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Margarita

El aire mece suavemente las espigas amarillas de trigo, esparciendo algo de polvo alrededor. Una avispa revolotea, juguetona, en medio del vendaval, buscando el aroma de alguna bella flor quizá. Pero no es la única que se esconde en esta ladera, no. Melisa también permanece estirada en ese mismo lugar, dejando que su larga melena se extienda entre la tierra, y cree raras formas sedosas.
Nunca le ha gustado el color de su pelo. Es demasiado llamativo. Ese pelirrojo no es natural. Sonríe. Lo hace en sueños, sí, está dormida. Pero es un sueño ligero. Su mano izquierda reposa, tranquila y suave, sobre un matojo de mala hierba, al que, de vez en cuando, quizá alertada por los ruidos de su entorno, se aferra para luego liberar enseguida.
Un grupo de pequeñas hormigas la ven dormir. Agarran con destreza y velocidad unas migas dejadas allí por Melisa al almorzar horas antes. Se extienden y organizan perfectamente, con meticulosidad, llevándose así su conquista a su colmena.
Se van en fila india, avanzando paso a paso entre un bosque de trigo enorme y dorado.
Las nubes también prosiguen en su peculiar andanza, arrastradas lentamente por la corriente. Lentas, acompasadas, esponjosas. Se mezclan y chocan entre ellas dibujando figuras extrañas y soñadoras. El sol brilla tras ellas, medio eclipsado ante esas cortinas de algodón que lo tapan.
En mitad de todo este bello movimiento, una solitaria margarita lucha contra el viento para no verse arrancada abruptamente. Se balancea, tímida y miedosa, pero aún así, resiste.
Melisa comienza a recuperar el sentido. Sus dedos se mueven y sus piernas comienzan a cambiar de posición. Aprieta los ojos ante el reflejo de la luz solar, y después, los abre de golpe, un tanto aturdida. Bosteza, perezosa, y se levanta, muy, muy despacio.
Estira sus largos y finos brazos en dirección al cielo, volviendo a cerrar los ojos y sonriendo. Hace leves gestos con el cuello, intentando despejarse, justo antes de ponerse en pie.
Busca a tientas, entre las espigas, sus zapatos de tela blanca, y de mientras, se arregla coquetamente el pelo. Hunde sus dedos blancos en esa mata roja en llamas, tratando de desenredar miles de nudos imposibles. Finalmente, logra alcanzar los zapatos y calzarse a tiempo de perfeccionar su peinado rebelde.
La abeja sigue rondando por la zona, avistando cualquier movimiento, atenta a todo lo que pasa cerca de ella. Melisa ni siquiera la ve. Es más, a punto ha estado de aplastarla sin querer.
Mira arriba, inocente flor de primavera, buscando respuestas a preguntas adolescentes que las nubes no saben responder.
Es entonces, cuando, en un acto reflejo, la ve. Allí, sola, abandonada. Y la arranca de sus raíces, de su hábitat, justo antes de desflorarla pétalo a pétalo. La margarita.
Quizá ella le de las respuestas que anda buscando en el cielo.
Foryou139619 de mayo de 2012

3 Comentarios

  • Davidlg

    Woooooow! APLAUSOS DE MEDIA HORA!!!

    Si te dijera que soy un publicista bien acomodado en la industria editorial, agente literario de importantes novelistas de renombre y que además represento a un gran numero de intelectuales de mi país; ¿Me creerías cuando digo que es el relato de más oficio que he leído últimamente? Claro, salvo la excepción de Beth y Libelle que siempre me sorprenden.

    Pues desafortunadamente no soy todo eso, pero en verdad te digo que es uno de los relatos con más oficio de escritor que haya podido leer en esta página; eso me hace pensar o que estabas sumergida en una inspiración divina o que tienes un gran futuro como escritora. No te conozco, pero tengo la impresión de que eres muy joven; lo cual hace más especial tu trabajo, y por cualquiera de las dos opciones que mencioné: te felicito, y te deseo mucho éxito en cualquier empresa que te propongas.

    Si me permites considerarme tu amigo:

    ¡Gracias amiga por este relato!

    Saludos!

    20/05/12 12:05

  • Creatividad

    Yo he empezado a leer el principio sin abrir el texto y no podia parar de leer, asi que entre y no pare de leer hasta el final, como algo que te llevaba por si solo de un momento a otro. Y ya para rematar encuentro el comentario de David, con el cual no puedo estar mas de acuerdo. El lo ha dicho todo y no hay mucho que anadir.

    Pero te digo de verdad que es increiblemente bonito y delicadamente escrito para buen gusto del lector. Me lo llevo definitivamente a mis favoritos con tu permiso. Muy bien hecho.

    20/05/12 07:05

  • Foryou1396

    jajajajaja Muchas gracias!
    La verdad, fue fruto de un momento de aburrimiento jajajaja quería describir una escena sencilla y natural, que no fuera rebuscada o complicada, y que, sobretodo, transmitiera tranquilidad.
    He escrito muchos textos de este estilo y, como dije anteriormente, publiqué una novela que se puede comprar actualmente vía online y más tarde en librerías.
    Me apasiona escribir y hacer sentir cosas a los que leen lo escrito.
    Muchísimas gracias por vuestros comentarios, la verdad son una gran dosis de subidón emocional jajajajajaja
    Espero poder llegar lejos con pluma y papel, y si no, me conformo con la idea de haber hecho sentir algo como mínimo a una persona.
    Saludos.
    PD: David, claro, ya somos amigos

    20/05/12 11:05

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