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11 Historias Capitulo 09: a Los 29 Años (parte 2)

4 - Reencuentro
Ese mismo fin de semana sin falta Fernando recibió las entradas y el y su novia se dirigieron al teatro central, el teatro más reconocido de la ciudad, Fernando estaba muy emocionado vería a sus 2 mejores amigos luego de muchos años, y si sien había conocido a muchas personas a las cuales consideraba buenos amigos, incluyendo a su novia, pues no había conocido amigos tan especiales como Johanna y Eduardo, Si bien Mirella, su novia, es ahora su mejor amiga, pues esos 2 locos eran muy especiales de diferente forma.
— nunca había ido al teatro, Fernando… — dice mirella cogida del brazo de Fernando mienras bajan del taxi y se dirigen a la entrada.
— ni yo, — levanta la mirada y se deja cautivar por el imponente teatro central el nombre de su amigo en la marquesina “Eduardo Oliveros en Amores y Venganzas” ver eso era emocionante, ver la foto de su amigo en las paredes, anunciando su obra, lo llenaba de orgullo por alguien a quien quiere mucho. — es sensacional…
— será como el cine, supongo — comenta Mirella.
— supongo que si, solo que… creo que no podemos entrar con Pop Corn o gaseosas… — se dirigen entonces a la entrada e ingresan al teatro, avanzan entre el gran número de elegantes personas a través del vestíbulo hacia las entradas a las butacas.
Los asientos que le había reservado Eduardo a Fernando estaban en primera fila, donde podría ver perfectamente la obra, rápidamente y luego de entregar las entradas se dirigieron sus butacas, Fernando miraba a su alrededor, esperando ver a Johanna o a Eduardo, pero era obvio que el no aparecería hasta el momento en que iniciara la obra y Johanna pues estaría por llegar, aún faltaba al menos media hora antes de que comenzara la obra, y el público comenzaba a ingresar, sin duda el minutos solamente estaría lleno el enorme lugar.
— Nunca me hablaste de este amigo… — le dice Mirella a Fernando mientras esperan en sus lugares que comience la obra.
— lo que sucede es que fuimos muy amigos en la secundaria, luego de eso deje de verme con el, el se fue de la ciudad a estudiar, de ahí a Europa, lo que yo ignoraba… perdí la clave del correo electrónico así que si me informó no lo supe… — miraba a su alrededor, esperando ver a Johanna —… y pues siempre fuimos unidos, como hermanos… a decir verdad éramos 3 grandes amigos, pero… aun no viene la tercera… debería estar aquí… debe llegar.
— ¿la tercera? — pregunta mirella.
— si; Johanna, los 3 eramos inseparables, ella viajó a argentina, me dijo Eduardo que también vendría pero… no la veo, ella es puntual…
Poco a poco comenzó a llenarse el teatro, los padres de Eduardo llegaron, sus hermanas y sus familiares mas cercanos, Fernando estuvo contento de saludarlos luego de muchos años, lo recordaron con cariño y recordaron momentos de cuando eran unos adolescentes locos.
Finalmente la obra estaba por comenzar, peor no habían noticias de Johanna, pero aun había tiempo, aun algunas personas seguían ingresando.
— ya calmante, Fernando — le dice mirella — tui amiga ya llegara, quizs tuvo algún contratiempo.
— si, seguramente, es solo que… ella era muy puntual y se que no se perdería esta reunión por nada… espera…— entonces ahí, llegando por la entrada este estaba ella, Johanna. — si, es ella… — sonríe Fernando-
— vaya… es, es muy linda. — dice Mirella, apreciando la belleza de Johanna.
A sus 26 años Johanna estaba tan hermosa como la última vez que la vio, estaba elegante y parecía como si el tiempo no hubiera pasado por ella.
— vaya… — dice Fernando mientras ella se acerca a donde el, — … tantos años… — vira a ver a mirella — no ha cambiado nada, pensé que estaría gorda — le sornie.
