Nostalgia
"Why the fuck, God
Why can't you feel?
Why did you let her
Take me away?"
-Juice/Seven
Jonás abría sus ojos bajo la lluvia negra que caía sobre el concreto y las placas de metal de las vías peatonales. Seguramente, los silos energéticos de la zona dispararon una fuga de químicos gaseosos. Aun así, esas gotas azabaches y espesas que caían en sus manos le parecían hermosas. Amaba como bailaban entre sus dedos y se deslizaban sobre sus brazos porosos. Aquellos lentes oscuros lo envolvían todo y lo dejaban casi ciego.
Los recintos habitacionales parecían abandonados. Ni susurros de niños, ni suspiros de adictos, ni siquiera el crujir de sueños rotos.
Con el corazón apretado y mezclado entre sus entrañas, se detuvo frente a unas puertas de acero. El pecado bien empaquetado lo llevaba envuelto en cueros: un bebé de aspecto carnoso cuyos alaridos eran risas y gritos. Jaló la palanca para hacer aviso de su llegada y 13 campanas sonaron.
Ella los escuchó
Se levantó de su cama donde se quedaron descansando Adán y Eva, y desfiló entre los pasillos rojos de la cuna donde se desenvolvía. Ella abrió el portal con una sonrisa y el vientre caliente después de las actividades tribales. Cuando vio la barba sucia de Jonás, su rostro cambió.
"Estoy ocupada" le dijo la dulce Nínive, pero él simplemente tomó aquel hombro agridulce y la empujó hacia atrás para poder penetrar en aquella mansión de recuerdos, de rabias, de traumas e imágenes prolongadas a lo largo del constante retorcimiento.
Dejó al horror en un sillón, donde alguna vez había acariciado su boca y su alma sentía un balance pleno. Luego la tomó a ella, ferviente cuerpo de cristo, ojos enormes, y sin embargo invicibles: su alma disfrazada nunca será encontrada.
Nínive rodeó el cuello de Jonás con sus manos, las mismas que rodearon su corazón, su alma, su cuerpo y su miembro, pero ahora no con la calidez del complemento espiritual, sino con la rabia y la guillotina de la indiferencia y el abandono.
"Desaparece de mi vida, me he saciado de ti." Se lo quiso decir a los ojos, pero los lentes que usaba Jonás impidieron saber si realmente le hirió.
Él apartó las manos de su cuello. Sacó una daga de sus abrigos e hizo un corte en su pecho. El líquido humeante lo dejó caer en la boca de sus pesadillas. Se cristalizó y endureció. Ahora jamás podría dañarle de nuevo.
Tomó sus hermosos brazos, y ella, la encarnacion lujuriosa de Dios se tendió sobre el piso tentando incluso hasta los ángeles que la veían alrededor de un agujero mohoso, y todos ellos humedecieron sus partes, y aunque el mundo y lo que le rodeaba hervía en celo, Jonás vió a su Nínive: era solo el espejo del llanto ahogado, a sus secretos ultrajados, a la vergüenza y la impotencia.
Sacó la jeringa de su bolsillo y dió vuelta a nínive para que le diera su espalda. Su cascara blanca y resplandeciente le impedía ver, pero aquellos lentes negros lo opacaban todo y la hacían real. Palpó las posaderas de la niña e incrustó la jeringa para succionar la sangre. Se levantó y caminó hasta la aberración en los sillones. Él se mofaba de Jonás, aquel hijo de una relación violada antes de desaparecer. Inyectó la sangre en su corazón y poco a poco sus musculos se fueron cayendo en pedazos, abortando el miedo, la nostalgia y la rabia.
Le dio una última mirada a los restos de algo que mantuvo entre sus brazos durante tanto tiempo y se volvió a Nínive:
"¿Sabes porqué uso lentes negros bajo un cielo nocturno contra la lluvia azabache?
Nínive se limitó a mirarlo con su boca sellada.
"Para que el diablo nunca pueda volver a ver mi alma"
-
Mejorana
Terror?fico Forloren. Creo que nunca jam?s te hab?a le?do algo as?. Todo un alarde de imaginaci?n.
Me alegro mucho de volver a leerte.
04/03/09 06:03
-
Forloren
cuando el dolor dicta, las cosas adquieren un tono diferente
gracias por comentar :) cualquier critica se agradece
04/03/09 07:03
-
Mejorana
Cu?ntame tu dolor Forloren, y yo te cuento el m?o.
Nunca que yo sepa te hab?a le?do as?.
Un beso muy gordo.
04/03/09 08:03
