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11 Historias Capitulo 05: El Pecado de Dafne (caps 9 al 12)

9
¿Enamorada?
Unos días antes de la gran exposición Dafne habla con Sandra en su alcoba.
— ¿entonces dices que….estas enamorada?— pregunta Sandra sentada sobre la cama de Dafne.
— No, no lo se realmente, pero me gusta mucho, es decir… se que lo conozco menos de 4 meses pero… es amable, no me mira como los demás chicos… el aprecia la belleza de verdad no solo lo físico…
— Entiendo.
— pero no lo se… a lo mejor solo estoy acostumbrada a el… aunque… nos besamos la ultima ves que lo vi.
— ¡¿en serio?! — dice sonriendo
— Si…
— ¡te pusiste colorada! — ríe Sandra.
— No, no es verdad… — dice tapándose el rostro.
— Bueno, no es nada malo, si el te gusta, tu le gustas… ¿Cuándo lo conoceré?— pregunta.
— pues ¿recuerdas que iremos a la exposición de arte el Martes que viene? — le pregunta.
— Si, ¿el va a ir? no me dijiste que era artista. A decir verdad no me haz dicho ni su nombre.
— bueno… es que no estoy segura de nada aun… pero lo conocerás el martes, el ira a ese evento. Tiene unos amigos en el ambiente artístico y lo invitaron así como a nosotras gracias a tu papá.
— Bueno, entonces conoceré a ese chico misterioso el martes, no hay problemas…— dice dirigiéndose a su cama —…buenas noches Dafne que sueñes con tu chico misterioso — le dice guiñándole el ojo.
Dafne le sonríe y se acuesta también.




10
Una obra maestra.
Por fin llega el día de la exposición, Dafne había quedado en encontrarse con Ramiro en el centro de convenciones de la ciudad, donde se hacia año con año la exposición artística. Al llegar al lugar Sandra su padre y Dafne se dirigen dentro en busca del amigo de Dafne mientras veían las obras de los artistas nuevos y algunos ya conocidos que habían legado desde muy lejos.
— ¡Sandra! — se escucha que alguien llama.
Se trataba de Jerson, amigo de Eduardo quien no podía faltar.
— ¡hola, Jerson, ah pasado mucho tiempo! — lo saluda con un fuerte abrazo.
— si, ah pasado mucho… me alegra verte por aquí, era de suponerse. Buenos días Sr. — saluda al padre de Sandra.
— Buenos días, hijo, conozco tu trabajo, es muy bueno, siempre escandalizando, eso me gusta.
— Muchas gracias, se que tiene una tienda de arte, con gusto le daré algunas de mis obras si usted desea. — le dice.
— ¿Así? seria fantástico, muchacho. — responde agradecido.
— Ella es Dafne, es una muy buena miga mía. — dice presentándola con Jerson.
— mucho gusto… yo…— le da la mano y se queda mirándola. — yo… yo te conozco, tu eres la modelo, ¿cierto? — pregunta.
Sandra y su padre se quedan mirándola extrañados.
— Yo… he… —balbucea Dafne.
— Si… Qué sorpresa, no sabia que se conocían… — menciona Jerson.
— ¿a que te refieres? —pregunta Sandra a Jerson y mira a Dafne. — ¿modelo tu? — sonríe.
— Bueno, es que… yo… era una sorpresa… aunque yo no se quien eres tu… — le dice a Jerson, efectivamente nunca lo había visto antes.
— Soy amigo de Eduardo. — le responde… además ya me mostró el cuadro… vaya que hiciste un buen trabajo modelando para el… y se que dará que hablar esa pintura…
— ¿podrías explicarnos, Dafne?— ¿tu conoces a…Eduardo? — dice Sandra sin poder comprender bien lo que estaba sucediendo.
— Bueno… todo esto se aclarara en unos momentos más le dice, Eduardo me dijo que…revelaría su pintura apenas llegara yo…— es interrumpida.
— Si, eso me dijo — agrega Jerson —vamos, los llevo, el está ahí atrás, se muere por revelarla.
Entonces siguen a Jerson donde Eduardo, Sandra estaba muy nerviosa ya que no sabia que estaba pasando.
— ¿puedes explicarme? — le dice a Dafne mientras avanzan entre la multitud.
— Bueno… resulta que no he estado…. De niñera, he estado de modelo para un pintor…Eduardo.
— No puede ser… ¿Eduardo benes? — pregunta sorprendida.
—Si… ¿lo conoces? — le pregunta.
— Si, por su puesto… el es el que te dije alguna ves que fue mi prometido…— le dice.
— No puede ser… yo lo ignoraba, Sandra… yo…
—entonces… el es el… ¿el chico del que me contaste…?
— Si… pero…ay dios, ignoraba quien era… — balbucea Dafne algo preocupada.
Llegan entonces donde Eduardo quien estaba rodeado e algunas personas interesadas en ver lo que traía este año, personas que conocían de algún modo sus trabajos anteriores; Esperando que revelara su obra.
—Pues si, este año he traído algo nuevo, algo que no había hecho con anterioridad, yo… me sumergí en un estilo de arte directo que a veces suele ser… controversial, estoy seguro que les va a gustar. — decía a su publico.