Johanna avanza y al estar a unos metros de Fernando lo reconoce y se lanza corriendo contra el, abrazandolo y riendo alegremente muy emocionada.
—¡fernando! ¡no puede ser, te ves genial! — le dice abrazandolo y besándolo — haz crecido tanto… estas tan guapote… los años te han caído de maravilla — rien alegremente.
— y tu… mírate… dios… — la ve de arriba abajo — parece que el tiempo se detuvo en ti…
Se abrazan nuvamente y se miran en silencio sorpeendidos por verse nuevamente despeus de años.
— ella es mirella — dice Fernando presentando a su novia —
— mucho gusto — slauda ella, Johanna se acerca y le da un beso.
— es mi enamorada, no sabes lo mucho que la amo, es la mejor… — le dice a Johanna con el amor en los ojos.
— vaya, vaya… se te ve tan enamorado… por eso estas tan guapo… — rien, — Fernando es un gran chico, estoy segura que te hara muy feliz le dice a mirella snriendole, esta sonríe también.
— si, lo amo mucho — se prende del brazo de este. Era obvio que sentía algo de celos, pero nada que amerite tensión entre ellos, despeus d etodo sabia que Fernando la amaba.
— y el es Federico — dice presentandele a Fernando al hombre que había estado al lado de ella desde que llegó, pero no habían notado — es mi prometido…
— perdón, no me había percatado yo…— Fernando y mirella saludan rápidamente algo avergonzados por ignorarlo todo este tiempo —… un gusto, amigo…
— no se preocupen, estaban muy emocionados, les entiendo… verse después de tanto debe ser emocionante…— dice sonriendo.
Johanna saluda a los familiares de Eduardo y luego de hablar un poco con Fernando, finalmente la obra comenzará, las luces se apagan y solo el escenario queda iluminado. Las palmas anuncian el inicio acompañadas de la música.
El telon se abre y las palmas acompañan a los actores que comienzan a salir a escena, las palmas se calman y el silencio se apodera del lugar, comienza la obra.
La expectativa princiap de JOHANNA Y DE Fernando era ver a su amigo aparecer en escena, las ansias los tenia comiendoce las uñas, no lo habían visto de verdad en mucho tiempo, y la expectativa era enorme.
Finalmente luego de unos 20 minutos de obra, aparece en escena Eduardo, Fernando y Johanna no pudieron simplemente evitar brincar de los asientos y aplaudir gritando y silbando emocionados ante la mirada del público, pero poco les importó, dejando a un lado el profesionalismo Eduardo los miró les sonrió y les guiño el ojo en señal de confianza y alegría, continuando su actuación magistralmente hasta el final.
La obra fue un rotundo éxito, al finalizar el público se puso de pie, con lágrimas en los ojos muchos gritaban el nombre de Eduardo mientras aplaudían hasta no poder más.
luego de la obra, Fernando, su novia, Johanna y su prometido fueron invitados a los vestidores a ver a su buen amigo de años.
Una gran sonrisa y un fuerte abrazo de 3 no se hiso esperar.
—pero que hermosa estas, Johanna… — le dijo halagadoramente a su vieja amiga mirándola de pies a cabeza, apreciando su lindura — y tu, Fernando… vaya que haz cambiado, los años te han venido muy bien… — le sonríe abrazando nuevamente a su gran amigo.
luego de presentaciones y de halagos, Eduardo invita a sus amigos y a sus parejas a ir con el a un restaurante donde celebrarían el éxito de la función, lamentablemente Mirella nio podía, ya que se hacia tarde y tendría que preparar unas clases para la mañana siguiente, Fernando en cambio tenia el dia libre, Mirella entendio que el desearía quedarse con su amigo, se disculpó amablemente y se dispuso a regresar, Fernando en un principio quizo ir con ella, pero ella insistió que se quedara con una sonrisa. De la misma manera Federico tenia que regersar al hotel, a preparar unos trabajos, así que se despidió y dejó a Johanna con sus amigos en un gesto de confianza, y se ofreció a llevar a Mirella a su apartamento.
