Qué Le Vamos a Hacer
Tal vez era demasiado pedir tanto compromiso en menos de medio año de relación. Quizás yo avancé a más velocidad y acabé llegando sola a la meta, sin ti. Hemos llegado a una bifurcación que nos separará. Porque la cabra tira al monte, dicen, y a mí el monte me llama ahora. He de dejarte ir, y contigo se irá nuestra niña, las tortillas de queso con ensalada César, los viajes a París, Auckland, Chicago. Marcharás y te llevarás todos los "te quiero" que se me acumularon en la garganta, los besos robados entre risa y risa y todas nuestras tardes en tu habitación o en la mía. Las canciones dedicadas, las flores regadas de lágrimas, se irán, se borrarán del mapa sobre el que trazamos nuestros futuros destinos. Te perderás en la vorágine de otros cuerpos y nadarás en otras caderas. Tus ojos mirarán a los de otra mientras le haces el amor, otra a la que le pedirás más pasión, más acción, ese abrazo que ruegas en medio de cada encuentro fugaz. Otra besará tu frente y te dará esa calma que te tranquiliza cuando todo falle a tu alrededor. Te acariciará la nuca al conducir y lucirá, orgullosa, en su vientre, el rastro de esa niña que ya nunca será mía. Me borraré de tu recuerdo, olvidarás que alguna vez me quisiste. Ahogarás mi voz en el surf de aquellas costas lejanas a la mía, y veremos otros cielos, otros mares, con un océano entero entre tú y yo. Porque no somos lo suficientemente valientes para emprender el camino más arriesgado de la mano del otro, porque preferimos dejarnos correr antes que luchar y pasarlo mal. Porque eres cobarde y no quieres venir conmigo aunque te ame. Porque soy cobarde y te veré marchar sin poder seguirte sin saber si realmente me quisiste alguna vez. Que te echaré en falta el primer día que conduzca, o las siguientes Navidades. Que siempre voy a tener tu nombre tatuado con sangre en mi cuerpo, y soñaré toda la vida con tu regreso. Echaré de menos tus canciones absurdas, tus lunares, tu fuerza descomunal. Extrañaré esa sonrisa al verme, esos abrazos que se alargaban siempre un poco más. Tu olor me hará falta cuando sean las cuatro y no pueda dormir, cuando vea nuestras fotografías y te busque y no te encuentre. Lo daría todo por ti, todo, y lo único que nos damos hoy es el adiós. Cada uno por su lado. Como si nada hubiera pasado, como si no nos hubiésemos conocido nunca. Aquí ponemos fin a la historia más bonita, a las miles de dificultades superadas, a todo nuestro amor. Nos abandonamos en la cuneta, no nos giramos como solíamos para vernos marchar, porque esta vez no es temporal como las anteriores. Es definitiva. Qué le vamos a hacer. Al fin y al cabo no supe cuidar de ti.
De mi blog: cartasdeungatonegro.blogspot.com.es