Sandra, Dafne, Jerson y el Sr. Hernán se acercan a la multitud.
— ¡aquí esta la modelo! — grita Jerson llevando a Dafne junto a Eduardo quien nota que junto a Dafne estaban Sandra y su padre.
—Sandra, tengo que decirte que…—Dafne trata de advertir a su amiga pero es interrumpida por Jerson.
—No le arruines la sorpresa, preciosa — le dice llevándola al lado de Eduardo quien estaba algo sorprendido.
—Eduardo… yo no sabia que… tu…— trata de decirle acercándose a el y en voz baja.
— ¿Tu, haz venido con…? — le pregunta al oído —… ¿con Sandra y su papá?
—Ella era la amiga de la que te hable…
— Dios, ella era mi prometida…
— Lo se… — dice mirando a su amiga quien miraba con un rostro de Confusión y de sorpresa no grata.
— ¡la obra, muéstrala! —Gritaba el publico — ¡vamos, revélanos tu obra! —insistían.
— de acuerdo… de acuerdo…— dice Eduardo muy nervioso.
Se acerca a Dafne.
— ¿crees que… deba? —le pregunta preocupado.
— Trabajamos mucho para este día…seria injusto… ¿no? Además yo ignoraba esto…no sabia que tu… y ella…
—De acuerdo… —contesta y se dispone a revelar su obra — ¡Señores y señoras, es para mi un agrado revelarles mi nueva obra, la he titulado en inspiración a la modelo de dicho trabajo aquí presente… —señala a Dafne —…¡”El pecado de Dafne”! — saca la tela que cubría el enorme cuadro dejando ver la tan grandiosa pintura.
Todo el publico presente quedó encantado con la belleza del cuadro en donde se veía a Dafne muy bien capturada sosteniendo una manzana mordida, recostada sobre un manzanero, con una serpiente enrollada en su pierna derecha subiendo en dirección a la manzana, en el fondo se notaba un precioso paraíso aunque sobre el las sombras de unas nubes negras aproximándose.
—Es hermosa —decía el publico — ¡magnifico! —gritaban.
Pronto toda la gente que presenciaba comenzó a aplaudir, y personas que se encontraban mirando otras obras se acercaban y se unían a la ovación encandilados por tan bella obra de arte.
Sandra miraba el cuadro algo indignada ya que se sentía engañada por quien pensaba era su amiga. Entonces se va rápidamente del lugar su padre va tras ella. Al ver esto Dafne trata de ir tras ella, pero el público la detiene felicitándola y llenándola de halagos.
Eduardo al ver la escena ve a Dafne con una mirada que no reflejaba la alegría que deberían sentir al ser ovacionados como estrellas.
— ¡te dije que seria un éxito! —Le dice Jerson dándole un abrazo a su amigo — ¡de aquí al cielo, hermano! — Mira el cuadro—…o al infierno…
Eduardo solo veía como Sandra se alejaba a lo lejos.
Luego de eso Dafne busca a Sandra, pero no la encuentra, solo encuentra a su padre quien no se había ido.
— ¿entonces se fue a la casa? — le pregunta.
—Si, estaba algo enfadada… creo que… no le gusto que no le dijeras la verdad… — le dice
— Sr. Hernán, le juro que tenia la intención de darle una sorpresa… no pensé que saldría así de… mal,…usted…no esta enfadado conmigo ¿o si? — le dice con una mirada de tristeza.
— No, hijita, ¿Cómo me voy a enfadar? — le dice abrazándola tratando de consolarla — como apreciánte del arte debo decir que Eduardo hizo un excelente trabajo y que reflejo lo preciosa que eres…aunque… debiste decírnoslo — le dice.
— Lo se, pero… ay, de verdad no quería que sucediera así… ahora tengo que ir a arreglar las cosas con Sandra. Solo espero que quiera escucharme.
— estoy seguro que hablando podrán arreglar esto — le dice El Sr. Hernán.
Dafne entonces se dirige en busca de Sandra.
Al llegar a casa Dafne sube a su habitación la que compartía con Sandra y la encuentra ahí sentada sobre su cama, se le notaba indignada, y con lágrimas en los ojos.
— ¿Sandra…?— se acerca a ella lentamente.— creo que… tenemos que hablar…
— No hay nada de que hablar… — le dice.
— Te equibocas amiga, yo…
—¿Amiga?...— interrumpe.
— Si, ¿somos amigas…verdad? — pregunta.
— Una amiga no le hace esto a su amiga — la mira a los ojos — me ocultaste que ibas a la casa de mi ex prometido a desnudarte… ¿eso es de amigas? —le pregunta con lagrimas en los ojos.
— Yo no lo hacia con la intención de dañarte… era mi trabajo… el solo me pintaba… no es para que lo tomes de esta manera… yo…
— ¿tu que? — la interrumpe nuevamente. — tu eres una mentirosa…todo este tiempo nos engañaste, pensaba que estabas cuidando a unos niños, pero no, estabas desnuda posando horas y horas frente a Eduardo…
— ¡yo no sabia que era tu ex, te lo juro! ¿Cómo lo iba saber? ¡Jamás me dijiste! — le dice.
