No, No Te Quiero
Fuera el viento ruge, y dentro el frío se hace notar. Delante de mí, a la derecha, el profesor de historia repite la misma frase durante varios minutos. Me giro, y me miras. Sacas la lengua en un gesto infantil. Sonrío. La mirada se vuelve sola hacia el ventanal empañado, y mi cabeza divaga, soñadora. Te miro de reojo, con ademán tímido y tu mano izquierda entre las mías. Pasas páginas y páginas del libro, buscando la respuesta a una pregunta formulada por el profesor. Te indignas ante la estupidez ajena, y algo, no sé el qué, se apodera de mí. Paso mi mano temblorosa por tu mejilla blanca y me sorprendo a mí misma ante la intensidad de lo que haces aflorar en mí. Trato de recordar cómo me sentí un año atrás, llorando ante cualquier canción, dolida por su desprecio hacia mí. Te tengo a mi lado, me besas los dedos congelados, y algo en tus ojos me dice que me quieres. Me siento culpable. Porque no, no te quiero. Yo estoy enamorada de ti. Un escalofrío recorre mi cuerpo enjuto al pensar en la palabra "enamorada", en el verbo "amar"... y se me enrojecen los ojos al vislumbrar siquiera un mañana en el que ya no estés conmigo. Una vocecita chinchona chilla en mi interior que te irás algún día, que te llevarás contigo mi última esperanza en las personas... Soy perfectamente consciente que cuando eso pase se perderá todo rastro de ilusión o fe en el amor, la realidad perderá color, y todo dejará de tener sentido. Acaricias mi brazo, jugueteas con mi pelo y me preguntas, intrigado, que qué me sucede. Te trato como a un niño al decirte que sólo es un dolor de cabeza en vez de explicarte lo que pienso, mas sé que en el fondo te lo imaginas, porque me conoces más de lo que yo misma lo hago. Llego a casa y comienzo a recordar cómo acercamos posiciones hace más de dos meses, el inicio de toda nuestra historia; y luego imagino mil caminos por recorrer, los dos, juntos; con peleas, con risas, con llantos... como sea, pero los dos. Me planteo después cómo será nuestra vida cuando no vayamos juntos al mismo centro escolar. Entrarás en contacto con otras personas, de tu edad, más jóvenes y más mayores, que compartirán contigo una vocación... las verás a diario, escucharás sus voces, interactuarás con todas ellas. ¿Y quién sabe? A lo mejor, a fuerza de distanciarse, de forjar cada uno su corredor particular, olvidarás lo que te impulsa ahora a besarme. Evoco esos jueves en tu habitación, con tu música sonando de fondo, mis manos rozando tu espalda y tus besos describiendo suaves curvas en mi cuerpo deformado. Y tus ojos, después de todo ese movimiento, se fijan en los míos, y hasta leo en ellos devoción. Y nunca te lo digo, pero Dios, cuánto te quiero... Se me disparan las pulsaciones al verte cada mañana, y me invade un cierto orgullo al verte de lejos, esté donde esté. No eres consciente de lo que el tiempo ha ido imprimiendo dentro de mí, de cómo tu ánimo afecta el mío, de cuántos sentimientos guardo para ti... ¿Y dices que tú me quieres más? Mi vida, no sueñes... Como yo, nadie ha querido ni querrá a nadie jamás.
http://www.youtube.com/watch?v=SKdn7Ixx_ac
