TusTextos

Una Flor

El aire está denso, el cielo, despejado con pequeñas y efímeras nubes desplazándose de un lado a otro.

El vapor que emana la tetera indica que el agua esta hirviendo, las marraquetas tostadas tienen un intenso olor a quemado. A Violeta le gustan así. Quemadas quedan más ricas con la mantequilla de campo y el dulce de murra de la "ita", además su madre siempre dice que el carbón es beneficioso para el estómago, hace que se "apriete".

Hoy la niña no quiere salir de su casa. El pijama esta suave y tibio, la cama está semi abierta como siempre...tentadora.

Amarillenta espuma se forma en la superficie de la taza de café cuando la madre hace caer lentamente el agua que hierve y el dulce-amargo aroma no se deja nublar por el olor a quemado del pan.

El primer mordisco siempre es el mejor. No importa que deje a Violeta cubierta de migas y con una difícil mancha de mantequilla derretida es sus ropas de dormir.

Está bien. Violeta acepta que debe levantarse, come su desayuno con rapidez y un poco de tristeza, detesta tener que acompañar a su padre a pescar.

Violeta disfruta el último mordisco de pan y el último sorbo de café, se viste con agilidad, papá debe estar por llegar.


-¡Ya voy!-grita cuando sus padres la hacen apurar.

El viaje ha sido mucho más rápido que de costumbre, Violeta parece haberse dormido en el camino.

La niña se detiene a orillas del agua, observa con detención. Un pez, 2..3.

Los pequeños peces se sacuden con destreza mientras Violeta observa ilusionada soñando con ser uno de ellos...los brillantes colores confunden, el sonido de las aguas, el olor a campo, el frío del viento, mis vestidos se mueven desagradablemente, mis cabellos quieren taparme la vista, el frío quiere impedir que me meta en las aguas...no podrán ganarme, mi pie tiembla, ya está adentro...el izquierdo también...escucho un lejano grito...Violeta... debo estar imaginando cosas, mis ropas ya están mojadas...se me van los zapatos, el pez azul y morado me mira...debo seguirlo. Un dolor se expande por toda mi piel...la siento áspera, me está costando respirar...Violeta...algo siento en mi cuello...¿habrá pescado papa?...la niña no está a la vista...mis piernas se vuelven casi estáticas...esperen...es una sola...hija...¿papa?no...estás escuchando cosas... mírate Violeta...mi color ya no es el mismo...escamas cubren su piel...¡puedo nadar!...Violeta...la niña salta...un pez, 2..3..4. El padre ve 4 peces donde antes habían 3, seguirá buscando a su hija, seguramente está jugando a las escondidas...¡qué lindo el pez color violeta!, piensa.

Fr12 de diciembre de 2007

2 Comentarios

  • Shadow

    Un sorpresivo final para un relato muy bueno

    07/04/08 12:04

  • Mejorana

    Qu? bello relato Fr.
    El caso es que recuerdo hab?rtelo le?do.
    ?Por qu? no sigues escribiendo?
    Es un texto entra?able y cercano.
    Me gust? cuando te lo le? y me gusta ahora.
    Me lo agrego a mis favoritos.

    27/12/08 01:12

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