— pues si hubieras sido sincera… ¡te hubieras enterado! —le increpa duramente.
— esta bien, me disculpo contigo… ¿si? — Le dice acercándose un poco mas a ella — ¡se que estuvo mal, pero yo solo quería darte una sorpresa, quería que vieras que puedo hacer algo artístico y precioso! … por eso no te dije nada… ¡no entiendo por que te enfadas tanto!... ¿es por Eduardo? ¿Por lo que te conté? De haber sabido… ¡dios! ¡¿Por qué pasa esto?! — exclama.
— Por favor, Dafne… no quiero seguir escuchándote… ¿de acuerdo? Quiero estar sola…
— Pero, necesito que entiendas que…
— No hay nada que entender… si estas enamorada de Eduardo… pues quédate con el, sean felices… yo…. Yo no te diré nada más…. Solo quiero estar sola…
— No se trata de eso… yo…
— te ruego salgas de mi habitación…
— También es mi…— se queda en silencio —…de acuerdo, entiendo…tomare… tomare mis cosas y me voy… creo que ya no puedo seguir viviendo aquí… — dice derramando unas lagrimas —… se supone que este seria un lindo día…
Dafne toma sus cosas y se va. Antes de hacerlo se despide y le agradece a Sandra el haberla tratado tan bien durante los meses que estuvo con ellos.
Esa noche en el estudio de Eduardo.
Eduardo se acerca con unas tazas de manzanilla al mueble donde estaba sentada Dafne, quien tenia claros signos de que había estado llorando.
— De verdad no quería que sucediera de esta manera, Eduardo…— le dice muy triste.
— Bueno, nadie quería eso… — le dice acercándole una taza— peor ya relájate, estoy seguro de que todo se arreglara… Sandra se dará cuenta que exagera, que tu no tenias ninguna mala intención.
— No lo se, se veía muy…—bebe un sorbo—... muy enojada, de verdad que me hizo sentir muy pero muy mal, Eduardo. — le dice dejando la taza sobre la mesita frente a ellos.
— De verdad lo amento…se supone que deberíamos estar festejando… nuestro cuadro fue el mas aclamado, el mas sorprendente… y mírate, estas con los ojos casi hinchados de llorar… —coloca sus brazos alrededor de ella tratando de consolarla.
Ella se inclina sobre el Eduardo tratando de consolarse en el.
— Yo le dije que tu… que tu me gustabas…— le dice a Ramiro
— ¿he?... ¿por que dijiste eso? — le dice aun teniéndola sobre su hombro.
— Pues…— se separa un poco de el y lo mira a los ojos—…el día que nos besamos…yo le dije que me gustabas, yo ignoraba que eras el Eduardo que ella conocía, es más ni sabia quien eras el la vida de Sandra…
— ¿y que tan cierto es lo que dijiste? — le pregunta mirándola fijamente.
— Pues… no lo se, yo… tu… hemos pasado mucho tiempo juntos… creo que…lo que siento por ti es solo…. Un gran aprecio, como lo que siento por Sandra…
— ¿eso quiere decir que me ves como una amiga a la que puedes besar? — le dice sonriendo en forma burlona y amistosa.
Dafne se ríe también.
—No, no quise decir eso… es que… es justamente esta situación, tu me diviertes, me das mucha confianza, mucha libertad, nunca he conocido a un chico así… bueno, si conocí uno, ahora esta irreconocible…
— ¿Qué?
— Ese no es el punto, la cuestión es… ¿tu sientes algo por mi? — le pregunta mirándolo fijamente.
— Pues, veras, preciosa… cuando te conocí solo eras una chica que trabajaría conmigo, después… pues te convertiste en mi amiga, así de claro… el hecho que hayas venido aquí conmigo al no tener a donde ir… pues… dice mucho de lo que soy para ti. Pero…al igual que tu…creo que también siento un gran aprecio por ti… y ese beso de la otra ves… quizás haya sido… solo un arranque… — le dice.
— Pues si, por un momento pensé que me gustabas más allá de lo normal… pero… después pensándolo bien, creo que como amigo me gustas más… además estas muy viejo… — le dice riendo.
— Y tú eres muy bajita para mi gusto. — le dice.
Se abrazan y ríen.
— Bueno…— se levanta Eduardo— arreglare mi habitación, te quedaras ahí, yo dormiré en este mueble…
— No, de ningún modo, yo me quedo en el mueble…— dice ella.
— No, claro que no, eres mi huésped, no dejaría que duermas en el sofá…además me gusta este sofá, he pasado mas tiempo durmiendo en el que en mi cama…es más duermo mejor ahí…— sonríe.
— De acuerdo… solo serán unos días, hasta que consiga algún lugar, ¿si?
— Quédate el tiempo que sea necesario y si te vas que no sea muy lejos, tenemos trabajo que hacer — le dice dirigiéndose a su habitación.
—No entiendo — dice tomando un sorbo de su taza.
— ¡un coleccionista me encargó una pintura nueva, quiere que seas la modelo…! —le grita desde la habitación.
— ya veo… no esperaba eso.
— ¡tampoco yo, me cayó de sorpresa, así que si aun lo deseas podríamos trabajar en un nuevo proyecto!
