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Las Voces Deberían Ser Seleccionadas.

Se reclina sobre el escritorio apoyando su cabeza en sus brazos doblados. Estoy hinchada las pelotas de esta escuela. Pobre Lucy, ni siquiera tiene testículos como para articular ese reclamo en voz alta para el mundo. Siempre supo que sus recursos eran pocos. ¿Y ahora que iba a pasar? Se mentalizaba con su frente sobre la mesa moviendo su cabeza de un lado al otro, creo que estaba intentando lograr que esta se eche a rodar.

Todo el salón parecía muerto, ¿Qué carajo nos depara el futuro? Me gire para mirar para atrás; algunos dormían, otros dibujaban, y sabía que allí atrás había mas movimiento que delante de mí, donde todos tomaban nota de cada vocal y cada consonante que salía de la boca de el de Física, quien no hacía mas que repetir cada vocal y cada consonante que leía escrito en el libro. Siempre dije que era muy joven como para dar clase. Y enterarme, que era amigo de chicos de misma edad, y que salía a bailar con estos, y que se chamullo a mi compañera, me causaba una repugnancia, tal como la que les causa a los viejos el lenguaje vulgar con el que en general transmitimos palabras.

Me gire de vuelta para volver a contemplarla. Ahora tirada en la mesa, en vez de mirar para abajo, miraba al Profesor, no mejor dicho al profesor, leí en sus ojos que realmente no merecía esa mayúscula, por que no merecía superioridad alguna respecto a nosotros. Y sin embargo, también leí en sus ojos envidia, y odio. Yo creo que muchos de nosotros lo mirábamos con esa cara. Últimamente había una coacción de guerra, entre los adolescentes y los adultos.

Una vez mas, sumido en mi aburrimiento, mire la onda infante que había en la habitación, lo poco que quedaba de niño en cada uno de nosotros. Y reflexioné que, a Juan le gusta leer Harry Potter, y cuentos de ficción. Anita tiende a peinar Barbies en su cuarto cuando nadie la ve. Lucía y yo nos hamacamos en una plaza que queda de paso cuando volvemos de la escuela. Fernando juega al fútbol en secreto porque es malísimo. Y Agustín esta todo el día asesinando gente de juegos virtuales. Y luego dirijo mi mirada al profesor. Y la única frase que viene a mi mente, aunque suene vaga e inmadura, es “la adultez apesta”. Tal vez es solo por no tener un modelo de adulto adecuado.

Vuelvo a mirar el salón a recordar cuando éramos treintaidos compañeros que se llevaban bien, pero por demás de eso recuerdo cuando éramos seis amigos sin diferencias. Entonces los vuelvo a revisar, ahora sin hostigar la parte infantil, si no la parte presente, la adolescencia de cada uno de nosotros.

Las únicas cosas que salen de la voz de Agustín es que hay que matar a todos los negros. Y me duele en lo profundo que ahora piense así. Cuando empezó a bromear con eso, no lo tome en serio creí que bromeaba, distanciados por el desarrollo y reencontrados en este instante en el cual volvió mi mente a recordar que alguna vez fue alguien en mi vida, me doy cuenta que ahora lo dice de verdad. Ahora piensa estupideces racistas, probablemente resentido de no poder logar ser lo que quería. La música siempre fue lo que el amaba, siempre note una especial conexión entre el y un mundo paralelo, seguramente mejor, cuando el tocaba su guitarra con los ojos cerrados y una tímida sonrisa de placer en su boca. Y hasta considero que si de esos “negros”, como él llama a la gente que no tiene para comer, saliera un nuevo Mozart, o un nuevo Hendrix, o un nuevo excelente músico sin importar la índole a la cual se dedique, dejaría de decir esas viles blasfemias. Si, en lo que respecta a Agustín, la música podía curarlo todo. Recuerdo que todo los martes a las seis de la tarde, cuando volvía de una reunión semanal de un grupo de lectura al cual asistía, me encontraba a Agustín en el parque de la estatua caída. Oculto tras el gigantesco álamo, tocando, con su característica cara de placer. Nunca lo saludaba, al igual que con muchos de los otros seis con los cuales fuimos mejores amigos en la infancia, ya no me hablaba. Pero creo que no vamos a olvidar ese acuerdo tácito que teníamos Agustín y yo, todos los martes a las seis de la tarde, cuando el se mostraba humano, dejando atrás todas las barreras de fortaleza que decía tener y yo mantenía el secreto, por que si el padre de Agustín se enteraba de que en vez de ir a defensa personal, se quedaba tocando la guitarra iba a ocurrir una catástrofe, la cual termino pasando el primer martes de las vacaciones, día en el cual la personalidad de Agustín comenzó a caminar hacia el olvido.