— bueno, los 3 nuevamente…— dijo Eduardo sentado en su camerino al lado de sus 2 amigos —… no saben el gusto que me da verlos, muchachos… tan bien, tan alegres… comprometidos…
— a nosotros también nos da mucho gusto — dice Johanna — verte triunfar, en lo que soñabas… cuando me llegó la invitación no lo creí, yo me quedé atónita… no había sabido de ti en años… es decir, fue una locura… — rie.
— igual yo, cuando me llamó — le dice Fernando a Johanna — casi enloquezco, me sorprendio mucho, peor gratamente y… verlos a ustedes aquí… de verdad me alegra muchísimo, chicos. — sonríe.
Eduardo se pone de pie.
Bueno, vamos a ese restaurante, deben estar esperándome… ahí continuaremos esta reunión tan alegre y que me hace tan feliz. — sonríe. — aunque… — se pone pensativo.
— ¡que ocurre? — pregunta Johanna.
— mmm….creo que… creo que tengo una mejor idea… — sornie nuevamente.
Se acerca a una esquina del camerino y saca unas botellas de champaña que le habían regalado algunos productores teatrales.
— que tal si nos quedamos aquí… — sugiere — yo no tengo ganas de ir a ese restaurante, la prensa estará ahí, los productores.. no tendre tiempo para estar con ustedes, y justamente quiero eso, estar con ustedes los mas que peuda, solo estare aquí unos días… y tenemos mucho que contarnos…vamos… — dice.
Johanna y Fernando se miran y van tras su amigo, los 3 con una sonrisa.
Eduardo los lleva hacia el escenario, frente a las butacas del teatro y a los palcos.
— vaya… — dice Johanna muy sorpendida por como se veía desde ese punto — esto es amedrentarte, simplemente no podría hacer nada aquí… estaría muy nerviosa.
— si, uno se acostumbra, para mi es muy emocionante. — le dice Eduardo sentandoce en una de las sillas que estaban aún en escena, la cual representaba una cafetería. — a mi esto me emociona y me impulsa… — dice abriendo una de las botellas.
Fernando caminaba por el escenario, igual de sorprendido jamás había estado tampoco en un escenario.
— recuerdo cuando decias que algún dia estarías en un teatro, o el la televisión… — se acerca a su amigos que ya estaban sentados en una de las mesas. — que tiempos aquellos, y ahora estas en una… o mejor dicho haz estado en muchas… no sabes lo feliz que estoy por ti, amigo. — se sienta al lado de ellos.
— si, logre mi sueño, y aun me queda mucho camino… pero… no hablare de mi, yo siempre lo hago… — sonríe — me interesa saber todo acerca de ustedes, ¿Qué han hecho estos años? Vamos, díganme… — mira a Johanna. — ¿Qué tan serio van las cosas con Federico? Se ve buena persona. — bebe de su copa. — ¿Cómo te va en argentina? — le pregunta.
Johanna bebe y se dispone a responder.
— pues te diré que me han pasado muchas cosas, cosas buenas y cosas… no tan buenas, no diré malas, ¿ok? Pero me ha sucedido cada pasada… termine ingeniería, así que están frente a una ingeniera — sonríe y sus amigos la felicitan entre bromas y halagos — pero… no pude ejercer… tuve ciertos problemas… cuando llegué todo era nuevo, los extrañaba mucho… siempre me conectaba a internet… ¿recuerdan? — les dice y asientan — pero poco a poco dejaron de hacerlo, es entendible, yo… hice amigos, no muy rápido, debo aceptar que la idea de remplazarlos no me gustaba, aunque la idea no era remplazarlos… pero poco a poco me hice amiga de los chicos del instituto, me hice muy amiga de una colombiana que estaba en argentina… muy buena chica… fue mi mejor amiga el primer año de la pre, luego… se fue del país, ya en la universidad fue distinto, no fue fácil, nada fácil, — Eduardo y Fernando asientan y beben mientras la escuchan atentos — para colmo… mamá enfermó, le detectaron cáncer,… maldito tabaco… y pues… fueron 2 años difíciles, no pudo seguir trabajando… tuve que trabajar yo… pagar las facturas, las medicinas… y la universidad, teníamos ahorros, pero no bastaron… finalmente ella falleció…
—¿Qué, como es eso? — Fernando se sorpende.