— Me parece bien, mientras tú seas el pintor... no hay problema — dice acercándose y recostándose en el marco de la puerta a la habitación.
Eduardo la ve aun con esa carita de tristeza.
El se sienta en la cama.
—créeme, a Sandra se le pasara… se dará cuenta que su actitud no tiene lógica... — le dice. — ya no estés con esa cara… de verdad me haces sentir mal. Aunque es inspiradora de algún modo algo…raro.
— ¿tu la quieres aun? — le pregunta mientras bebe su manzanilla.
— Pues… debo aceptar que… que si… nos íbamos a casar… eso no se olvida así de simple, es más, yo solo quería ser un gran artista para tener la boda soñada… con ella.
— ¿Por qué nunca… fuiste a buscarla? Le pregunta.
— Pues… tenia en mente hacerlo, pero cuando la encontré hace un tiempo en el almacén, el mismo día que chocamos por primera ves… me miró tan fría, tan dura… mató todas mis intenciones de una reconciliación, después de todo nuestra separación fue mi culpa, la defraudé. Ahora me entero por ti que ella… aun siente algo, o sentía, la verdad supongo que ahora cree que soy una especie de… ya ni se que decir…
— ¿Pervertido? —le dice Dafne.
— Que directa… pensaba más en un sínico… o en un desvergonzado que se olvidó rápidamente de ella, pero… probablemente tengas razón. — Se levanta — bueno, ya no hablemos de eso, no hay que… entristecernos ni deprimirnos, — le dice tomándola de los hombros — somos los artífices de la obra mas importante de la exposición, mañana tenemos que estar ahí para la subasta, así que a dormir, jovencita. — Sale de la habitación. — Trae tus cosas. — le dice.
— De acuerdo… y….
— ¿si? —le dice girando a verla.
— gracias por ser un… buen amigo, Eduardo.
— No agradezcas daf, es lo menos que puedo hacer. — le dice sonriéndole
Al día siguiente el cuadro de Dafne fue vendido a un muy alto precio en una subasta organizada por la exposición, esto le dio un gran valor a la obra de Eduardo y reconocimiento por parte de la prensa, Rápidamente las criticas positivas se hicieron escuchar de parte de los más grandes críticos de arte, incluso algunos que en su momento criticaron las obras de Eduardo ahora alababan su labor como artista.
En las siguientes semanas El cuadro de Eduardo le dio la vuelta al mundo gracias al coleccionista que lo compro y lo prestó a una exposición en Milán, rápidamente en cuadro se popularizó entre el mundo del arte, y las criticas no dejaban de calificar la obra de “Espectacular”
Muchos coleccionistas y personas del ámbito del arte le pedían a Eduardo pintarles un cuadro donde la protagonista sea Dafne, y siempre sorprendía con una nueva obra que resultaba espectacular aunque no siempre la pintaba desnuda ya que la belleza de la modelo en si era lo que encandilaba al publico, eso y la forma tan particular de representarla en sus obras que tenia Eduardo.
Pronto Eduardo compro un estudio de verdad, uno grande en la ciudad y se mudó a un mejor apartamento por su puesto se mudó junto con Dafne, ya que prácticamente pasaban todo el día juntos, pero no revueltos ya que su relación de amigos se hacia mas fuerte, el la veía como una hermana y viceversa.
11
Cometiste un error, pintorcito.
Las noticias del Cuadro de Eduardo se paseó por casi todo el mundo, solo era cuestión de tiempo para que llegara a oídos y ojos del padre de Dafne.
El 23 de Diciembre mientras todo estaba cubierto de nieve y lleno del espíritu navideño, Fernando se encontraba bebiendo un chocolate caliente en su Despacho y leyendo el periódico matutino.
— ¡Efraín! — grita Eduardo repentinamente y escupiendo el chocolate que bebía.
Efraín rápidamente corre a su despacho.
— ¡¿Qué ocurre, Sr?! — dice entrando rápidamente.
— ¡Mira esto! — Le dice mostrándole la edición de sociales del periódico— ¡mira! —le grita.
Efraín se acerca y Fernando lo toma del cuello y lo acerca a la fuerza a la sección donde se hablaba extensamente del nuevo éxito artístico del año “El pecado de Dafne”
— ¡¿ves eso, animal?! —Le dice sosteniéndolo contra el periódico. — ¡¿lo ves?!
— ¡Si, si… si veo….! — grita muy asustado.
— ¡¿Qué ves, imbécil?! — le pregunta.
— Es, es… Dafne… es su hija…— contesta.
Fernando lo suelta y lo empuja muy furioso.
— ¡así es, es mi hija! — se acerca con el periódico en la mano y se lo avienta— ¡mi hija, desnuda!
— Yo… yo…
— ¡tu eres un tarado de mierda! — Se acerca matonescamente — ¡se suponía que la estabas buscando!— lo arrincona contra la puerta.
— Yo… es que… no era fácil…— se escusa.
— ¡Pues por tu culpa!— golpea con la palma la puerta muy cerca ala cara de Efraín — ¡por no haberla encontrado a tiempo!— vuelve a golpear la puerta— ¡mi jodida hija esta desnuda en todas las galerías de arte de este puto país y partes de Europa! — lo coge de la solapa. — ¡quiero… quiero que ahora mismo, vayas a la ciudad… busques a ese hijo de puta que pinto a mi nena desnuda… me lo traigas, por que yo mismo le arrancare todo el pellejo y se lo daré a mis gatos! — lo arroja al piso.