Se notaba desde kilómetros cuando entro al aula luego de tres meses sin tener contacto con ninguno del salón, que algo en él había cambiado. Por empezar su pelo, largo y despeinado hasta sus hombros, estaba cortado al raz de su cabeza. En segundo lugar su mirada fría y seria. Pero el punto culminante de la historia de Agustín fue cuando dijo en voz alta y frente a todo el curso “Voy a estudiar Ciencias Políticas”. Un resoplido general sacudió el salón muchos dijeron “¿Que se podía esperar del hijo de un político?”. Y yo sencillamente mire a Lucía, y entablamos un minuto de silencio por la muerte de un amigo de la infancia en manos de un campamento militar.

“Necesitas algo que miras tanto.” Me dice Agustín violento. Lo miro con cara de lástima, y sé que me odiará por eso, y me giro para adelante. Y allá veo a otros dos. La nueva pareja del curso: Ana y Fernando. Otros dos fantasmas vivos de mi pasado. Los fantasmas ahuecados de mi pasado. Y mi teoría respecto a estos dos es que desdichados por el mundo que los depara, se sumieron en el desdichado arte evasivo de ser el estereotipo de adolescente. Es decir de ser superficiales, fríos y orgullosos de su ignorancia. De la boca de Anita, lo único que salen son nombres de diseñadores. En cuanto a Fernando, solo habla de ropa de marca y deportes. En esta ocasión la culpa recae en la debilidad mental y los sueños rotos. La primera quería ser bióloga marina. El segundo futbolista. A la primera se le rieron en las caras todas las chicas más lindas de la escuela. Al segundo todos los mejores ejemplos de idiotez puberta le destrozaron la dignidad en la cancha. Y ambos cambiaron sus personalidades para entrar en estas despreciables tribus urbanas. Ahora las expectativas de sus vidas, eran pertenecer a círculos sociales de gente rica y tan predecible como una manzana.

Vuelvo a girarme para reposar mi mirada esta vez en los dos amigos que me quedaban. Juan y Lucía. Juan había decidido prescindir de la vida, sin llegar a suicidarse, según el no le daría el gusto al mundo. Pero era un ente, un ente decidido a vivir en su mundo de fantasías. Estaba loco, pero que se podía esperar de esta generación más de lo que estoy relatando.

Lucía en cambio creo que fue la única que reacciono acorde a la situación, la más racional de todos nosotros. Criada hija única en una familia que decidió nunca escucharla por ser “una niña que no tiene idea de la vida”. Teniendo un profesor que se la encara borracho en un boliche, diciéndole que no es nadie y que lo que ella diga no vale, por que ella es menor, incremento la guerra mental de la chica. Y la peor parte de todo es el hecho de que el único deseo de su vida, irse a estudiar a Buenos Aires, no se podía cumplir. Por que dentro de la guerra de adolescentes con mente en contra de adultos, también había una contienda a nivel nacional. Nuestro país se ahogaba en la pobreza. Y así lo hacía la familia de Lucía, la cual trabajaba en el sector social en desacuerdo con el sagrado estado. Por lo tanto, su viaje para estudiar, estaba arruinado, y se tendría que conformar con estudiar odontología.