— lo lamento, de verdad que si — le dice Eduardo — nunca nos enteramos, tu…
— si, lo se, debí decirles, pero… no pensé en eso en ese instante, además… casi ni tenia contacto con ustedes, salvo por algún mensaje que enviaban a sus contactos… y bueno, no tenia muchas ganas de contarle eso a todos… como sea me quedé sola… por suerte la casa de mamá era propia así que tenia un lugar, dejé la universidad… tenia que trabajar… no tenia ganas de estudiar, mis amigos me apoyaron, no querían que dejara de estudiar, así que regresé a los 2 meses, de no ser por ellos… no hubiera terminado, estaba muy deprimida, estaba sola de algún modo.
— que duro. — comenta Fernando.
— pero luego me recuperé, llegué a terminar la universidad, trabajando de dia, estudiando en las tardes… fue complicado…
— ¿pero por que no ejerces? — pregunta Eduardo
— es difícil trabajar cuando eres mamá — responde dejando boquiabirtos a sus amigos quienes no lo podían creer.
—¡¿Qué?! — gritan al unisono. Joahanna sonríe.
— si, soy mamá — saca su celular le muestra fotos de ella y de su pequeñita de 4 años — se llama Eliana, es mi vida… doy todo por ella… — les dice mientras sus compañeros ven las fotos sorpendidos pero con una sonrisa.
— es idéntica a ti, menos mal, Federico no es muy guapo que digamos…— dice Fernando bromeando.
— no, ella no es hija de el, — responde Johanna sorpendiendo a sus a migos nuevamente.
— pensé que… — dice Fernando.
— No, su papá… pues según se esta ahora en Francia, era un estúpido… fue la peor experiencia que tuve… y tuve muchas… — sornie.
— ¿muchas? — pregunta Eduardo.
Johanna bebe de su copa.
— si, la verdad luego de la muerte de mamá y… al recuperarme, como que la libertad que tuve me… me chocó, yo… como que me descontrolé un poco, y pues… como me dijo una amiga, o mejor dicho, ahora que estoy mas… madura — sonríe — pues veo que traté de llenar un vacio con… enamoradillos estúpidos que… solo querían divertirse igual que yo, pero que no me prometían nada bueno a largo plazo… pero yo los amaba… me enganchaba con cualquiera que me ponía bonita cara… era inmadura… mucho y yo pensaba que era muy centrada… terminaba una relación, sufria y las semanas ya estaba enamorda de otro que parecía ser un príncipe azul… el padre de Eliana fue uno de esos príncipes, lo conocí al terminar la universidad, estaba haciendo unas prácticas en una empresa, el trabajaba ahí, era administrador y pues… nos conocimos, me gustó, parecía tan lindo, lo fue conmigo, no fue difícil enamorarme, me mostro una cara tan bella que… en solo 2 semanas ya andábamos, estuvimos cerca de 6 meses, hasta que… yo le dije que estaba embarazada… y… se convirtió, lo desconocí, yo… me decepciono totalmente se comporto horrible conmigo tan diferente a lo que en un principio… me dejó, de largó a Francia según me dijeron… y bueno, un hombre así para que.. ¿no? — dice tratando de dibujar una sonrisa y bebiendo de su copa que ella había llenado. — me deprimí, lo acepto, muchísimo, pensé que el era el hombre soñado… y bueno, durante semanas estuve mal, de no ser por mis amigas… ellas me cuidaban, yo… estaba muy triste… pero de algún modo pensar en Eliana quien pronto vendría me alegraba, ya no estaría sola, — sonrió — y pues… eso me animó y me hizo madurar, y algunas cosas cambiaron… tuve que conseguir un trabajo de medio tiempo, una amiga me ayudó a cuidarla en un principio, luego fueron niñeras, y pues… ahora es la hermana de Federico…
— y que hay de Federico, parece que por fin encontraste a ese hombre soñado, ¿no? — dice Eduardo.