— ¡si, si, Sr. Ahora mismo! — se pone de pie. — ¿y Dafne?
— ¡Tráela también pues, tarado! — Grita— ¡esta si me las paga esa mocosa, la voy a encerrar hasta que tenga 50 años! ¡Ahora ve!
— ¡Si, si, Jefecito! — dice saliendo corriendo.
Junior que estaba afuera ingresa algo preocupado al ver salir corriendo rápidamente a Efraín..
— ¿algún problema, Sr? — pregunta.
— ¡pues si, como siempre…! —le grita recogiendo el periódico del piso.
— ¿quiere que le traiga algo? —pregunta.
— ¡No!... ¡lárgate de aquí..! —le grita.
—Si, Sr. — se dispone a hacerlo.
— ¡Espera! — lo detiene.
— ¿Si?
— consígueme gatos…
— ¿gatos?
— SI, gatos, ¿Qué no escuchas? —le dice.
— De acuerdo… —le dice y sale extrañado.
Efraín rápidamente va donde el chofer quien estaba fuera de la enorme casa. Rápidamente se mete al auto.
— ¿Qué te pasa? ¿Por qué tienes esa cara? — le pregunta el chofer willi.
— ¡No me digas nada y arranca, debemos ir a la ciudad lo antes posible! — le dice muy nervioso y sudando como un cerdo.
—De acuerdo, — le dice arrancando el auto —…pero dime que te ocurre.
— La loca de Dafne, no te imaginas que hizo…— le dice sacándose la corbata.
— ¿Qué hizo? ¿Donde esta? — pregunta muy interesado mirándolo a través del espejo retrovisor.
— Resulta que es una modelo de desnudos… un sujeto la pintó totalmente desnuda con una serpiente… dios, el señor esta muy enfadado, pensé que me cortaría las bolas… y seguramente lo hará…
— ¡mierda…!— sale rápidamente en dirección a la utopista —… ¿domo se entero el señor?
— Lo vio en el periódico, al parecer esa pintura es famosa… dice que casi todo el mundo la a visto… ya te imaginaras como esta el viejo.
— Si, me lo imagino con lo celoso que es…
— Ahora… tenemos que traerla a ella y al jodido pintor… lo va a matar…
— estoy seguro que lo hará, con una maldita sonrisa…
Efraín y Willi el chofer viajan a la ciudad, la cual estaba a unas horas simplemente, así que para el medio día ya estaban ahí.
Encontrar a Eduardo no seria difícil, se había convertido en una persona de fama, así que su nombre era bien conocido por todos, de igual manera donde estaba localizado su taller de arte y su apartamento, así que le fueron a dar una visita. Era de esperarse que el supiera donde estaba Dafne.
Eduardo en su nuevo y enorme apartamento el cual estaba adornado navideñamente, conversa con Dafne por teléfono mientras empaca unas cosas.
— ¿ya estas cerca? Recuerda que debemos salir ya mismo al aeropuerto. — le decía.
— No se me olvida, estoy yendo para allá ahora mismo— contesta Dafne quien regresaba de una sesión fotográfica para una revista de la ciudad — es solo que se me pasó el tiempo con lo de la revista… me tuvieron posando como una hora, incluso me vistieron de una santa Claus Sexy, debo aceptar que eso si fue divertido, aunque cansado.
— Es el precio de ser una modelo famosa, preciosa. Bueno, recuerda que en 2 horas tenemos que partir al aeropuerto, te espero aquí, no tardes por lo que más quieras. — le dice mientras busca unos libros en su estante.
— si, no te apures, ya estoy en camino — cuelga — ¿se puede apresurar, Sr? — le dice al taxista con una sonrisa.
Mientras revisaba entre los libros uno que llevaría a su viaje se topa con una fotografía dentro de un libro. Era una fotografía de el y de Sandra que se tomaron en el Bosque de turino hace mucho tiempo atrás. Se sienta sobre la cama y ve la fotografía fijamente pasando su dedo sobre la cara de Sandra.
Mientras veía la fotografía recordaba los buenos momentos que habían pasado juntos, y el hecho de que ella siempre lo apoyó, que siempre trataba de que el fuera mejor y de animarlo cuando el estaba mal, hasta el ultimo momento ella solo trató de que el superara los problemas, pero el jamás la escuchó. ¿Ahora era demasiado tarde? Se preguntaba, han pasado casi año y medio desde que discutieron esa tarde y casi 6 meses desde que se vieron por última vez en la exposición.
— ¿me pregunto si estará bien…? — pensaba.
Recordaba que la ultima navidad que pasaron juntos, fueron a esquiar a una montaña a las afueras de la ciudad, la habían pasado genial. Este año tendría que viajar a Roma para una exposición organizada por la Asociación de artistas, estaba muy feliz por eso, pero de todas formas algo en el no lo dejaba sentirse totalmente completo y disfrutar de su fama al cien por ciento.
