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Todo por Amor

Todo por amor.
Por: elhistoriador

Todo se inició una tarde tediosa de otoño, con el sol en lo más alto, pero con el fiero viento del sur combatiéndolo para derribar la voluntad de los árboles, verdes e impasibles, nutriéndose de recuerdos del verano y la primavera ya pasados.

Así iniciaba el poema de aquel escritor misterioso, que nunca se hubo de dar a conocer públicamente, e imposible de hallar. Él se llamaba Juan Salvatore Bach, éste personaje al cual conozco a la perfección, era un ser calmo y distante, digamos que vivía su vida mirando lo vello de esta, tanto así, como el trinar de las aves, como el delicado aroma del asar. Y esta magnificencia, fue la que envolvió a una jovencita, recién iniciada en las artes literarias. Las palabras la hubieron de seducir, la pudieron hacer amar, y sobre todo lograron hacerla soñar.

Ella era simplemente encantadora, era un deleite el observarle. Se llenaban de lágrimas sus verdes ojos al leer una obra de Juan Salvatore Bach. Se podía ver su espíritu, su vulnerabilidad, su inocencia. Qué como se todo esto, pues yo soy un profesor en letras, que da clases de apoyo todos los lunes en la librería-biblioteca de un querido amigo, a la cual ella concurre religiosamente.

Transcurrieron casi dos años sin que el misterioso autor publicase una sola letra y mucho menos una novela. Sin embargo la jovencita de los profundos ojos verdes, concurría puntualmente y semanalmente a consultar sobre las novedades de Salvatore Bach, sin embargo, en el medio se rumoreaba que, él sentimental poeta había muerto, pero yo savia que no era así, tan solo encontró alguien con quien pasar el resto de su vida, y de echo lo izo, abandonó su pasión por amor.

Era lunes, y como era ya su costumbre, ella, la jovencita de los profundos ojos verdes, cruzó el pórtico. Algo en mi, le quería decir la verdad, pero no podía, ella se acerco a mi escritorio como cada Lunes y dijo
- ¿y? ¿Algo de Juan?
- No, lo siento, pero no se como decirte esto catalina pero...
¿Te gustaría tomar un café mas tarde? !Tengo algo que confesarte ¡
- ¿y?, ¿si no me queda salida?

Al decir verdad no se de donde salio eso, pero tan solo salio. Ya en el café intenté explicarle delicadamente mi verdad sobre Juan pero mis palabras la marearon creo y creyó que yo estaba enamorado de ella.

Mas tarde en el tiempo, y por el Chat, yo intenté explicarle la situación, pero mientras más escribía mas se enamoraba de mí.

Realmente lo intenté todo, mensajes de texto, Chat, cartas, cafés, realmente todo, y si se les ocurre algo mas, estoy seguro de que lo hice también, pero no hubo caso, la joven Catalina Amalia Romanov, estaba perdidamente enamorada de mi.

Todo cambìo una tediosa tarde de otoño al igual que en el poema de Bach. Yo me encontraba dando las clase de los Lunes como de costumbre, cuando ella ingreso por la puerta y dijo...
- hola amor, hay algo de Salvatore.
Listo, eso fue la gota que colmó el vaso, al decir verdad no se por que lo hice, o si fue efecto de un día agotador. Lo que hice no tiene perdón alguno ni siquiera del mismo Dios.
Yo, le respondí...
- ¡amor quien¡. ¡Yo!, no querida, tan solo lastima por un ser despreciable, que tan solo esta enamorada de la forma de escribir de un desconocido, en el mundo. tristeza y lastima, fue lo que me llevó a invitarte a salir, para así poder contarte la verdad sobre Juan Salvatore Bach, pero, al ser una niña caprichosa como sos, no quisiste escuchar mis palabras y la verdad de ese que admiras.

Al decir verdad lo que siguió es necesariamente omitible. Todo quedo allí ese fatídico día, parecía una digna imagen de una tragedia de Shakespeare.

Un día más había nacido, el sol se encumbraba y las nubes huían de sus fieros rayos, pero yo no podía apreciar aquella belleza, puesto que en mi mente, únicamente había espacio para Catalina Amalia Romanov, y que sería de ella. Esta sensación me acompañó hasta el momento de abrir el periódico, y he allí, la magnificencia horrorifica de mi obra. Catalina Amalia. El ángel que iluminó mis días, se había suicidado, todo por mí, todo por amor. De allí el por que, me encuentro redactando esta carta en un intento de explicarlo todo.

Catalina no se hubo de suicidar por mis insultos hacia su persona, sino por la verdad que confesé, resulta que yo soy Sir Von Ferdinal Bach caballero de la guardia real Austriaca, además de profesor del príncipe heredero y Juan Salvatore Bach es mi hijo y por mucho que lo niegue ,es gay, de allí el por que nunca amaría a, Catalina Amalia puesto que, él abandonó la escritura, por que encontró su media naranja. yo nunca fui parte considerable de su vida, pero pensé, que si no puedo remediar y curar las heridas que causé a mi querido hijo, al menos trataría de curar el corazón de aquel que ama, pero no puede ser amado, hay voy catalina amor mío, te amare como nunca te han amado. Heme aquí con mis 36 años antes de suicidarme. Todo por amor.



P.D.: A los Sr. Doctores, Piedad, dejadme Id con mi amada, puesto que prefiero, morid por haber Amado, que vivid deshonrado por el pesad de mi actuar. Aquí os dejo mi epitafio:

Servidor de su majestad imperial
muerto por amor, a su hijo Y
ha Catalina Amalia Romanov
Sir. Von Ferdinal Bach
Fiel servidor de su majestad imperial.

Elhistoriador21 de enero de 2009

4 Comentarios

  • Abyssos

    Vaya relato...! me ha dejado boquiabierto tu manera de narrar, es tan fino, tan armonioso... y lugubre... mas no en el sentido clasico de la palabra, sino que, es pasion desbordada en un ultimo suspiro.

    Todo por amor... tu lo has dicho.

    Este me lo guardo en favoritos.

    Un saludo cordial.

    21/01/09 07:01

  • Elhistoriador

    Gracias, la verdad yo escribo por escribir, jam?s pens? que a alguien le gustase lo que escribo, pero al parecer tan mal no lo ago no. jaja.

    21/01/09 08:01

  • Artalia

    que inesperado final. Te felicito, saludos.

    25/01/09 02:01

  • Elhistoriador

    gracias

    30/01/09 07:01

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