— es un encanto, amable y adorable… como el solo, me ayudó muchísimo, encontré en el el amor, la alegría, y pues… adora a Eliana, ya hasta le dice papá… — sonríe — es un gran hombre, a cada dia me convenzo mas de que he encontrado al amor de mi vida, y pues… nos vamos a casa… por su puesto están invitador. — sonríen y brindan.
— ¿y bueno, — dice Johanna mirando a Eduardo — por que no he visto por ahí a una chica a tu lado? No me digas que estas solo aun. — pregunta.
— es cierto, ¿acaso se quedó en Europa? — pregunta Fernando.
— bueno, si, algo así, estoy conviviendo con una española, también es actriz, y ella tiene obras pendientes en Cataluña y… no pudo venir, pero se moría de ganas, le dije que para año nuevo, de ser posible, vendríamos, quiere conocer a mis padres y todo, es una gran mujer, creo que tenemos para mucho, me veo formando una verdadera familia a su lado, — bebe — la amo.
— qué alegría — dice Johanna.
— de no ser por el tiempo y el trabajo, les juro que ya tendría al menos un par de hijos, yo muero por al menos 2 chiquitines… — sonríe.
— ¿y tu, Fernando? — le preguntan.
— pues… no me va mal, tengro trabajo, pude terminar la universidad, tengo mi propio apartamento, mi vida a sido básicamente rutinaria, pero no por eso aburridaa, como ya saben me divierto a mi forma y con poco, obviamente aun no he podido cumplir mi sueño de publicar un libro… pero estoy en eso, es lo que más deseo ahora, eso y que mi relación con Mirella siga tan bien como siempre. — bebe.
— se ve una chica muy amable y muy correcta, aunque… algo celosa. — sonríen.
— si, lo se — sonríe Fernando — es la chica perfecta para mi, tene,mos gustos imilares, no peleamos, me apolla mucho… le encantan las historias que escribo, así nos conocimos, cuando yo publique unas historias mias en intrenet, ella las leyó y se las arregló para dar conmigo, un dia simplemente se presentó en centro de trabajo con mis historias impresas y… me sorpendio, quería un autógrafo… yo… me sorpendi gratamente, desde ese día fuimos amigos, luego mas que amigos… finalmente conociéndonos mas alla de eso, nos dimos cuenta que nos gustábamos y hasta ahora seguimos dándole a esta aventura del amor… me siento feliz, muy feliz. — bebe.
— ¿sigues escribiendo? Aun guardo las novelas que me regalaste, ¿sabes? Las leia casi siempre… — sonríe y mira a Eduardo — y también las películas que me regalaste, las miraba los fines de semana una y otra vez… pensando en ustedes…
Los 3 sonríen nuevamente y beben.
— he escrito mucho, tengo en mi computadora… historias, novelas… cuentos, vaya… cerca de 40 gigas de archivos de Word, — le dice a Johanna,— te dare algunas de mis historias nuevas si las deseas, antes de que regerses a argentina.
— eso me encantaría — responde sorneinte — amo tu narrativa, pero dime: — beben — ¿has ya publicado algo? Una de tus novelas…¿quizás un cuento? — pregunta Johanna.
— no, lamentablemente no, he intentado muchas veces, incluso — mira a Eduardo — como le comente a Eduardo por teléfono, aun espero la respuesta de una editorial, a la cual le he enviado 3 de mis novelas, las cuales escriboi el año pasado, Mirella las corrigió y me dijo que esas 2 facilmente le gustaría a alguien, pero… nada aun nada, sigo esperando — bebe y se entristece un poco.