Entonces tocan a su puerta. Sabia que no era Dafne ella tenía llave del apartamento.
— ¿si? — se dirige a la puerta aun con la fotografía en la mano.
— ¿Sr. Eduardo Banes podríamos hablar con usted un momento? — dice Efraín.
Eduardo mira a través de la mirilla de la puerta y ve a 2 hombres elegantemente vestidos y decide abrirles.
— ¿Qué sucede? — pregunta.
—pues sucede que cometiste un error, pintorcito — le dice Efraín.
— ¿Qué?— contesta Eduardo sorprendido.
Antes que pudiera reaccionar es atacado por Efraín quien lo tumba de un puñetazo y le apunta con su arma.
—Revisa dentro — le ordena a willi y cierra la puerta.
Willi comienza a revisar el lugar.
— ¿quienes son ustedes? —pregunta Sorprendido Eduardo aun en el piso conmocionado por el duro golpe
—Pues digamos que somos unos amiguitos de tu amiguita Dafne…
— ¿ah si?— pregunta.
—Si… y déjame decirte que estas en líos, uno muy grande, pintorcito.
— No hay nadie,…— dice Willi — pero parece que este idiota iba a algún lado, estaba empacando.
— ¿ibas de vacaciones navideñas, Amigo? — Le pregunta Efraín — ¡contesta! — le grita dándole una patada.
—Si, si,…tengo una exposición de arte en…
— ¡Ya, ya, no me importa tu vida… después de todo no le durara mucho! ¡¿cierto?!— dice mirando a willi, ambos ríen a carcajadas.
— Oigan, yo…
— ¡Cállate! —Le grita nuevamente.— ¡ahora lo que nos dirás es ¿Dónde esta Dafne! Y si no nos lo dices…te va a doler…. — lo amenazan.
— Yo... yo no…
— ¡mierda, no comiences con que no sabes y esas tonterías que dicen las estúpidas personas en tu situación...! ¿De acuerdo?... no tengo tiempo ni ganas para eso… ¡así que…! — Lo patea nuevamente —… ¡habla! ¡¿Dónde esta Dafne?! —le pregunta nuevamente.
— De acuerdo… les diré…ella, ella ya esta en un avión, teníamos una exposición de arte en Londres… y ella fue primero… yo me quede a terminar unas cosas…. Justamente ahora salía tras ella…
— ¡mierda! — Grita Efraín— ¡no puede ser! — Se agacha hacia Eduardo que seguía en el piso — ¿no estarás mintiéndome? — le pregunta apuntándole en la cara.
— no, no les miento, ahí están mis maletas… iba a empacara mis cosas… si…
— ¿y ahora que hacemos? —pregunta willi.
— ¿le crees a este cabrón? —le pregunta Efraín a su compañero.
—bueno…ahí están las maletas…
— ¡carajo…! ¡¿Ahora?! —se pregunta.
— llevémoslo solo a el, dejemos que el Sr. Fernando lo haga hablar… si esta mintiendo tarde o temprano lo sabremos…
—Mejor le pregunto. —saca su celular y llama al Sr. Fernando.
— ¡mas vale que me tengas noticias buenas, animal!— le contesta el Sr. Fernando quien estaba en su despacho acariciando a unos gatos.
— si, si, Sr. Encontramos el pintorcete… pero… dice que su hija esta en un avión ahora mismo… esta viajando…
— ¿están seguros que dice la verdad? — pregunta.
— Pues el estaba empacando, al parecer iba a alcanzarla en Londres…
— ¡mierda! — Grita asustando a los gatos quienes salen saltando — ¡bueno… tráiganme a ese hijo de puta aquí… si esta mintiéndome… se va a arrepentir…¡tráiganmelo ya! —grita.
—De acuerdo, jefe… en unas horas estaremos ahí…—cortan.
— ¿Qué te dijo?— pregunta willi.
—Pues quiere que se lo llevemos, tenias razón, ayúdame a atarlo y algo en que envolverlo.
Mientras Dafne llega al apartamento, baja del taxi con algunas bolsas y algo llama su atención.
Nota que la reja del edificio esta abierta, cosa que nunca ocurre, al principio no le pareció tan importante ya que a lo mejor acababa de entrar o va a salir algún vecino del edificio, entonces entra y se dispone a subir por las escaleras, pero nota que el hombre de la recepción no esta tampoco, lo que le es extraño también, entonces se acerca a la recepción a ver que pasaba, pero todo estaba en silencio.
Se acerca al baño que esta cerca a las escaleras junto al pasadizo. — ¿Charlie? — pregunta tocando un par de veces algo extrañada, ya que estaba prohibido que dejaran la reja abierta y que no hubiera nadie en recepción, el lugar era muy exclusivo.
Entonces oye unos ruidos extraños provenientes del cuarto de limpieza que estaba en el pasillo que daba al jardín izquierdo. Dafne se acerca curiosa a ver que sucede y escucha unos gemidos dentro de la bodega de escobas, entonces abre y encuentra al portero atado y amordazado.
— ¡dios mío! — Dice Dafne sorprendida y ayudando al portero. — No puede ser… ¿Qué pasó?— dice Dafne sorprendida.
