguiente:
-egg parce, es que si usted supiera, todo lo que se de ella… No es que mejor dicho mejor no dijo.
-egg ¿sabe qué? Le voy a contar pero callado
Sin haber dicho nada, sin impulsar el chisme y tolerante, estaba a punto de escuchar algo que le iba a cambiar su destino.
Y ahí estaban, perdiendo la hombría al hablar de la misma mujer que les había hecho daño, o por lo menos a John:
-Una vez estábamos estudiando en la casa de Alex, y entre estudio y trabajos, decidimos comprarnos un litro de aguardiente. Horas más tarde, ya no era estudio sino un buen momento de tragos.
- jugamos eso de La verdad o se atreve, y entre preguntas dijo que le gustabas. Pero la verdad es que en un momento nos quedamos solos y terminamos hablando…
- lo cínico, fue que hablamos de la infidelidad, y liberándonos de la tensión parce, ya la estaba besando.
John intentaba tragar entero, asimilando la información y tenue esperando lo que Miyagi iba a decir.
-Parce lo cagada, es que hablaba con usted, y hablaba con el novio por ese celular, mientras estaba conmigo, besándonos, manoseándonos… y yo le decía lo mucho que me gustaba y ella me decía lo mismo.
- Y ella me decía que la esperara, que en un momento vos la llamabas,Pero vos sabés parce, que una mujer te diga eso, no me iba a negar, yo sólo disfrutaba de ese buen momento.
Simplemente, a John le dolió hasta el alma. Absolutamente todo el noble sentimiento que tenía murió en ese instante. Tanto así que perdió el hilo de la conversación, salió con un comentario absurdo y prendió un cigarrillo, haciendo que el dolor fuera a sus pulmones y no a su corazón.
En ese momento terminó el día para el. Pero faltaba la cereza al postre. Justo cuando decidió irse a su casa, pasó ella con su bella mirada fijándose en ambos. En ese momento él estaba de espaldas contra ella, así que fue Miyagi a saludarla. Cuando se percató de que estaba cerca, ya no sentía lo mismo y no quiso mirarla.
Cuando ella ya se iba lo miró y John fijó su mirada también, y despidiéndose con una sonrisa, Down hizo una sonrisa insípida y llena de fastidio. Esperó que se fuera y luego se fue también.
Llegó a su casa pensativo, abatido y destruido, la verdad era que el había puesto lo mejor de el para con ella, con el deseo por fin de hacer las cosas bien. Más que por ella, más que el sentimiento hacía ella, sentía tristeza por el mismo. Fue su mejor él por ella.
Cerró su ciclo con Alejandra, la desprendió de su ser y se lamentó de que las cosas fueran así. Sólo le faltaba una cosa más, escribir por última vez sobre ella y del amor.
Elcanutopoetico04 de septiembre de 2015

2 Comentarios

  • Sandor

    Es un buen texto, bien conducido en mi modesta opinión.
    Saludos
    Carlos

    04/09/15 11:09

  • Elcanutopoetico

    Muchas gracias Carlos.
    Saludos.

    04/09/15 07:09

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