— Vamos, — le dice Johanna colocando su manos sobre el hombro de su amigo — seguramente tendras buenas noticias tus escritos son espectaculares, he leído y releído las novelas que me diste y me encantan, no lo digo solo pro ser tu amiga lo digo por que de verdad son especataculares, y si esas las escribiste entre los 15 y los 17 de solo ikmaginar como escribes ahora a tus 26 años… es emocionante.
— modestia aparte he aprendido mucho… pero parece que las editoriales solo publican basura, he vicitado librerías actuales y solo hay libros de autoayuda, superación, o alguna historia escrita por un personaje publico que escribe acerca de escándalos, si no es eso es algún libro escrito por una mujer o un hombre despechado contando cosas de su pareja.. . y en cuanto a las historias, pues las buenas están escondidas, es difícil encontrarlas, esas deverian estar al frente de las vitrinas, sobre anaqueles, no en cajas tras la librería, es una vergüenza, publicar y ser un escritor aquí es difícil…
— en europa se le da mas oportunidades, están en el auge de la literatura, nos e cuanto dure, ¿ok? Pero la gente aprecia dia con dia un poco mas la literatura, el teatro, la cultura en general… quizas deberías probar suerte allá, yo tengo contactos, podría ayudarte, amigo…
— no seria mala idea, pero me gustaría hacerlo por mis propios medios — bebe — no me quiero rendir, se que puedo publicar aquí, se que si, hay muy pocos escritores noveles, jóvenes publicando, pero… se que alguna editorial apreciara mi trabajo.
— como quiras, Fernando, — le dice Eduardo sonriéndole y bebiendo — me alegra que tengas esos animos, y que sigas ne la lucha, se que pronto seras un escritor publicado, pero recuerda que si necsitas ayuda, tengo algunos amigos que conocen a otros… — le da un guiño.
Continuaron hablando, recordando aventuras y desventuras, contándose sus cosas, bebiendo, riendo incluso llorando, pensaban en como ha pasado el tiempo y en como sus sueños poco a poco se han ido cumpliendo, y luchan por cumplirlos, en los años que vienen, lo rápido que avanza la vida, los amigos que están y los que no.
Sin darse cuenta casi terminaron con todas las botellas de champaña que le habían obsequiado a Eduardo que no eran pocas.
— Este dia lo voy a recordar siempre — dice Eduardo ya algo mareado caminando a través del escenario con su copa de champaña casi vacia ya. — hoy es el día en que mis amigos me vieron actuar frente a ellos, me aplaudieron, el día en que estrené en mi país, voya recordar esto siempre… — levanta su copa — brindo por los amigos, por la alegría de vivir y por que a pesar de haber pasado muchos años… — eruptó haciendo reir a sus amigos también mareados y sorientes quienes se ponen de pie y se acercan a el —… a pesar de haber pasado los años — juntan las copas — s siente como si no nos hubiéramos separado jamas…. Brindo por eso — Sonríe y brindan.
— es cierto — agrega Fernando, — parece como si solo ayer hubiéramos estado juntos, haciendo de las nuestras, llendo al cine, o a la asotea de ese edififico… ya s eme fue el nombrecito…
— Harrison — completa Johanna sentandoce nuevamente a la meza algo mareada.
— si, así mismo, que beuna memoria — sonríen. — el tiempo no es nada cuando se encuentran los agrandes amigos, los amigos de verdad…
— así mismo, así mismo… abremos tenido lios, dificultades… unos mas que otros, claro, abremos reido, llorado, pero estamos aquí, como si el tiempo no existirá, — dice Eduardo interpretando casi lo que decía. — lastima que solo estare aquí unos cuantos días… esta obra es muy solicitada… — Eduardo regresa a su asiento.
— pues entonces debemos aprovechar el tiempo y tratar de hacer algo juntos, no se, ¿Qué se les ocurre? — comenta Eduardo.