—unos tipos entraron, me amenazaron con un arma… tuve que abriles… me ataron — dice muy asustado el portero. — hay que llamar a la policía, no se si siguen aquí o se fueron ya…— dice mientras Dafne trata de desatarle las manos.
— ¡dios, mío, Eduardo! — grita Dafne quien deja lo que estaba haciendo y sale del cuartito, al salir ve a Efraín y a Willi bajando, cargando y sacando algo envuelto en sabanas que se movía.
Rápidamente se esconde para no ser vista y espía asomándose un poco para ver.
—no puede ser… me encontraron— dice en voz baja y nerviosa mientras veía que los 2 tipos sacaban el bulto que aun se movía y luchaba.
Eduardo aun consiente pero atado y cubierto en sabanas, gemía y trataba de liberarse, pero era inútil, Ambos sujetos lo sacan del edificio y lo meten en el auto. Como el lugar es muy exclusivo no se ve mucha gente por la calle así que fue un trabajo fácil de hacer.
Dafne se asoma a la recepción ocultándose en la pared desde donde ve a Efrain y a Willi subirse al auto y partir.
Rápidamente sube a su apartamento, encuentra la puerta abierta.
— ¡no puede ser! —grita. — ¡no! —grita desesperada.
Da unas vueltas por la sala tomando su cabeza muy nerviosa.
— ¿y ahora que hago?...lo van a matar… ¡maldita sea! —grita y se sienta en el sofá.
Entonces nota la fotografía en el piso donde se veía a Sandra y a Eduardo. La toma y rápidamente se dirige a su habitación al lado de la de Eduardo. Busca entre unas cajas sobre su armario y saca las 2 armas que le había quitado hace tiempo a Efraín y al chofer.
12
Ayúdame.
Dafne baja rápidamente va al estacionamiento donde tenia guardado su automóvil, sube lo antes posible y conduce donde alguien que espera pueda ayudarla, Sandra.
Rápidamente conduce hasta casa de Sandra, incluso pasándose uno que otro alto, pero pues Dafne sabia que en manos de su padre Eduardo no estaba seguro para nada. Dafne suponía que Sandra estaba aun trabajando en la escuela dando clases de Arte, así que siendo la 1:00PM debería ya estar en casa, lamentablemente al llegar no había absolutamente nadie.
El siguiente lugar seria la tienda de arte.
— ¡¿Sr. Hernán, como esta?! ¡¿Se encuentra Sandra?!¡Necesito hablar con ella ahora mismo! — le pregunta agitadamente al padre de Sandra al llegar a la tienda.
—Hola, Dafne, que gusto verte, hijita… ¿te encuentras bien? Mírate… esta… muy agitada.
—Si, es que… a ocurrido algo muy grabe, necesito encontrar a Sandra lo antes posible… ¿esta aquí? —le pregunta entrando a la trastienda.
Hernán la sigue.
—No, ella no esta, a esta hora esta trabajando…— le dice.
— ¡¿Dónde?! —le pregunta muy apresurada.
— Pues en la avenida Loreto R. aquí a unas cuadras… en una pollería, se llama Rostie´s…pero ¿Qué ocurre? ¿Qué es tan urgente? —pregunta.
— No le puedo decir, de verdad es una historia complicada, pero… gracia, iré a buscarla, — dice mientras sale corriendo.
— ¡Ok, hija, ten cuidado! — le grita.
Rápidamente Dafne conduce hasta Rostie´s e ingresa rápidamente.
— ¡Sandra! —grita apenas ingresa al lugar.
La gente que estaba ahí la reconoce rápidamente y algunos comienzan a saludarla y a pedirle autógrafos. Ella solo los evadía diciéndoles que esta de paso y que no podía en ese momento, ella seguía llamando a Sandra.
—disculpe, estoy buscando a Sandra, me dijeron que trabaja aquí — le pregunta a la chica que estaba en la caja.
— Si, Srta. Ella trabaja aquí, debe estar en la parte de atrás, ahora la llamo.
—Te lo agradecería muchísimo. —le dice.
Mientras, las personas de la pollería seguían fotografiando y grabando a Dafne con sus celulares y pidiéndole autógrafos, Sandra en la parte trasera hacia el inventario.
— ¡¿Sandra, a que no adivinaras quien te esta buscando?! — le dice la chica de la caja entrando al almacén de la Pollería, muy emocionada.
— ¿Quién? —pregunta Sandra algo confundida.
— ¡nada mas y nada menos que Dafne, la modelo! — Le dice sonriendo — ¿a poco la conoces? —le pregunta.
— Pues…— deja a un lado el cuaderno de notas que traía —…si, éramos… amigas… ¿Qué querrá?
— No lo se, pero debe ser algo urgente, entró corriendo.
— ok, entonces…vamos —le dice y salen juntas.
Al salir Dafne estaba entre un tumulto de gente que le hacia preguntas y la fotografiaba. Al darse cuenta que ahí estaba Sandra esta se avienta donde ella y le da un fuerte abrazo que deja a Sandra algo confusa.
— ¿Qué tienes? —le pregunta.
— ¡no sabes lo que ha pasado, Sandra…necesito que me ayudes! —le dice con una mirada de preocupación. — ¿podemos hablar? —le dice aun abrazada a ella.