Y ya el salón me había aburrido. Y dirigí mí vista hacia fuera de la escuela. Era el último año, el año que viene ya seríamos adultos. Agustín un fascista; Fernando Y Ana una pareja indiferente del mundo que solo piensa en gastar dinero en estupideces a los cuales la división del país en dos no los afectaría en lo más mínimo; Juan un loco; Lucía una soltera triste, sin capacidad de reír; y yo sumido en mi silencio anotando todo lo que pasa por mi cabeza.

Los adultos suelen decir “En mis tiempos todo era mejor”. Pero deben haber echo algo en sus tiempos, para dejarnos a nosotros el mundo tal cual esta, echo mierda. No tenemos derecho a quejarnos, las generaciones que siguen después de la nuestra son generaciones muertas y superficiales. La nuestra también lo esta. Somos dos o tres los que pensamos, y estamos vencidos. Las generaciones anteriores a la nuestra, ya son adultos, algunos tan arruinados como nosotros, otros más. Sin embargo ellos son los que toman las decisiones por nosotros. Y generación tras generación, criamos gente escoria, y luego nos quejamos de que el mundo esta tan mal. Por que toman desiciones adultos que tienen mentalidades peores que las de un adolescente. Si chicos de diecisiete años se dan cuenta de que hay ciertas decisiones que no deben ser tomadas. Que primero hay que darle de comer a la gente, y satisfacer lo mayor posible a la gente. Y después de eso hacer hiperconstrucciones, y después de eso gastar millones de pesos en ropa. ¿Por qué no se da cuenta un adulto? Tal vez, en su adolescencia, también les arrancaron los sueños.

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no me gusto como me quedo... no se por que...
en fin... disfruten?
Flow15 de junio de 2008

8 Comentarios

  • Abyssos

    Los abuelos cavaron la tumba de nuestros padres, nuestros padres cavaron nuestra tumba, nosotros cavamos la de nuestros hijos y nuestros hijos... etc.

    Soy yo, o tus escritos tienen una "oscuridad reflexiva" en cada parrafo? no, debo ser yo.

    Me gusto.

    Un saludo.

    15/06/08 01:06

  • Flow

    intento tirarme la onda de filosofa pero jamas alcanzare ni un cent?metro de Hesse por ejemplo... ni hablar ded los otros jaja xD
    pero me encanto tu comentario ^^

    15/06/08 02:06

  • Aroint

    Tal vez a ti no te a gustado como te ha quedado, pero a mi me a parecido un texto m?gnifico.

    Haces un buen retrato del paso a la vida adulta, una vida que empieza matando al ni?o que llevamos dentro con las garras de la frustaci?n, y que hace que nos agarremos a los mas vacios consuelos... consuelos que nos dan una dignidad artificiosa, que se respalda en adoptar un rol sint?tico que pretende llenar el vacio que ha dejado la rotura de nuestros sue?os...frente a la presi?n del mundo casi todos elegimos la opci?n m?s cobarde...

    Si me permites hacer una cr?tica constructiva, tal vez el texto no te acaba de gustar porqu? tiene mucho contenido y esta algo apretujado... tal vez deber?as haber expuesto esta historia m?s pausadamente... no pretendo ir de critico literario ya que no soy el m?s indicado pero quise darte mi opini?n.

    Sigue as?... ?saludos!

    15/06/08 02:06

  • Franco

    o de nietzsche....ese es bart de alex!!!

    15/06/08 06:06

  • Flow

    lo que pasa es ke a nietzsche no me le acerco ni a 7000 metros a la redonda :p

    airoint, yo creo que tenes razon esta todo muy apretado, despues voy a intentar expandirlo mas, digamos que es un boceto de cuento por ahora

    15/06/08 09:06

  • Flow

    ah y si es bart de alex

    15/06/08 09:06

  • Franco

    bueno acercate mas a nietzsche,,,me imagino que no seras de la gilada que piensa que nietzsche era nazi???eso es muy gracioso,lo dijo el indio solari...

    15/06/08 10:06

  • Flow

    para mi nietzsche era un genio y nunca habia escuchado de eso, igualmente no hay que juzgar al artista por su ser, si no por su obra, por ejemplo borges para mi escribe excelente, pero me parece un soberbio insoportable ^^' igualmente lo leo

    16/06/08 01:06

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