¿Cómo es que creà que esos textos eran para m� Mis comienzos eran gigantes, quizás infinitos, pero
no movilizaban una hoja. Tus finales siempre fueron minúsculos, solÃan ser invisibles pero letales.
...
No hace falta que sea media noche para que lo onÃrico se vuelva pictórico en mis manos, ni mucho
menos para que lo teórico termine siendo tan erótico en tus labios.
¿Cómo es que creà que esos textos eran para m� Mis comienzos eran gigantes, quizás infinitos, pero
no movilizaban una hoja. Tus finales siempre fueron minúsculos, solÃan ser invisibles pero letales.
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