Te busqué en lo más lejano de la nada.
Sin saber si te encontraría, porque no sabía
ni quién eras.
Y en las profundidades de la superficie, nadé para alcanzarte.
Pero fué inútil, quizás te alejabas y nunca lo supe.
Grité palabras silentes que tal vez oían los muertos.
Y desde lo frondoso de aquel desierto se escondía tu existencia.
¿Quién eres mi escondido absurdo...?
Hurgar en la nada es rebuscar en lo absurdo ... pero lo absurdo también forma parte de nosotros. El inconsciente es así, escondida esencia.
Me gusta esa esencia que he vislumbrado aquí.
Un gran abrazo.
Hola. Tu escrito posee excelente ubicación creativa y cargado de la brevedad de un grito que no se sabe cuando tendrá respuesta, que con posible logro de lo paradójico, llegue.
Un gusto leerte.