TusTextos

"creo que Si Te Quiero, Debo Dejarte Pasar Página"

Cómo mirar tu fotografía y no sentirme muerta ahora que ya no estás ni estarás nunca. Ahora el futuro se extiende frente a mí (ya no frente a nosotros) difuso, vacío... sin sentido. Un pesimismo nihilista me invade por dentro al verte sonreír en la imagen y no poder encontrarte al alzar la mirada. Aunque para miradas, la tuya. Por Dios, solo en ti puede verse absolutamente precioso el tono castaño. Nadie más es capaz de lucir un color tan ordinario de forma más extraordinaria que tú. Qué manera de mirar... Con ese brillo perenne en los ojos y ese idioma mudo y particular.
¡Cuántas tardes pasé rendida en tu risa, con esa carcajada sonora que inventas cuando algo te hace muchísima gracia! Y lo bueno es que no puedes disimularla, pues rebosa por toda tu cara hasta que te dejas ir y te entregas a la risotada, doblándote sobre tu tronco, tronchándote.
Cuando tus labios sonríen... Madre mía, cuando tus labios sonríen muere el cielo de jodida envidia y se apagan las estrellas ante el fulgor de tus dientes impolutos.
Me gustaba quedar contigo, que me vinieras a buscar. Ser siempre recibida en tus brazos fuertes que hacían de ancla atándome a ti. Era magnífico hundirme en tu pelo rebelde y oler el perfume del gel que tanto me fascinaba. El mismo gel que usé tantas veces después de ser usada por ti. Cuando me ponía una de tus camisetas o tu sudadera y me sentía orgullosa de poder llamarme tuya. Me encantaba poseerte, que fueras únicamente mío, con todo lo enfermizo que la expresión conlleva en sí misma.
¡Cuántas peleas inútiles que podrían haber firmado la paz con una simple caricia de la yema de tus dedos!
Echaré de menos verte cantar y contonearte al ritmo de la música en nuestro Sony, que me cojas desprevenida y me tires a la arena en un imprevisto placaje de rugby. Ser la princesa frágil de este cuento en el que tú eras mi salvador, la afortunada ganadora de tu corazón.
Extrañaré tus nervios antes de cada examen, tus batidos antes de cada excursión al gimnasio, aquella voz inigualable que lograbas poner al decirme "te quiero" mirándome fijamente a los ojos. Los abrazos como modus operandi de despedida, como enlace entre ambos mundos al hacer el amor. Todos aquellos sueños de un futuro que se borra en este instante, tu rabia los lunes después de afeitarte.
Adoré siempre tu manía de levantarme por los aires en el momento más inesperado pese al mareo inmediatamente posterior, o tu destreza en la cocina, o tu descuido a la hora de lavar los platos.
Te querré siempre, porque memorizaste cada detalle de mí y lo convertiste en tu credo, me cuidaste y me mimaste cada uno de los días que compartimos juntos. Estarás presente en cada cielo que mire, en cada boceto que realice, en cada canción que escuche.
Hoy por hoy solo me queda darte las gracias y desearte una vida larga y feliz... sin mí.

De mi blog: http://cartasdeungatonegro.blogspot.com.es/
Foryou139628 de mayo de 2015

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