Sistema Inmunológico
Al final sí eras para tanto.
Para tanto y para más.
Quién iba a decirme que acabaríamos como acabamos
aquel día,
en aquel bar,
cuando las circunstancias me llevaron a conocerte
y jugar contigo una partida absurda de billar.
Siempre hemos sido absurdos.
Pero como he leído en alguna parte,
no te hiere quien quiere,
sino quien puede
y a ti ya te he quitado ese derecho.
No hoy,
sino ya hace tiempo.
Tu imagen ya no tiene pase de acceso a mis galerías,
y tu recuerdo ha sido vetado de mis salas de cine particulares.
El mar ya no viene de la mano de tu sonrisa
y al pensar en Montserrat,
en el Tibidabo,
ya no lloro por ti.
Has dejado de suponer un punto y aparte en mi existencia,
un futuro sin fin.
Puedo leer tu nombre en cualquier parte sin notar que se me escapa el aire por los ojos,
mezclado con la vida que ya no es nuestra sino mía,
en forma de lágrimas.
Ni siquiera sé ya qué fue lo que sentí por ti.
Ganas de sentirme querida,
de dejarme querer,
de querer a alguien.
Sé que en cierto modo te quise
y cuando dije lo que dije,
apoyada en tu hombro,
lo decía de verdad,
convencida de que aquellos planes saldrían de lo abstracto y pasarían a formar parte de nuestra realidad.
Tal vez mi sistema inmunológico me prohíba saber que sí me enamoré aquel invierno entre tus brazos,
con el objetivo de no derrumbarme ahora que no quedan ni las cenizas de un fuego que calentó nuestros meses de invierno.
Mejor creer que no pasó nada,
que no significabas tanto,
y pasar página de un libro que cuesta tanto leer.
Porque fuera lo que fuera lo que sucedió entre aquel paréntesis,
ahora viene un nuevo párrafo tras el punto y aparte.
Y he comprendido,
los dos sabemos
y queremos, de hecho,
que lo que queda por escribir vendrá en dos libros diferentes.
Que hay caminos que es mejor que se queden en paralelos,
y que una vez fracasado en el intento de que no se cruzaran,
vale más dejarlo en líneas secantes que se olvidan tan pronto se han besado.
Qué decir,
al final sí fuiste para tanto.
De mi blog: http://cartasdeungatonegro.blogspot.com.es/
-
Sandor
Bello poema de ese desencuentro que por mucho que las líneas no se vuelvan a cruzar (lo cuál es imposible al ser curvo el espacio)dejan miles de señales y aparecen de repente en una esquina.
Siempre es un placer leerte.
Carlos
26/08/15 11:08
-
Foryou1396
Mil gracias, Carlos.
Un saludo.
S
26/08/15 11:08