— no es mala idea, yo tengo que regresar pasado mañana a argentina, Federico tiene mucho trabajo y no puedo dejar a mi hija sola mucho tiempo, hay que hacer algo mañana… no estaría mal…
— Sí, es verdad, podríamos ir a la playa… o a una feria…. — comenta Eduardo sirviéndose el último rezago de champaña. —…o al cine…
Entonces algo viene a la mente de Johanna al escuchar la palabra feria, el recuerdo de una feria a la que fueron años atrás donde algo en particular caracterizó esa salida.
— Ahora que dices feria… — comenta Johanna poniéndose de pie y caminando hasta donde estaba Fernando frente a ella —… ¿recuerdan esa ocasión en la que fuimos a una feria, fue unos días antes de la graduación. ¿Recuerdan, chicos?
Los muchachos hacen memoria, tratando de recordar, no fue difícil que lo hicieran, después de todo no habían ido a muchas.
— Creo que si… — comenta Eduardo — sí, si recuerdo… era una enorme, fuimos en vez de ir al cine recuerdo…
— si, si, pero… recuerdan… — hace memoria unos segundos — … recuerda…¿recuerdan a la bruja? — pregunta mirando a sus amigos.
Fernando y Eduardo hacen memoria y rápidamente recuerdan asintiendo.
— es cierto, la bruja que nos leyó las cartas… — Eduardo rie — … es verdad fue la primera y única vez que me leyeron las cartas, fue gracioso…
— a mi no me pareció nada gracioso, fue ridículo… — dice Fernando tomando asiento nuevamente.
— no, pero lo gracioso es que… si hacemos algo de memoria todo lo que esa bruja nos dijo… de alguna manera se ha hecho realidad… al menos lo que me dijo, lo poco que recuerdo… yo recuerdo que me dijo que… que tendría muchos fracasos amorosos, que no encontraría el verdadero amor… ¿recuerdan?... yo si recuerdo que me dijo que ni me esforzara por buscar a mi príncipe soñado…
Eduardo interrumpe.
— si, tienes razón, me parece recordar algo así… pero se equivocó, ¿no? Estas por casarte, tienes a tu bebé, estas feliz con…Federico… y pues… si bien tuviste algunos fracasos pues… ¿Quién no? — sonríe.
— si, lo se — responde — pero pues no se equivocó, acertó en muchas cosas… que dijo…
— si, también acertó en muchas cosas que me dijo, si mal no recuerdo — dice Eduardo — dijo que en algún instante yo estaría en un escenario frente a mis amigos y familia… y que ustedes estarían ahí… y esta noche se cumplio — bebe de su copa hasta el final. — eso si le acertó, también dijo que mi vida seria buena, y pues… me esta llendo muy bien…. — mira a Fernando.
— vamos, no creeran en esas cosas tan tontas, no se puede ver el futuro, y las cosas que pasaron son cuestión de suerte, de esfuerzo — mira a Eduardo — y de simples cosas de la vida — mira a Johanna — no creo en eso y nunca creeré, he escrito muchas historias así… y pues… son interesantes, pero… todo es fantasia, no le hagan caso a esas cosas…
— a ti — interrumpe Johanna — te dijo algo como que… no publicarías nada… creo… o algo así, no recuerdo muy bien, pero reco que te dijo que a los 25 o 26 habrias escrito mucho, mucho, pero que no publicarias nada aun… lo que… tu confirmas, ¿no? — pregunta.
— bueno, pero es complicado, son pocos los escritores publicados a mi edad, y pues… es difícil aquí, y bueno, era obvio que escribiría mucho a estas alturas… es mi pasión… — sonríe.
— pues como sea, creo que al menos una parte de lo que nos dijo esa bruja se ha cumplido, yo soy actor y me va muy bien, ustedes… — dice Eduardo
— Yo — Johanna continua — pues he tenido muchos fracasos, me e enamorado y he sufrido… y si bien la bruja me dijo que no me esforzara, que estaba destinada a sufrir, pues no me importa, creo que con Federico encontré mi verdadero amor…
Eduardo y Johanna miran a Fernando.
