Hoy te escribo estos versos
simplemente para decirte
que en ti sigo existiendo.
Yo aún existo en ese sentimiento
que me envidiaste, que ansiaste
haber tenido alguna vez, por ajeno,
y que...
¡Herido, envenenado y muerto
Por la de una víbora hincada!
¡Qué crueldad la de éste, mi sino incierto,
que no espera de mí sino tajada
y dejar mi corazón desierto,
vacío de roja mar condenada!
...