Te Echaré de Menos Cada
Segundo de Cada Minuto de Cada
Hora de Cada Día que No Esté
Contigo.
Voy a echarte de menos toda mi vida. Jamás voy a poder olvidar la mirada de deseo que me lanzabas cada vez que me veías tumbada en la cama. Nunca podré borrar las huellas de tus manos en mi cara al limpiarme mis lágrimas cálidas y saladas. Siempre voy a recordar el sabor de tu boca, de tu cuerpo; el olor de tu cuello desnudo. Conservaré siempre en la memoria el mapa de granos que hay dibujado en tu espalda grande y firme, en la que tantas veces me agarré al hacer el amor. Tus uñas no volverán a arrancarme la piel y tu lengua no mojará la mía. Tendré que acostumbrarme a no recibir tus mensajes de buenos días y de buenas noches, y a no esperar un escrito tuyo, un saludo, una palabra. Mis oídos no volverán a sentir el timbre de tu voz al susurrarme "te amo" ni mi corazón volverá a morirse de amor con uno de tus roces. No sabré nunca lo que es despertar y ver tu cara, dormirme mirando tus ojos marrones. No conoceré nunca cómo suena tu voz al decir "sí quiero" y, desde luego, no viviré más sexo de reconciliación. Dejarás de ser "mi niño"... Bueno, no. Eso no puedes borrarlo. Seguirás siéndolo siempre. Mi niño, mi principeso, mi vida, mi videta, mi amor, mi cariño, mi petit, mi pequeño... Mi todo. Cada vez que escuche algo relacionado con Tarantino o Bob Dylan se me vendrá tu nombre a la cabeza. En el aire siempre flotará mi súplica al viento, confiando en que la oigas y vuelvas a mis brazos gordos y cansados. Te echo de menos. Desde el segundo primero de nuestra despedida. Y será así siempre. Porque mis manos siempre van a necesitar de las tuyas para sentirse plenas y mis ojos van a creerse ciegos sin tu luz. Cada vez que me sienta vacía sentiré que realmente lo estoy cuando mire alrededor y no estés cerca. No habrá nadie que me retenga cuando quiera huir. Me quedaré sola. Sola. Absolutamente sola sin ti en mi vida. Se me romperá el alma en mil pedazos cuando te encuentre cada día y me gires la cara. Moriré de desconsuelo. Muero de desconsuelo ya. Las lágrimas brotan sin descanso de mis ojos tristes y el corazón me grita a voces que no te volveré a tener. Sé que otra afortunada disfrutará tus besos pasionales, lucirá las mismas cicatrices lujuriosas en su piel... Serás su bastón, su talón de Aquiles, su pareja... Pero un destello de orgullo y venganza me ilumina cuando descubro que nadie te va a querer como lo hice yo en su momento y haré siempre. Nunca significarás para nadie lo que para mí. Y es que te echaré de menos cada segundo de cada minuto de cada hora de cada día que no esté contigo.
Extraído de mi blog: http://cartasdeungatonegro.blogspot.com.es/