— Si…claro…— le contesta aun confundida.
Ambas se dirigen a la parte de atrás de la pollería al callejón a través de la cocina, donde los freidores se quedan atónitos al ver quien estaba pasando por la cocina.
— ¿¡que dices!? — Exclama muy sorprendida Sandra al escuchar lo que Dafne le había contado— ¿¡secuestrado por tu papá!?
— Si, vi a los hombres de mi papá llevarse a Eduardo, estoy segura que… vinieron por mi, pero… no lo se deben de haber enterado de quien es el…
— Con todas las fotos tuyas por todas partes no me asombra… seguramente tu padre te vio por algún lado y como siempre estas relacionada a Eduardo…
— Pues si, no quiero ni pensar lo que mi papá le va a ser a Eduardo… pero aun si vio alguna de mis pinturas… desnuda. — dice consternada.
— ¿pero por que vienes a mi? ¿No seria mejor ir con la policía? —le pregunta.
— Ya sabes como es la policía, Eduardo aparecería muerto antes que comiencen a buscarlo.
—Pero Eduardo es una persona conocida, seguramente reaccionaran mas deprisa, además tu conoces a los secuestradores, lo mejor que puedes hacer es denunciar el hecho… ¿no? —le dice.
— No, tienes que ayudarme a ir donde papá, y… de algún modo ayudar a Eduardo, si va la policía no ayudaría, si voy yo… pues creo que podría evitar que lo mate… por favor dime que me ayudaras…— le dice con una expresión de miedo.
— yo… ¿Por qué lo haría? Yo…. No se…. ¿por que pensarías que…? —balbucea.
— Pensé en ti por que se que quieres a Eduardo…— le dice mirándola fijamente.
— ¿ah si? —contesta evitándole la mirada.
— Si, y por que…. ¿ah quien mas acudiría? Tus eres la única en quien confió realmente, Sandra… — le dice. — tienes que ayudarme, se que aun… aun no me perdonas por haberte engañado, pero… esto es muy serio, papá es capas de matarlo…
Al escuchar esto Sandra no puede evitar sentir un gran temor por el futuro de Eduardo.
— Sandra, mira esto…— le dice sacando de su bolsillo la fotografía que encontró en el piso del apartamento de Eduardo.
— ¿Qué es? — Toma la fotografía —…¿de donde…?
— La encontré en el piso del apartamento, después que se llevaron a Eduardo… seguramente estaba viéndola cuando… lo encontraron…. ¿sabes que significa? —le pregunta.
Sandra solo la mira y mira la fotografía acariciando la cara de Eduardo en la foto.
— El aun te ama… lo se, estoy segura que el no te ha olvidado, y que tampoco tu a el…
—Pensaba que ustedes estaban…
— ¿por lo que dicen los periódicos? Claro que no es así, a mi no me gusta el… no me gusta como hombre… es decir… es lindo y amable, pero no logro verlo mas allá de un amigo, de un colega o un… artista que me pinta, somos grandes amigos, pero ni el siente algo por mi ni yo por el… te lo puedo jurar. — le dice acercándose y tomándola de los hombros y teniéndola frente a frente. —debes ayudarme, sola no puedo ir… te necesito. — le dice muy seriamente.
Sandra mira la fotografía donde esta al lado de Eduardo en uno de los momento en que mas se amaron. Entonces ve la preocupación de Dafne y le da un abrazo.
—Amiga, discúlpame por haberte tratado tan mal — le dice derramando unas lágrimas. — estaba tan ciega, no se que me pasó.
— No te preocupes, yo… — Dafne también llora de emoción al recuperar a la amiga que tanto quiso y quiere — yo… también debí haberte hablado con la verdad desde un principio, pero ahora debemos preocuparnos por Eduardo, el esta en peligro, en un real peligro.
— Ok, tienes razón — dice guardando la foto en el bolsillo de su pantalón y sacándose el delantal de la pollería —… vamos a ayudarlo, pero… ¿Cómo? ¿Qué haremos? Si tu papá es como dices… ¿dos chicas solas y desarmadas que podrían hacer?
— Ya se nos ocurrirá algo, además no estamos desarmadas, tengo 2 pistolas que les quite a Efraín y al chofer de mi padre… están cargadas, así que tenemos algo para defendernos.
— ¿en serio tienes 2 armas? — pregunta Sandra Sorprendida.
— Si, están en mi auto, ahora debemos irnos, ellos tienen al menos 30 minutos de ventaja, vámonos, ahora. — le dice.
— De acuerdo, esto es tan increíble… — dice dirigiéndose al auto de Sandra.


Continuara...
Franckpalaciosgrimaldo20 de febrero de 2011

3 Comentarios

  • Norah

    Guau, me ha encantado, cada vez concentras mas ...personaje y decir, te sigo leyendo.Beso.

    21/02/11 06:02

  • Norah

    Guau, me ha encantado, cada vez concentras mas ...personaje y decir, te sigo leyendo.Beso.

    21/02/11 06:02

  • Norah

    Guau, me ha encantado, cada vez concentras mas ...personaje y decir, te sigo leyendo.Beso.

    21/02/11 06:02

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