Ella olvidó la risa de la hiena, la pena que duró un minuto.
En la esfera del olvido, en un círculo de niebla.
El verbo en llamas que ardía en su mente y latía en su alma .
No nacía en su boca.
Orbes fugaces y fuegos fatuos.
Auroras boreales de insensatos.
Bestias monstruosas tras matorrales.
Desgarrando las almas de los mortales.
Mientras se ríen burlescamente.
Jirones de almas entre los dientes.
En la esfera del olvido, en el círculo de niebla.
Orbes fugaces y fuegos fatuos.
El verbo muerto yacía en su boca.
Jirones sangrantes de su alma rota.