Este se queda en silencio y responde poniéndose de pie.
— Vamos, si de verdad esa bruja es tan acertada entonces… pues no publicare nada nunca… ¿recuerdan lo que dijo al final?... dijo algo como que no me veía en este mundo después de los 29 años… y bueno, si es verdad que se han cumplido algunas cosas… incluso en mi vida, pues… eso quiere decir que no llego a los 30 años y que… moriré. — dice sonriendo, aunque sus amigos no lo hicieron.
— No lo se… — agrega eduardo — quizás… solo sean tonterías, pero… no hay que tomarlo en serio, como te digo se que seguramente publicaras algo muy pronto, eres un buen escritor, y pues… eso que dijo la bruja… no lo se, quizás… te vaz a cambiar de nombre o… — mira a Johanna.
—… he… o quizás a los 30 te conviertes en astronauta y ya no estaras en este mundo … — dice Johanna haciendo reir a sus amigos, rompiendo un poco la tensión.
— yo no creo en esas ocsas — continua Fernando — y voy a publicar mis historias, ya verán, antes de los 30 años ya abre publicado muchas novelas, ya lo verán… mi vida no va a estar guiada por el supuesto destino incambiable de esa bruja apestosa… — dice con una clara expresión de enfado en el rostro.
— bueno, ya estuvo… dejemos de hablar de brujas y del destino que a veces es un cabron… aun quedan un par de botellas de champaña… — sonríe Eduardo — terminémoslas, celebremos — se pone de pie y abrasa a sus amigos —… celebremos que el destino nos reunió sanos y salvos, y pensemos que podemos hacer mañana…
Esa noche se terminaron las botellas, y se amanecieron juntos, ninguno de los 3 quería separarse, querían estar juntos el mayor tiempo posible.
Al día siguiente se reunieron en una gran cena, cena que a la ves seria la despedida de Johanna quien se regresaría a argentina, fue una cena emotiva, prometieron mantenerse en contacto y que se reunirían nuevamente, Johanna se casaría pronto, así que se verían, Eduardo regresaría a Europa en una semana, semana que trató de pasar el mayor tiempo posible con su buen amigo Fernando.
Finalmente este regresó a Europa luego de una temporada exitosa en el teatro.
Fernando regresó entonces a su día a día normal, pero alegre de haber vuelto a ver a sus viejos amigos de siempre.
5- ¿paranoias?
Una tarde unos meses después, mientras Fernando miraba televisión en su apartamento junto a Mirella recibe una carta de la editorial a la cual le había enviado su novela unos meses atrás.
— No lo puedo creer, — dice Fernando al terminar de leer el contenido de la carta — es increíble, me rechazaron la historia… — regresa algo cabizbajo al mueble de la sala al lado de Mirella — ¡maldita sea! — Exclama Fernando arrugando y arrojando la carta — como me enfada esto… puse mucho esfuerzo en esa última novela, pensé que era material suficiente, pero no…
— tranquilo, esos de la editorial deben estar dementes… no les hagas caso, aún faltan más respuestas de otras editoriales, ¿no es así? — Pregunta mirella tratando de animarlo — no te preocupes, esta última novela es simplemente espectacular, sé que será publicada, no lo dudes amor — lo besa — continuemos viendo la película, vamos… — le dice.
Pero Fernando estaba desanimado, tenia muchas esperanzas en que esa historia fuera publicada, y si una editorial como la que lo rechazó se negaba a publicarlo, las otras simplemente ni se preocuparían en leer su novela para criticarla. Sabía que podría darse ya por vencido con esa historia.
— No, — le responde poniéndose de pie — voy a… la terraza a tomar algo de aire, no me siento con muchas ganas de ver la película — le dice con seriedad en la mirada y se va a la terraza, donde enciende un cigarrillo y se queda observando el cielo rojo de esa tarde triste.

continuara...
Franckpalaciosgrimaldo19 de enero de 2012

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